Aunque pasen las modas, el pop continúa ofreciéndonos
ejemplos sorprendentes gracias a sus imaginativos artífices: hombres y mujeres
que vuelcan en su obra experiencias agridulces con ritmos y melodías que
envuelven las palabras de esa pasión tan precisa como transferible. Una
necesidad creativa que, de una forma u otra, acaba triunfando en nuestra escena
gracias a sus no menos entusiastas seguidores que sabrán valorarlo y
disfrutarlo en su justa medida. El proceso comunicativo del pop es firme e
irreversible porque se trata de una música vital e irrenunciable, si te gusta.
Aunque se hubiese llevado a cabo en la intimidad de un estudio casero y durante
años hubiera permanecido en el anonimato, la caprichosa justicia de la vida
hará que alguna reverencial discográfica, por pequeña que sea, nos facilite al
acceso a esas canciones desconocidas que merecen nuestro cariño y aplauso por
su creatividad, por conseguir decir las cosas que siempre esperamos oír con enorme
sensibilidad. Y ese es precisamente el caso del valenciano Vicente Prats quien
acaba de debutar con su disco de título homónimo gracias al sello alicantino,
Pretty Olivia Records.
Trayectoria
Vicente Prats forma parte de la banda valenciana Star Trip y
cuenta para este proyecto en solitario con la colaboración de otros músicos
como Rafa Navarro (voz, guitarra y coros), Francis Palacios (bajo y coros)
Montxo Burgos (teclado y coros) Txema Mendizabal (pedal steel, armonica,
guitarra y coros) David Osete (bateria y coros) Vicente Prats (voz, guitarra y
coros). En 2008 Vicente compuso,
interpretó y grabó en su casa de Sedaví (Valencia) las canciones que componen éste,
su primer Lp. En 2009 oiría sus temas Javier
Abad quien decide editar el álbum en su sello Pretty Olivia records. Se trata
de una discográfica alicantina de reciente creación en cuyo catálogo destaca también
un sencillo a cargo de los británicos Loor a los Heroes y el álbum “A thousand
Days” que recupera el repertorio de una banda australiana de jangle pop de
Perth llamada The Rainyard.
Arturo Vaquero y José de Santiago se han encargado de la
masterización en los Estudios Abrigueiro de Friol (Lugo) y Gorka Olmo ha creado
un artwork muy especial para este álbum con carpeta serigrafiada por Vinyl-Sleeves.
En la portada y contraportada podemos ver cómo una mano se mece con dulzura por
la hierba y arranca una brizna de un
imaginario prado que se nos antoja una metáfora visual para ejemplificar el
proceso creativo de Vicente quien, a su vez, toma del maravilloso mundo del
pop, las detalles melodías y los conceptos rítmicos que precisa para
complacernos con canciones sensacionales. Por último, cabe destacar que el
vinilo es de alta calidad, se incluye un código de descarga y la edición está
limitada a 300 copias.
Las canciones
Vicente Prat. Foto de su facebook |
“Empieza el juego” es el muy adecuado título del tema que
abre el disco. Vicente Prats nos agasaja ya desde el primer acorde con un
despliegue apasionante de recursos melódicos y rítmicos entre letras tan vitales
como sentidas. Más allá de la relación interpersonal a la que se refiere, el
primer verso podría interpretarse incluso como toda una muestra irrefutable de
intenciones y expectativas: “he perdido tantas veces que ya no me importa lo
que digas, tú ya sabes como acaba la partida mucho antes de empezar”. Lo cierto
es que la apasionante partida de este disco acaba de empezar y uno ya tiene la
grata sensación de que está oyendo uno de los mejores discos de pop que se han
editado en este país en cualquier época.
A continuación nos ofrece “La última vez”, un genial tema con
detalles acústicos en el que destacan los brillantes juegos a varias voces,
generando una pasión sonora con raíces en pop sunshine de los sesenta adecuado,
eso sí, al universo particular de un inspirado Prats. Tema de amor, desde el inicio
al final de una relación en la que “ya no queda nada”. Y justo cuando se pide esa
última vez aparece un brillante despliegue de guitarras ácidas que culminan de
forma excelente esta enorme canción que acaba con potente bajo y batería.
“En tu mundo” es una fantástica balada que va directa al alma
entre sueños y guitarras persuasivas. Con extraordinaria sensibilidad, Vicente
logra despertar los sentidos con una canción echa a medida de cualquier oyente
sensible. Le sigue “Tiempo perdido”, otra preciosa melodía de guitarras
envolventes, con las que también se generan crescendos fabulosos, más algún que
otro solo de orfebrería, para acompañar a una fantástica voz luminosa con la
que logra que “soñemos con los ojos abiertos y nos sintamos libres, al menos un
instante, para que hoy sea todo posible”.
Foto: Jorge Bellvar |
La cara B se abre con “Encuentros”, otra muestra irrefutable
del ingenio de su autor para crear momentos emotivos con las palabras justas y
los acordes adecuados. Un tema de pop poderoso con riff efectivo para explicarnos
una historia de amor, de encuentros, de búsquedas y de pérdidas. Aparecen
también detalles de psicodelia surgiendo de una guitarra hiriente que busca el
final, entre distorsiones, protegida por un bajo persuasivo.
“Desaparezco” es un juego cromático de sonidos que pone los
pelos de punta; ideal para dejarse llevar, sin que nadie nos empuje aunque
tenga la razón. Un tema en el que la sensación de soledad, “congelado en la
memoria”, adquiere un importante protagonismo. Las guitarras tejen una pared de
acordes grandiosos que van creciendo a medida que avanza la canción hasta el
éxtasis final. “Llegó el momento” anuncia los instantes finales de este gran
disco y lo hace mediante unas guitarras clarividentes que nos levantan del
suelo para convertirnos en “ligeros como las nubes”. Una tremenda canción en la que nos habla del
valor de la espera, de volver a empezar, como una estrella que puede brillar
por fin, sin necesidad de complicarse la vida. Un solo de guitarra cierra este
existencial tema que da paso a la intimista, “Todo parece distinto” con la que
acaba el álbum. Canción sobrecogedora en la que confluyen todas las artes de este
genial creador, pletórico y tan reflexivo como comunicativo. Efectos de
metales, teclados, completan los arreglos de esta sencilla pero emotiva canción
con la que el mundo del pop español no parece ya lo mismo sin su música.
Reflexión Final
Vicente Prat. Foto de su facebook |
Vicente Prats me ha llegado al corazón con este maravilloso
disco de pop en su máximo esplendor. Contiene ocho canciones preciositas que transmiten la
herencia de grandes representantes de un estilo que, tal y como remarcaba al
principio, evoluciona al margen de modas y, por supuesto, no tiene nada que ver
con esas copias desprovistas de imaginación que se destinan al consumo de
masas. El pop auténtico es selecto pero no excluyente. Si conecta con tus
gustos, genera una empatía sentimental entre creador y seguidor difícilmente
comparable a ningún otro estilo ni expresividad artística. Vicente ha
conseguido culminar un proceso artístico maravilloso y esperemos que ésta no
sea la última de sus exhibiciones de ese más que evidente talento musical. Buscando
melodías, palabras y frases perdidas en alguna parte, ha logrado que la vida
parezca distinta por medio de canciones perfectas que activan las fibras más
sensibles de mi ser.
Nota: Puedes escuchar las canciones en el bandacamp y comprar el disco en la web de Pretty Olivia Records.
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