Patricia Maestre (n. 1979) es la autora de un libro, recién editado este 2013 por Milenio, llamado de forma genérica “Revival” al que ha añadido el subtítulo de “50 grupos de los 90 que hicieron música de los 60 y los 70”. Principalmente, se trata de un trabajo de investigación, con más de cuatrocientas páginas y fotos de la época, sobre bandas que tuvieron su origen en la década de los noventa: “hijos de los mods y hermanos mayores de los indies, musicalmente en tierra de nadie” según afirma su propia autora quien añade a su labor informativa, algunas consideraciones sin desperdicio alguno que explican varios de los aspectos que marcaron a una generación.
Como ella misma destaca en su introducción, “es un libro dedicado a los músicos de la época, representados por cincuenta grupos de distintos estilos y lugares, cuyo denominador común fue la pasión por los sonidos de los sesenta y setenta, y el revival de los primeros ochenta”. Un proyecto que nació de un artículo para el fanzine “Ansia de Color”, y que tuvo una vida previa mediante un blog del que se expolió sin permiso y que obligó a Patricia a decantarse por una edición en papel para que sus ideas, con todo su enorme trabajo, estuvieran convenientemente firmadas por su autentica autora. Es por ello que Patricia lo considera como el “último fanzine de los noventa”… “una serie de historias contadas con emoción desde el punto de vista de sus protagonistas”.
El libro empieza con uno emotivo prólogo a cargo de Paloma García del Cool Club de Madrid. Esta experta conocedora de música mod y sixties, recuerda detalles de esa época, que vivió en primera persona, bien sea organizando eventos, pinchando discos o disfrutando de sesiones y conciertos. Aunque fue en los ochenta cuando nació su interés por la escena mod, fue en la década posterior en la que empezó a atesorar un prestigio internacional que sigue manteniendo hoy en día deleitándonos con su buen criterio musical desde la cabina de las mejores fiestas y pinchadas tras los directos.
Paloma incide en el aspecto cíclico del arte, y afirma que es el momento justo para revisar “nuestro propios recuerdos, ya que muchos” de los lectores de este libro “superaremos los cuarenta ”. También remarca la necesidad de no olvidar “a todos aquellos que formaron parte de nosotros y nos hicieron vibrar en un momento realmente importante de nuestras vidas” .
El excelente trabajo de Patricia Maestre se inicia con una serie de consideraciones previas en las que vierte sin tapujos su opinión sobre el movimiento mod, los primeros festivales, las discográficas, el peso de la década anterior, la escasa cultura del rock, los fanzines y los medios de comunicación, entre otros aspectos relevantes. Para ello se ayuda de algunas opiniones de los protagonistas recogidas durante los últimos cinco años en que estuvo trabajando para realizar este proyecto informativo. Esa aportación, a modo de historia oral, estará también muy presente en las biografías y en los capítulos posteriores en los que se analiza el legado de todos esos grupos protagonistas.
Los grupos que aparecen en el libro son Los 5 Ibéricos, The Allnighters, Aneurol 50, Art School, The Blackbirds, The Blue Bus, Bondage, Los Bretones, Los Brujos, Los Buges, Los Búhos, Les Cactus, Carrots, Los Círculos, Los Contentos, Doctor Love, The Easytones, Elephant Band, Los Eskizos, The Flashback Five, Los Glosters, The Gravestones, The Happy Losers, High Time, Los Imposibles, Kozmic Muffin, The Lazy Sundays, Magic Bus, Magic Teapot, Matamala, The Merry Melodies, Mistakens, The Mockin’ Byrds, Octubre, Píldora X, Smutmen/Pulmón, The Roadrunners, La Ruta, Selenitas, Smart Dress, Smutmen, Something, The Stupid Baboons, Los Substitutos, The Sueters, Tuna Tacos, Undershakers, Unexpected y The Yellow Melodies.
No fueron los únicos pero como también explica Patricia “existen muchos grupos, sellos, fanzines, discos y anécdotas más, pero esto sería tema para otra investigación… lo dejo ahí por si alguien quiere tomar el testigo”.
En cada uno de los capítulos, Patricia resume los datos biográficos de las bandas, quiénes y cuándo las formaron, su trayectoria musical, más sus respectivos proyectos anteriores y posteriores. Añade la discografía de cada uno de los grupos, más su participación en recopilatorios. También recoge comentarios de sus propios protagonistas quienes se encargan de recordar suculentos casos puntuales. Con ellos aportan interesantes explicaciones sobre la época y sus proyectos, y añaden opiniones reveladoras de muchos aspectos relacionados con el rock and roll, las raíces sixties y en particular sobre los noventa.
Tras una valoración sobre la escena posterior de la década de los dos mil hasta la actualidad en la que se analiza el peso de internet, y las redes sociales, el libro se cierra con un no menos interesante epílogo firmado por el también conocido, a nivel internacional, experto en sonidos sixties y mods, como es Alberto Valle, quien también vivió esa época y, como muchos de vosotros sabréis, actualmente es uno del os responsables del club barcelonés Le Clean Cut.
Alberto considera a los noventa “años de transición muy curiosos”. En su aportación a este libro nos recuerda las “dolorosas” divisiones entre los mods, "aperturismo vs. purismo", y añade que “las bandas asumieron un rol casi heroico de protagonistas secundarios, actuando para salas semivacías, mientras el grueso del público estaba en la tasca de al lado entonándose para la allnighter posterior”.
Una de las palabras que más se repiten a lo largo de todo el libro es “underground” y la sensación que nos queda, como lectores, es que el vocablo se utiliza ya no para definir principalmente una propuesta cultural al margen de lo establecido por las multinacionales, que también, sino que más bien sirve a modo de eufemismo para destacar la falta de seguimiento que tuvieron los grupos por parte de la misma escena mod que, por lógica, debería arroparles y en cambio estaba más pendiente de los Dj’s y de sus adquisiciones de singles “originales” en el mercado de segunda mano. No queda exenta de crítica la falta de seguimiento por parte de unos medios de comunicación especializados, en principio afines que, para sorpresa de muchos, empezaron ya en esa década a mendigar publicidad y discos gratis para mantenerse en el candelero informativo vendiendo, a la par, una supuesta independencia comunicativa.
“Revival” es un libro para recordar pero también para advertir que debemos cuidar a nuestra propia escena si no es que nuestro propósito sea, una vez más, que todo el esfuerzo y activismo queden, como destaca Alberto, “amojamados bajo el sudario del olvido”.
A nuestro modo de ver, Patricia ha conseguido no solo que los noventa vuelvan a ser actualidad mediante su extraordinario trabajo informativo sino también puede incluso que remueva conciencias y, de paso, algunos y algunas se den cuenta, si no lo han hecho ya con tan instructiva lectura, de que si no cambian su tan cacareada “actitud”, la escena modernista y sixties actual va camino de repetir los mismos estúpidos errores de los noventa.
Nota: Puedes comprar el libro aquí y obtener más información en el Facebook del libro
La peña sigue quedàdose en el bar O directamente te dice q pasan del concierto. El otro dia viendo aThe Allnighters en Barcelona se quejaron de q no bailara la gente sus canciones y sì despuès la de los singles de los djs. Y tenìan toda la razòn!!
ResponderEliminarA ver si me hago con el libro. Magnifico como siempre tu compromiso Magic Pop.
J .Desidias.
(Agustí Rocamora): Muchas de las cosas que se dicen en este libro me tocan tan de cerca, y no sólo las del grupo al que "acompañé" (estuve en muchas de las movidas de las que se habla, conocí y tuve trato bastante cercano con muchos de los otros grupos, como Art School) que podría hacer muchos aportes al texto, en ningún caso corrigiendo, y más en cuanto que se trata de un libro coral en el que cada uno de los protagonistas que aparecen ya dan su opinión personal y autorizada sobre aquello en lo que se vieron involucrados a fondo, siendo la opinión de la propia Patricia de respetuoso y agradecido distanciamiento, pero, sin querer hacerme pesado y con ninguna intención de "re-escribir lo escrito", me permito simplemente un par de apuntes: 1. Yo creo que ni hijos de los Mods ni hermanos mayores de los indies. Excepción hecha de los Flechazos y tal vez los Negativos y los primeros Sex Museum, estabamos bastante lejos de aquellos grupos primerizos en su mayor parte procedentes de la movida, como Panico Speed, Escandalos o los Elegantes, tanto en intenciones musicales como en actitud. No creo equivocarme mucho si digo que, muy poca gente de aquella escena tenía a aquellos grupos como referentes o siquiera se acordaba de ellos, y en cuanto a "hermanos mayores de los Indies", hay que recordar que lo Indie en España se remonta a grupos como Penelope Trip, Eliminator Jr, Patrullero Mancuso o los Canadienses, que no fueron posteriores sino estrictamente contemporáneos. Nosotros eramos simplemente otra cosa, como poco debían tener en común, en el Reino Unido de mediados de los ochenta, los Jesus & Mary Chain del "Psychocandy" con los Prisoners de "The wizermizerdemelza" -mis disculpas si no lo he escrito bién, cito de memoria-, y en cuanto a 2. En cuanto a la falta de seguimiento de los medios de comunicación, especializados o no, estoy convencido de que la actitud de, nunca se puede decir la totalidad del personal, pero si en un porcentaje altísimo, fácilmente deducible por las opiniones expresadas en el libro, fue de, no lo buscamos, no nos preocupamos de ello, la mayoría no sabíamos ni como hacerlo, -lo de pedir conscientemente, o sea mendigar, un poco de publicidad en los medios- y No nos importaba. Los grupos sólo querían tocar para un público especializado, el que ya tenían de antemano en una escena que por aquellos tiempos era mucho más estanca y exclusiva que en la actualidad, y grabar algún disco, sucediera lo que sucediera con él. Por otra parte ¿Qué medios? No había blogs, ni facebook, ni twitter, ni foros... y de las revistas de tirada nacional ni soñar en encajar en Popular 1 o RDL, sólo, y no demasiado, en una Ruta 66 que más de una vez había dejado claro su desprecio a los Mods, y aún así seguía siendo -aquella revista- la que tenía una mayor cercanía en cuanto actitud, a lo que nosotros eramos. Por lo demás, alguna radio independiente o local... y fanzines o Modzines. Nuestro medio natural. En fín, se agradece muchísimo la enorme contribución de Patricia -Cuatro años de trabajo, casi nada- a que ahora podamos recordar aquellos tiempos de una forma en la que, nos sentimos honrados, los participantes, de formar parte de una movida tan substancialmente interesante y divertida como aquella, aunque no se enteró de ella más que quien tenía que enterarse ¿Y quien necesita más? Unos tiempos que, para muchos de nosotros no son recuerdos, porque nunca hemos dejado de estar ahí.
ResponderEliminarEstimado Agustí,
EliminarPuntualizando tu extenso comentario:
¿Qué te legitima para auto proclamarte paladin de la escena mod de los 90? ¿Haber co-escrito la letra de una canción de un grupo que grabó media docena de canciones en toda su "carrera"?
¿por qué no dejas de puntualizar y re-escribir tanto el trabajo de otros y te dedicas a labores más provechosas?
Qué me legitima. Qué contesto yo ahora. ¿Dónde pone nada de paladín? ¿Dónde pone nada de autoproclamarme? ¿Qué tiene que ver lo poco que yo haya escrito con nada? ¿Por qué cree usted que no se puede opinar en lo más mínimo, incluso un tipo cualquiera como yo, un "number", sobre lo que haya dicho otra persona? ¿Para qué existen los blogs entonces, los foros, las revistas, las cartas al director, la opinión individual, el libre albedrío, el derecho a expresarlo, la libertad, lo que hos hace humanos.
EliminarMe legitima lo mismo que legitima a Patricia a escribir un libro, a Alex a tener un blog, y a usted a responderme, el simple hecho de que me apetecía. Y Creo que firmar absolutamente todo lo que escribo con mi nombre y apellidos, dando la carita, aún arriesgándome a que me la partan, como en este caso, también me legitima un poquitín.
Agustí.
Cierto Javier, muchas gracias por tu comentario. Me temo que algunas cosas lamentablemente no han cambiado. En el mundo mod hay demasiado “postureo” propio del egocentrismo y la falta de criterio acumulado durante años entre tópicos y envidias insanas. Me atrevería a decir que una parte considerable de los que acuden a las fiestas, siempre necesarias y defendibles, bailan no porque les guste la música en cuestión sino por otras razones variopintas como, por ejemplo, según sea el Dj que la pinche. A lo sumo aplican otro criterio propio de la arrogancia que suelen confundir con el individualismo, y que es la exhibición con todo lujo de detalles del mod-elito de turno. Como es su opción, no la criticamos, allá cada cual, pero que no intenten justificar su absurdo desprecio hacia los grupos actuales porque ahí sí que defendemos a ultranza su música, ya sea en estudio como en directo, como única fórmula para perpetuar el modernismo bien entendido.
ResponderEliminarAgustí, es siempre un placer leer tus comentarios y creo que deberías seriamente reconsiderar la posibilidad de recogerlos de algún modo para que todos podamos tener la posibilidad de aprender de tu experiencia y de tu lucidez en el mundo mod, o en el de la cultura en general.
Un abrazo a ambos.
Interesantes debates, los que se han generado alrededor de esta crítica (y gracias, Àlex, por la mención y los parabienes ;-D).
ResponderEliminarLo que más me sorprendió cuando leí el libro de Patricia, que por planteamiento y forma sí me parece definible como el último 60s/ mod zine de los 90, es que algunos de los músicos que en él participan abominan de la cerrazón de la escena 60s de entonces.
Curioso que la práctica totalidad de ellos y sus bandas únicamente tuvieran esa escena como séquito, como quedó demostrado cuando alguno intentó "dar el salto", sin mirar antes si la piscina tenía agua.
Coincido con Agustí en que el ámbito indie fue, simplemente, otra cosa con muy pocos puntos de conexión. En Barcelona la relación entre mods e indies fue, por aquel entonces, nefasta. La verdad es que en muchos casos el motivo era puro despecho, ya que muchos mods frustrados (vamos, que no daban la talla o así lo creían ellos) se refugiaron en lo indie, abominando de aquel mundo al que habían intentado pertenecer sin éxito. Así, gente con la que tenías un trato cordial, de un día para otro te miraba con un odio jamás explicado.
Sobre la arrogancia y el elitismio y los fantasmas clásicos del modernismo, y so pena de que me lapidéis, creo que eso es cosa de un pasado felizmente superado. En los pocos eventos genuinamente mods que hay hoy en día en España hay muy poco postureo (nunca hubo tan poco), entre otras cosas porque la media de edad es altísima y muchas guerrillas propias de los 18 años ya no tienen lugar, por no haber (casi) gente de esas edades.
Así que, con perdon, pero ciertas diatribas me parecen más motivadas por el victimismo que por una serena constatación de los hechos. Si algo bueno tienen los tiempos aciagos que el modernismo patrio está viviendo en estos días, es precisamente el final de ciertas actitudes ceporras.
Por último, cuando escribí el epílogo (que en principio tenía que ser prólogo) para este libro, pensé que era algo mucho más circunscrito al ámbito Mod/ 60s. Realmente no es así y bandas como Carrots u Octubre vivieron completamente al margen de dichas escenas. Pero bueno, error mío por escribir el texto sin antes haber leído el libro entero!
Salud a tod@s!
A
Gracias Alberto por tu comentario. Con respecto al posible victimismo, postureo y demás actitudes alrededor del mundo mod, me alegro que tú, que vives mucho más intensamente la organización de eventos y la participación en otros, creas que son cosa del pasado. Como no tengo la suerte de asistir a muchas de esas fiestas, mi opinión se base únicamente en consideraciones, vertidas en las redes sociales, que me parecen muy desafortunadas por no decir otra cosa. Me refiero a personas que detestan, por sistema, la música en directo y aplauden, por contagio del momento, caras B de mod jazz porque han sido pinchadas por fulanito o menganita. Por lo que se refiere a la relación con el público “Indie”, me parece que, tanto Agustí como tú, tenéis mucha razón con vuestras apreciaciones y creo que sois un par de voces muy autorizadas para hablar de esta cuestión con conocimiento de causa. Por otra parte no considero que tu epílogo esté fuera de lugar, me parece más bien excelente y, por supuesto, adecuado para este libro en cuestión aunque no estoy tan seguro de que los Octubre estuvieran tan alejados de la escena mod como dices aunque esa apreciación se deba más, quizá, a que es uno de mis grupos favoritos de entonces y de ahora.
EliminarUn saludo
Àlex,
ResponderEliminarTe certifico que ciertas actitudes ya forman parte del pasado. No digo que ahora todo sea maravilloso o exento de ser criticado, y a veces incluso echo de menos cierta beligerancia del pasado. Quizás ahora lo que menos veo es involucración.
Sobre las redes sociales, y los mods que en ellas participan, insisto en decir que la mayoría de "mods" de Internet no lo son porque hay cosas que, simplmente, no puedes vivir si no es in situ. Si te fías de las redes sociales vas a acabar pensando que hay miles de mods, mientras que si organizas un evento mod, te las verás y desearás para juntar a 150 personas.
Por lo demás, gente que aplaude a tal DJ, o se la pela la música en directo... bueno, yo puedo hablar por mí, claro,y no por lo demás. Para gustos colores y bien cierto es que, tras los 80, la escena Mod se convirtió en algo mucho más basado en los DJS que en las bandas. Cosa sobre la que creo que se puede debatir sin necesidad de zanjarlo todo en los terrenos del elitismo.
Y sobre la relación con los indies, pues hablo más bien de memoria. Como también de Octubre y su (¿escasa? ¿nula?) relación con la escena mod, independientemente de su calidad (a mí me encantan Kozmic Muffin, y ya te digo yo que de mods o mod related más bien nada ;-))
Todo este es material para una(s) charla(s) de bar, en todo caso.
Salut!!!
A
Por evitar que se malinterpreten mis palabras, quiero aclarar que para mí es un gran orgullo que la autora de este libro haya contado conmigo para colaborar en el mismo.
ResponderEliminarMi única crítica es exclusivamente para conmigo mismo: sé que de haberme mirado el libro antes, me habría salido algo mejor y más circunscrito al espíritu de este libro, que es una cosa honesta y hermosa. Posiblemente hubiera sido algo más musical y menos subcultural.
Sea como sea, que quede claro que no estoy criticando, ni mucho menos atacando, el libro de Patricia del que, por cierto, ya tarda en haber presentación en Barcelona.
Si por un casual se planteara para mediados de noviembre, let's talk about it.
Saludos y disculpas si, siendo autocrítico con mi trabajo, pudo parecer que estaba destripando el trabajo de otros.
Alberto