Delanada es el nombre del proyecto artístico con el que nos presenta su obra, desde 2006, Javier Molina, nacido en Cornellà de Llobregat en 1978. Anteriormente había creado en 2003 la banda barcelonesa de pop Indie Cuaderno Gris en la que cantaba y tocaba la guitarra acompañado de Rubens Molina (bajo) y Jordi Farreras (batería). Ya en solitario graba en 2007 un trabajo intimista compuesto por tres canciones para Ovejasydiscos, sello con el que en 2009 vuelve a sorprendernos con un CD bajo el título de “Cuatro canciones para no dormir y una declaración de intenciones”. Con ese disco cierra una época errante de su vida, tras la cual crea la mencionada discográfica con Pilar Pascual, artista plástica tan sutil como fascinante, responsable de las portadas de los diversos trabajos editados hasta el momento por Delanada.
A mediados de septiembre de 2012 está previsto que salga al mercado discográfico, con la ayuda de Buen Ritmo, su reciente álbum que lleva por nombre “El enemigo silencioso”. Para la grabación de este disco ha contado con la colaboración de Jordi Funes al banjo, dobro y lap steel guitar; Josep Martí al bajo; Reginald Vilardell al bombo en “La evidencia de la muerte”; Xavi Martínez, a la batería en “Segundo round”; Txepe al acordeón; y Guille Ferrer: al Hammond.
Javier Molina se encarga de tocar las guitarras y el piano, así como de cantar sus propias canciones, todas compuestas por él a excepción de “Reír contigo”, compartida con Rubens Molina. El disco fue producido y mezclado por Javier Molina y Jordi Funes, así como grabado y mezclado entre Rubí y Cornellà de Llobregat (su propia casa) y Barcelona (Cap Record). Chris Bauer se ha encargado de la masterización.
De nuevo, Pilar Pascual es la autora de la portada con un dibujo espectacular en el que una leve pero preocupante muesca en una superficie pulida y blanca parece demostrar la presencia de ese enemigo silencioso al que se refiere de forma genérica este sobrecogedor trabajo. A destacar también la composición gráfica de L'Orangerie Studio, y la fotografía de Abel Echeverría.
En la Lata de Bombillas |
Empieza el disco con un vals solemne y enigmático con un leve toque latino, menos de un minuto para “Salva a lo invisible” que da entrada al excelente tema “Segundo round” con esas guitarras paseando por las llanuras del alma, mientras Delanada nos cuenta que “me persigue un viejo temblor, me acompaña aunque pida perdón …me aburre el tono de mi voz…” con un cariñoso órgano sincopado. La canción va adquiriendo más energía rítmica para decirnos que “no es demasiado tarde para reconsiderarlo… para volver a empezar… mírame… otra vez”.
Le sigue “Reír Contigo”, confesión sincera con toques americanos procurados por ese lap steel, para “no volver a encerrar nunca más mis palabras en mi… y evitar el silencio” . A continuación nos ofrece una brillante “Entrada la noche” con ese peculiar juego rítmico que procura el ceremonioso compás de ¾. Nos cuenta la breve pero significativa historia de un hombre que sale de casa “valiente hasta la muerte”, un hombre que sabe perder pero que al final se pregunta “y ahora qué”. Sensacional el verso final: “no te olvides de cerrar al volver a entrar”. Excelentes cambios armónicos que nos recuerdan a los oscuros “crooners” de prestigio internacional, ayudado por un acordeón muy apropiado y sonando con un gusto exquisito.
Leve y cariñoso punteo de guitarra, con sonido frágil de lap steel, en el siguiente tema llamado “En lo alto hay un llano” a modo de preludio instrumental de la canción titulada “Tirar la toalla”, excepcional banda sonora del tormento que nos ronda cuando fracasamos en las relaciones interpersonales, en especial las amorosas,… la culpabilidad, el daño, la ruptura, sensaciones y sentimientos que nos crean angustia existencial y que al final consiguen que “muy a nuestro pesar, nos alejemos”.
“La evidencia de la muerte” es el tema más conocido de este álbum, fue su single de adelanto, e incluso existe un precioso video realizado por Pilar Pascual altamente recomendado. El tema contiene ese toque ácido, tenebroso, necesario para “presenciar mi defunción, allí estaré como un reloj, lo sé…”. Sensacional canto fúnebre con frases brillantes como “te perderé por última vez, me abrazarás y yo no podré, lo sé”. Personalmente, reconozco que tras múltiples audiciones, aún se me encoge el corazón al oír este tema y no solo por los versos, sino también por el discurso melódico, con arreglos espectaculares de guitarras que crean efectos ambientales incomparables.
“Otro final más” cierra este trabajo con guitarras que retumban en el estómago y abrazan la soledad del corazón… canción de un adiós que nunca fue pronunciado y ahora “sé que tendré que volver a empezar”. Sin duda un inmejorable final para este disco que se nos hace corto pero que se me antoja tremendamente intenso y emotivo desde la primera a la última canción.
Sin lugar a dudas, Javier Molina ha tomado una decisión importante en su vida dispuesto a seguir luchando contra ese “Enemigo Silencioso” y lo ha hecho ayudado por la indispensable Pilar Pascual y un elenco de amigos músicos que han acabado de perfilar esas intenciones sólidas y convincentes para seguir componiendo temas memorables. Canciones que pueden parecernos tristes por todo aquello que arrastran del pasado pero, a su vez, alegres por esos versos que se cuelan con ganas de volver a empezar en un más que merecido segundo round.
Precioso álbum y mucho más tras leer tu reseña, que nos ayuda a comprender cada uno de los acordes y cada una de las palabras. Gracias
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Vicky, que a su vez me ayuda a mí a seguir escribiendo para aquellos y aquellas que les apetezca conocer otras propuestas más allá de lo previsible.
ResponderEliminarGran artículo,e inquietante disco, perfecta simbiosis entre musica y periodismo.. garcias Alex
ResponderEliminarGraias Ulra, sin duda un trabajo discográfico que despierta los sentidos y provoca reaccionas varias según el estado anímico en el que te encuentras.
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