Ambros Chapel sumergen en esencia post-punk sus reconfortantes "The Last Memories"
portada. Foto: Stella Blasco
Si la música te apasiona, siempre aparece en el momento
adecuado y entonces se convierte en imprescindible para sobrevivir en condiciones
adversas. Algo así me acaba de suceder con los Ambros Chapel.
Su convincente trabajo sonoro resulta de una enorme creatividad musical y
lírica. Los componentes de esta banda valenciana atesoran una gran
habilidad para que sus canciones desprendan una pasión inconmensurable.
No solo les considero unos herederos ejemplares del imaginario del mejor
post punk de los ochenta, sino que, en este sentido, creo que nunca han
caído en la trampa de repetir esquemas preconcebidos. Su original obra
conforma un espacio musical propio en el que tienen cabida todo tipo de
filigranas instrumentales con las que acompañan, mediante arreglos
envolventes, a una voz principal que parece surgir de la profundidad del
alma. Entre finales de 2014 y principios de 2015 sacaban su cuarta
referencia, su segundo álbum, con el título de “The Last memories”
(7Days Music/Harmony Records), diez temas de una solemnidad impactante,
con suma entrega, que se escampa por la rutina de nuestras vidas hasta
teñir lo cotidiano de una espesa capa de pulsiones oníricas. Una
invasión de genialidades que encoge el corazón y nos traslada a otra
dimensión desconocida. Sin lugar a dudas, la música de los Ambros
Chapel es, como bien nos ilustra la portada de este magnífico disco,
una enorme bocanada de emotividad, toda la que seas capaz de retener en
tu corazón, para sumergirte en la vida en la que, como sabes, no te va a
resultar nada fácil respirar a tu antojo.
Trayectoria
Ambros Chapel. Foto: Stella Blasco
Ambros Chapel son actualmente Pablo Casero (voz y
guitarra), Alfred Sanchís (bajo), Oscar Vadillo (guitarra solista) y
José Rodríguez (batería). Anteriormente, formaron parte del proyecto
otros músicos como Vicent Ortiz (teclados) y Rafael Vicente (guitarra,
coros). Empezaron en 2006, año en que grabaron su primera maqueta con la
que consiguen cierta repercusión local a partir de su primer concierto
en el Loco Club de Valencia. Al año siguiente dan forma a su segunda
demo y salen de su ciudad para tocar en otros puntos del Estado quedando
como semifinalistas de varios concursos a nivel nacional. Algunos de
sus temas empiezan a ser bastante conocidos; aparecen en recopilatorios y
en 2008 ganan el concurso Troglogló, en su sexta edición, organizado
por la Caverna, local valenciano, al que se presentaron cerca de 40
grupos noveles. Ese premio les permite grabar dos canciones con Dani
Cardona en Studio 54. Su agenda de conciertos sigue aumentando mientras
ultiman la grabación de su primer disco que presentaron en noviembre de
2009 con el título de “Rome”, editado por el sello valenciano
independiente Malatesta Records y distribuido por Everlasting/Popstock. A
destacar que una de sus canciones más conocidas, “25” se emitiría en la
BBC en el año 2009.
Ambros Chapel
Su segundo álbum “Constants ara Changing” (7days
music 2011) fue grabado y mezclado por Paco Morillas en Blackout Musice y
masterizado por Mario G. Alberni. Puedes leer una reseña de este disco
en el Magic Pop entrando aquí.
A finales de 2012 graban y mezclan un Ep “Electric Eye” (7Days Music y
To Jail Records) en los Rockaway Studios (Castellón) con Alberto
Luzendo. Masterizado de nuevo por Mario G. Alberni en los Kadifornia
Estudios, se edita de forma limitada con 105 copias, en vinilo 7” más
cd. También han aportado la versión de la canción “Wellcome” en el disco
homenaje "Bajo un cielo prehistórico - Tributo a The Church" (2014,
Lunar Discos). Ya en 2015 versionan el tema “Blue Monday” para el disco
“Dreams never end: A tribute to New Order” para los brasileños The Blog
That Celebrates Itself (TBTCI Records).
“The Last
memories” fue grabado y mezclado por Facundo Novo en Novoestudios, y
masterizado por Mario G. Alberni en Kadifornia Mastering. La muy
apropiada foto de la portada es de Stella Blasco, y el diseño del disco
de Bhyf. Salió a la venta en vinilo a principios de 2015 con una edición
limitada de 300 copias con descarga digital del disco.
El disco empieza con el tema “X” cuyo trazado musical
viene marcado por esa ambientación inicial tras la que suenan los
tambores y el marcaje escueto pero vital de las guitarras. La tremenda
voz solista se apodera de nuestros sentidos al tiempo que los arreglos
van completando el poder absorbente de su música con varios motivos que
nos trasladan a un crescendo espectacular en el que este sensacional
tema explota con una aportación escalofriante de guitarra. Le sigue
“Cellophan”, tema que sugiere momentos íntimos en los que surgen con
elegancia motivos instrumentales que empiezan casi en el susurro y que
discurren hacia la grandiosidad del estribillo. Con un ritmo impecable
de batería y bajo, la guitarra aporta ya sean punteos cariñosos muy bien
definidos, como acordes ácidos que descargan con absoluta frialdad.
Ambros Chapel. Foto: Stella Blasco
Con “Broken Dice” aparecen los Ambros Chapel más
siniestros sin que por ello comporte una pérdida de la gran sensualidad
que transmiten sus canciones. Arreglos oscuros, ritmos a paso de corazón
dolorido, y esa voz con sensacional tesitura, acompañada por momentos
por esos precisos coros afligidos, van tejiendo un tema de apariencia
temática frágil pero que esconde en sus entrañas un trabajo melódico
cautivador. A continuación nos ofrecen “I don’t”, excepcional tema de
vocación espacial en el que todos y cada uno de los componentes de la
banda, aportan su mayor sensibilidad. Desde el ritmo a la orfebrería de
las guitarras, con genial solo incluido, pasando por la casi
entrecortada voz principal, nos regalan un momento de intimidad casi
mística, tan envolvente como acongojante que nos eleva hasta la
inmensidad, llegando a flotar incluso en los compases finales. Cierra
la cara A “Situation”, canción con la que recuperan la fuerza habitual
con la que imprimen su huella en melodías de un pop nada contemplativo.
Artífices de ritmos perspicaces e intervenciones estelares de guitarras,
consiguen dar forma a varias situaciones emotivas con una facilidad
pasmosa.
Ambros Chapel. Foto: Ana Sánchez
“Brazil” abre la cara B y con esta canción
descubrimos a una banda que refuerza su sentido provocativo tras un
arranque experimental que desemboca en un bajo y tambores tribales.
Ambos instrumentos resuenan en la selva de los sentimientos donde, poco a
poco, llegan a nuestros oídos descargas de guitarras punzantes que nos
mantienen en tensión. Los momentos introspectivos se suceden como
partidas de cartas sin final, para invitarnos a un juego en la que el
sonido tiene una especial relevancia llegando a cotas de una conmoción
indescriptible. Le sucede “Black Dress”, corte en el que siguen dando
muestras inequívocas de esa continua experimentación en los ritmos y las
armonías, siempre prevaleciendo esa búsqueda irrenunciable de la
condensación atmosférica de recursos con el fin de provocar una reacción
turbulenta en cadena. “Future Line” aporta una concepción rítmica
persuasiva con golpes de bajo y batería retumbando por nuestro cuerpo
sobre los que su cantante saca otra carta más de su habilidad para
dirigir la banda con un descomunal viaje hacia el éxtasis sonoro: la
eclosión sentimental de los estribillos.
Le sigue “The Lonely Fair” con otro inicio
atmosférico y un genial diálogo de guitarras penetrantes a las que se
suma la percusión mediante un acompañamiento sinuoso. Los acordes se
dispersan en ecos y los punteos nos embelesan mientras la voz nos relata
otra excelente composición que explota como si se trataran de fuegos
artificiales existenciales que explotan bajo control a nuestro
alrededor, permitiéndonos participar de esa apoteosis musical. El tema
regresa a sus secuencias más calmadas para volver a recuperar, gracias a
una sacudida eléctrica procurada por un gancho impresionante, el
éxtasis propio de las genialidades más sutiles a base de contrastes
memorables. Acaba el disco con “Solitary Man”, una aportación final, con
un magnífico medio tiempo muy marcado, dulcificado por sutiles recursos
acústicos con los que acompañan esa grave voz principal que se torna
cariñosa y que sigue anonadándonos con sus recitados tan penetrantes.
Unos efectos sinfónicos finales más una andanada de guitarra eléctrica
pone punto final a este poderoso álbum mediante unos compases
instrumentales que emocionan en sobremanera.
Ambros Chapel. Foto: Stella Blasco
Reflexión final
Manteniendo
intacta la elegancia y la pulcritud que distingue hasta el momento el
impecable trabajo sonoro de estos valencianos, su segundo álbum aporta
un impresionante mundo de sonidos magníficos, en ocasiones mordaces, en
otras de una euforia desbordante, y en algunos casos de una
introspección reconfortante. Nos agasajan con momentos solistas
memorables ya sea por medio de la descomunal voz principal como gracias a
esas guitarras tan habilidosas. Cierra el círculo, de forma perfecta,
la presencia rítmica de bajo y batería cuyas aportaciones contundentes o
sutiles, según el tema, permiten unos resultados finales brillantes.
Los Ambros Chapel siguen en la línea post punk que trazaron desde sus
inicios pero se nota, con creces, que el trabajo de ensayo y el esfuerzo
compositivo les ha permitido transitar por todo tipo de caminos en los
que han ido recogiendo nuevos, o mejorados, recursos para enriquecer su
obra y hacérsela completamente suya para tu uso y disfrute exclusivo.
“The Last Memories” acaba por ser una sensacional muestra de ese
esfuerzo colectivo combinando genialidades individuales. Tiene incluso
un valor terapéutico memorable, como toda música que transmita esa
pasión fascinante. Por ello no me parece casualidad que termine el disco
con ese “Hombre solitario”. Ciertamente es así como uno se siente tras
acabar de escuchar este álbum tan bello como reflexivo: Absolutamente
solo, luchando de nuevo contra los propios miedos, sin esas canciones
que te den fuerzas y te ayuden a superarlos para llenar ese enorme vacío
que provocan las adversidades. Entonces no tienes otra opción que
reiniciar el proceso y volver a sumergirte en la vida con una profunda
bocanada de su genial música.
Nota: Puedes escuchar las canciones en su bandcamp.
También te invitamos a visionar el videoclip de su tema "Brazil" (Cat
& Gos Films) con dirección, fotografía y edición de Stella Blasco y
Jordi Todolí, y la colaboración de Jessica Martínez.
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