lunes, 5 de octubre de 2009

"A Way of life" de Briatore, un estilo de vida elegante y creativo

La discográfica Bip Bip Records editaba en 2009 el primer álbum de un grupo marbellí, de nombre Briatore, formado hace un par de años con el objetivo de recrear los sonidos con raíces jamaicanas bajo un prisma europeo, con una larga trayectoria que arranca en algunos de sus músicos en el mítico grupo de los ochenta La Leshe que Mamate. A way of life, que así se titula de forma genérica, contiene 10 canciones donde son fácilmente reconocibles guiños a los Specials, los Clash, e incluso a los Kraftwert de los que nos ofrecen una versión memorable de su histórico The Mod-el, renombrado para la ocasión con ese intencionado guión ortográfico.

Tras una primera escucha, más emocionada que reflexiva, es posible que pensemos que la propuesta Briatore es un tomo más para la enciclopedia siempre recurrible de los ochenta, que empieza con un prólogo en 1979, y que nunca va acabar mientras existan los fans irreductibles del sello 2 Tone, el mod revival o el punk con tintes de reggae. Este no sería un dictamen erróneo pero sí bastante incompleto porque creo que este trabajo de debut nos ofrece mucho más; nos proporciona una visión muy personal, sorprendente en detalles y muy rica en sensaciones, que paso a describir con las siguientes impresiones.

Empieza el álbum con una seductora bienvenida a ese particular club donde afortunadamente, aún hoy en día, en pleno siglo veintiuno, siguen bailando los fans de los sonidos 60’s. “Into the club“, que así se titula, es un pedazo de bailable que encaja a la perfección en las mejores pistas, con ese sonido de órgano envolvente y ya reconocible para el resto de los temas. Le siguen un cúmulo de excelentes propuestas, arropadas por un diseño de portada sobrio pero muy elegante, que crecen con cada escucha: canciones para las que no sirven ni uno, ni dos, ni siquiera tres “me suena a…” para calificarlas con precisión. Es así, con determinación e ideas originales, como el grupo pasa a desarrollar un sonido propio y amplía los objetivos iniciales antes mencionados.

Hay momentos que no desentonarían en absoluto, si regresasen a la actualidad, como verdaderos inéditos de míticos grupos de ska como los Specials o los Selecter, y si no te lo crees escucha la inquietante “Try one’s luck” o la arrolladora “What’s your (Fuckin) Name“; otros, son vibrantes himnos juveniles como el tema que da nombre al disco; incluso hay espacio para recrearse en instrumentales “divinos” con ecos sixties italianos como el titulado precisamente como el propio grupo, o desarrollos melódicos entre el pop, el soul y el ska como Run. Incluso podrás disfrutar, y mucho, de situaciones difíciles de olvidar donde honran con excelente criterio, la memoria del gran Joe Srummer con temazos como A boy with a gun on the road o Not Today. Cierra el álbum un apoteósico “Short beat ‘A’“, una mezcla fascinante de garage, surf, y ska, donde Briatore parecen indicarnos cuáles son sus recursos más salvajes, aquellos que brillan con espontaneidad en sus ya reconocidos directos.

Este álbum, que no olvidemos es de debut aunque no lo parezca, ofrece un amplio abanico de referencias interpretadas al gusto de unos músicos que tienen las ideas muy claras. Sin duda, los Briatore comienzan un camino que va a originar comentarios entusiastas y fans muy devotos. Su música es apta no sólo para seguidores de un estilo de vida con raíces sixties, sino también para mentes despiertas que quizá no sepan nada sobre el revival de los ochenta. Por ello, estoy convencido de que van a provocar reacciones embarazosas entre los críticos más ortodoxos que no sabrán cómo evitar, si son sinceros, un veredicto más que favorable para este fabuloso disco, gentileza de una discográfica con un claro y necesario empeño en ofrecernos grandes momentos, pasados y presentes, del modernismo estatal.

Un consejo: hazte con este atractivo estilo de vida y disfruta de la propuesta, tan divertida como inteligente, de unos Briatore que aportan y conmueven mucho más que ese conocido personaje del mundo del motor del que adoptan el apellido a modo de crítica “contra la vulgaridad que asola el nuevo milenio” según sus mismas y tan acertadas palabras de presentación como proyecto musical.