L’Avalanche son un trío de Málaga que toma su nombre de la
emblemática canción de Leonard Cohen. Acaban de editar, con su propio sello La Musa Records, un
segundo Ep que contiene cinco canciones cuyo espectro sonoro recorre desde la
“chanson” francesa hasta el folk americano pasando por la experimentación
post-rock y el pop inconformista más allá de lo contemplativo. Formados por Alexandre
Lacaze (voz y guitarra), Enrique del Río (guitarra y pedales) y Nazar Danish
(violín y piano), este trío franco-español-ucraniano, se expresa en un
exquisito francés y desde 2002, desarrolla un discurso literario musical propio
en el que podemos entrever referencias a cantautores del talento de Jeff
Buckley o incluso retales sonoros al gusto de Dominique A, a quien han tenido
el honor de telonear.
Su música ha sonado en las mejores salas del Estado español
y también del país vecino, Francia, donde han conseguido la aclamación del
público. Han sido finalistas de numerosos festivales como el Greenspace
Heineken o el Proyecto Demo; Radio 3 les ha promocionado en varias ocasiones
con excelentes críticas; y han sido considerados Talento FNAC, entre otros muchos
laureles, pero sin embargo no han logrado la repercusión que merecen más allá
de la siempre recurrente, pero a la par terrible, categoría de “grupo de
culto”. No nos engañemos: ser grupo de culto en un país como el nuestro,
equivale a padecer un sufrimiento difícilmente soportable provocado por una
amalgama de injustos desengaños y puertas cerradas por intereses meramente
económicos sin apenas criterio. No vamos a perder el tiempo despotricando
contra el sistema de oferta y demanda artística de este país, por otra parte
cada vez más egoísta y despersonalizado, así que mejor dediquémonos a escuchar
atentamente este Ep porque contiene una considerable cantidad de detalles, tan
elegantes como creativos, a tener muy en cuenta.
El álbum destaca, en primer lugar, por una presentación
preciosa a cargo de Gushchina Anastasia que logra transmitir, mediante un
sencillo pero genial dibujo y diseño, gran parte de la temática principal del
disco. Producido y grabado por Miguel Paredes, que colabora con Danza Invisible,
y Pablo Sánchez, que ha trabajado con Los Planetas, este Ep de título homónimo,
el segundo de su carrera tras un primero de 2007 para Producciones Peligrosas
de Granada, empieza con “Freya“, un tema inspirado en una novela corta de 1910
del escritor polaco, nacionalizado británico, Joseph Conrad. De temática
marina, esta canción cuenta la historia de una joven a la que prohíben entablar
una relación con un humilde marinero. Sin resignarse ante la injusticia, decide
huir para reunirse con su amado, pero sus otros pretendientes tienden una
trampa al chico que acaba perdiendo su preciada barca durante una tormenta.
Nunca llegarán a encontrarse y desde entonces, él vaga como un náufrago
mientras ella se vuelve loca esperándole con la mirada perdida en el mar. Un
tema de fuerte carga emocional marcado por la melancolía del violín, los
diversos toques susurrantes de guitarra y esa voz tan penetrante. Tres recursos musicales bien hilvanados para
transmitir un canto que acaba en un ruego amoroso: “attends, amour, attend…”
Esa devoción literaria y existencial con fondo marítimo
adquiere un protagonismo muy relevante dentro del universo lírico de
L’Avalanche y vuelve a estar muy presente en el siguiente tema llamado
“L’Avenir”. La canción destaca por un comienzo atmosférico, de una enorme
belleza, que sirve de antesala a esta historia donde la soledad y la inmensidad
del mar, como metáfora de la vida, determinan la lucha “contra los hombres sin
sentimientos”. La intensidad de esta canción, con sus emotivos crescendos
sonoros; la enorme capacidad vocal con la que se interpreta esa lucha feroz “a
lomos del porvenir” y ese juego absorbente de guitarras consigue estremecer el
ánimo de cualquiera. Un tema fabuloso que debería figurar en los anales de
muestra mejor música contemporánea. A destacar que esta canción forma parte de
la banda sonora de la película “El diario de Carlota“, dirigida por José Manuel
Carrasco y que se estrenará en mayo de 2010.
“Je serai là“, la siguiente canción, está inspirada en el relato “Morir”, escrito
en 1894 por el narrador y dramaturgo austriaco Arthur Schnitzler. En esta
ocasión el tema central trata la eterna fidelidad como promesa no exenta de
temibles dudas. Narra el deterioro de una relación de pareja donde el hombre
padece una enfermedad terminal que le provoca,
tras un cambio de personalidad, celos, dudas amorosas en medio de la
locura y un miedo atroz a una separación forzosa. Un canto que empieza siendo
desesperado pero que, en manos de L’Avalanche, acaba resultando ciertamente
ilusionado al asumir el moribundo el papel de ángel protector de su amada. De
nuevo, brilla la enorme capacidad melódica de este trío que no escatima
esfuerzos para explicar unas experiencias vitales y que asumen la tristeza como
un estado de ánimo desde el que también es posible actuar con decisión y
valentía.
Tomando como referencia el Alleluhja de Leonard Cohen, que
también interpretó Jeff Buckley, la siguiente canción “Des anges” se articula a
modo de canto inspirado en el Rey David, desde el punto de vista de su relación
con Dios. David fue el rey más grande de Israel que empezó siendo un humilde y
valiente pastor de ovejas. La canción nos habla de un rey derrotado por el
tiempo y la vejez pero con el alma y la fe aún intacta. El título hace
referencia a uno de sus salmos donde se relata la protección de los ángeles. Un
tema, de delicada resolución instrumental, sorprende con sus detalles
instrumentales inesperados de gran precisión armónica. El violín suena con una
contundente personalidad para reforzar ese firme deseo de persistir “en busca de la estrella de ese mañana”.
Acaba este Ep con el canto esperanzado de un solitario
pájaro “delante del sol”, que reflexiona lejos de los suyos y con la mar
corriendo por sus venas. “Oiseau”, que
así se titula, no es un lamento resignado sino más bien, todo lo contrario. Ese
pájaro se rebela contra la soledad. No quiere acabar atrapado por esas tardes
de invierno y eleva sus alas contra el viento decidido a emprender el largo
viaje de vuelta a casa porque sabe perfectamente que “alguien le espera”. Esta
canción cierra el disco con el dulce sonido del piano mientras la guitarra
sigue ofreciéndonos unos acordes siempre amables e indispensables en cada uno
de estos cinco brillantes y emotivos cantos a la esperanza.
L’Avalanche consiguen con este Ep transmitir un estado de
ánimo transferible a mentes despiertas y corazones ansiosos de respuestas. La soledad, el mar o el amor son presentes en
todas sus canciones que se articulan con delicados arreglos, dosis de intimismo
y melancolía, y que consiguen abrir los poros de la tristeza para transmitir
una dosis reconfortante de ilusión. El resultado final es realmente mágico y
debería permitirles seguir siendo un “grupo de culto”, si se prefiere, pero con
la posibilidad de conseguir el merecido apoyo mediático y discográfico a su
magnífico trabajo para que su mensaje pudiera llegar a otros susceptibles
amantes de su música, que existen aún sin saberlo y que están esperando a que
alguien les cuente algo sobre su vida con ese fantástico “savoir faire” tan
malagueño como universal.