viernes, 27 de julio de 2012

La monobanda Tumba Swing, arte y emociones desbordantes con “Solo y Mal Acompañado”


Portada del disco
Tumba Swing es el nombre de la monobanda trash blues con la que el polifacético Don Rogelio J., conocido músico y dibujante valenciano, da rienda a sus dotes artísticas en solitario mediante excelentes canciones con detalles de oscuro rock and roll ancestral, y primitivo rockabilly sensual. Con una guitarra omnipresente, voz desgarrada, y percusión en los pies nos ofrece un nuevo trabajo titulado “Solo y Mal Acompañado”, editado por Discos Calamidad y distribuido por Disundead Records. Mediante 15 canciones, que van de un minuto escaso a poco más de tres, y tan solo una versión, logra convertirnos en testigos de excepción de un microuniverso a veces trágico, otras radiante, en ocasiones desolador pero siempre envolvente y misterioso.

Tumba Swing empezó siendo una revista de ilustración e historieta editada por Willy a muerte Ediciones. Su responsable, Don Rogelio también es factótum de otros proyectos, a cuál más interesante, en la prestigiosa escena valenciana de rock and roll y punk como son los grupos llamados Tracahombres, Aullido Atómico, o anteriormente Desguace, entre otros. Diseña tatuajes e incluso ha participado en proyectos de guitarras con los luthiers de Nz Custom. Con esta monobanda, tiene editado en 2011 un mini álbum con seis temas en los que la slide chatarra y el blues trahs más rabioso se dan la mano para ofrecernos un producto original, vibrante y enigmático como pocos. Las canciones incluidas en ese disco son ‘Tanatory Party’, ‘El Insomnio’, ‘La Oreja para el Toro’, ‘La Parada de Jesús’, ‘Oh mama, bablabli!’ y ‘Aquí no!’. 

Dos de estos temas aparecen también en este nuevo álbum aunque con arreglos diferentes, y son “Tanatory Party” más “Aquí no”. El resto, hasta las quince canciones que forman parte de este álbum son temas originales de Don Rogelio menos una versión del "Tuti frutti" de Little Richard. El disco fue grabado y mezclado en el Sótano de Dani Cardona (Valencia) el 28 de marzo de 2012. Fue masterizado por Vicente Mezquita en Millenia y Don Rogelio se encarga del artwork con todo un lujo de personajes, escenas, detalles figurativos,  y composiciones visuales propias de su estilo inconfundible. Pero eso no es todo, se añade al disco un libreto con 15 páginas, una por canción, con el trabajo pictórico de la élite actual de dibujantes valencianos que ilustran los temas del álbum. Nada menos que podemos dsifrutar de escenas y trazos geniales de la mano de prestigiosos artistas como Mik Baro y Rotor; D. Rogelio J. y María Pedro; Viktor Dunkel y Sento; Saoia y Luis Demano; Galbis y Laura Höldein; Ricardo Cavolo y Dani Cardona; Raquel Aparicio y Gema Germen; más Martin.

“El Blues de la Buena Muerte” es el título del tema que abre el disco con ese sonido añejo de slide guitar acompañado por un ritmo arrastrado y desértico que desemboca en un punteo misterioso que nos acompaña por una carretera larguísima en mitad de la nada. Allí nos sorprenderá por vez primera una voz desgarradora que mutará en algunos temas. Le sigue la “La Soledad del Niño Vampiro”, un buen rockabilly oscuro que atrapa por su eterna crudeza instrumental. A continuación, “Oh Marilin”, es casi una canción de amor, más melodiosa, no exenta de ese toque ácido que nos transmite su historia. A destacar la guitarra solemne del tema, “La Suit en llamas”, moviéndose entre golpes de percusión con el objetivo de crear un ambiente siniestro acompañado por esas lamentaciones de los coros. “El Tren Rojo” es otro tema de rockabilly ancestral que, si se nos antoja, podría retrotraernos a la escena que en los ochenta se creó aquí con los legendarios Desechables como uno de sus principales exponentes. “Mala Suerte (las hay peores)” sigue en esa estela enérgica y penetrante propia del estilo a tumba abierta de esta monobanda capaz de conseguir con pocos recursos, emociones desbordantes. “Irse de aquí” es otro de los temas más carismáticos del disco con esa guitarra más folk con raíces americanas, que va rodando hasta encarrilarse en un buen rock and roll con una melodía pasional y con la emigración económica a consecuencia de la crisis como principal componente temático.

“Tanatory Party” abre la cara B del disco y es una canción que recupera a esa Tumba Swing más desenfrenada, cruda, con juegos de guitarra aparentemente sencillos pero infinitamente atractivos así como entradas contundentes de batería igualmente efectivas desde su minimalismo visceral. Como hemos apuntado al principio, este tema ya aparecía en su anterior disco aunque cabe destacar que se trata de un arreglo diferente mucho más trabajado y completo. En “Algo va mal”, siguiente canción, la tradición del rock and roll reposa con guitarras entre susurros y ese aire trágico que nos advierte, precisamente, que algo va mal en nuestro presente. “La cruz del violador” despliega esos recursos guitarreros peculiares que se desplazan como serpientes venenosas al acecho de la presa, y con los que consigue crear un clímax de desenfreno hipnótico.  Con “Ey Tumba Swing” vuelve a situarnos en su faceta más oscura y profunda, tan siniestra como apabullante. “Aquí no!!!” es una canción que incluye detalles country y silbidos vaqueros procedentes del enigmático sur, y que sirven para definir un precioso concepto melódico que perfila el tema genérico alrededor de la muerte y la felicidad. Se trata de otro arreglo diferente al mismo tema ya publicado en su anterior trabajo, que si bien antes era más triste y lento, ahora se convierte en mucho más pasional y rápido. “El Barrio del Valadre”  es una canción peculiar en la que se incorpora un banjo siniestro y esas voces trágicas que engrandecen la dimensión sonora del corte. “Tuti frutti” es una alocada versión del conocido tema de Little Richard con una letra en la que no se escatima una considerable vehemencia sexual.

El disco finaliza con una extraña pero fascinante interpretación, ubicada en un posible directo, llamada “Rabat”, que bien podría ser tomada como un posible himno a modo de solemne final para  cerrar este impresionante disco. Se trata de un recorrido musical curioso que incluso puede que nos recuerda a un Tom Waits, en su momentos más underground, acompañado por una marcha de moros y cristianos acorralados por coches de policía.

Sin lugar a dudas, hay tantos detalles de cualidad en este disco que podríamos escribir páginas y páginas con cada nueva escucha, así que os proponemos la necesidad de escucharlo en vuestra casa solos y mal acompañados, según os plazca,  mientras vuestros sentidos se van deleitándose con un desparrame de creatividad visual y sonora gentileza de esta convincente Tumba Swing. 

Nota: Puedes escuchar las canciones en el bandcamp.

3 comentarios:

  1. M’alegro que t’agradi, és un projecte molt interessant que des de la senzillesa, ofereix moltes vessants, força impactants, per gaudir-lo. Gràcies pels teus comentaris.

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  2. Grande, grande, grande Rogelio. conx

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