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Portada |
La música se puede disfrutar, incluso padecer, de muchas formas distintas. Para algunos resulta un mero complemento para pasar el día, poco más que un ambiente sonoro de fondo en el que de vez en cuando reconocen una tonada o les satisface un ritmo; para otros, entre los que me cuento, no hay día que pase en que no nos resulte imprescindible a modo de ayuda irreemplazable e innegociable para gestionar la complicada realidad cotidiana. Y en ese amplio abanico de reacciones frente a los estímulos sonoros, al menos aquellos que se articulan en forma de canciones, destacan algunas personas que se empeñan, a pesar de las contrariedades con las que a veces nos pone a prueba la vida, en hacer realidad proyectos personales, con tal mimo e inmejorable criterio, que acaban por tornarse indispensables para la escena que les cobija; aunque a veces esa tribu de similares les contemple con increíble indiferencia y no les reconozca ni les respalde con el entusiasmo merecido.
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Galleta |
Para esos supervivientes, cada sentimiento, recuerdo o sueño se acompaña de una canción con la que dan forma a una banda sonora existencial propia e intransferible. Y entre esos incondicionales, para los que la música es su vida, figuran tanto instrumentistas, poetas, diseñadores, responsables de sellos discográficos, medios especializados, así como amantes anónimos del rock and roll; todos ellos se distinguen por ser melómanos indomables. Juntos forman una familia que, como en todas las buenas familias, a veces se rehúyen, otras se aman con locura, pero afortunadamente siguen adelante sin perderse la pista con un propósito común: disfrutar de las canciones y cuanto más tiempo, mejor. Así que, entre todos ellos, me gustaría destacar, en este momento, por su constancia y excelente predisposición, por su demostrada pasión y entrega, a Oscar García. Ya sea como periodista radiofónico, crítico musical, como al frente del prestigioso sello vallisoletano KOTJ Records nos ha demostrado, con creces, su valentía y ese exquisito gusto con el que ha creado una discográfica en la que, poco a poco, van integrándose verdaderas maravillas como el Ep con tres flamantes temas, dos de ellos inéditos, de powerpop que te presentamos a continuación. Se trata de la más reciente creación de los
Deadbeat Poets, banda creada por músicos norteamericanos de enorme prestigio como Frank Secich quien, como bien sabes, ha formado parte de combos legendarios como los Blue Ash, y la banda “Disconnected” de Stiv Bators, entre otros.
Trayectoria
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Deadbeat Poets |
Los Deadbeat Poets son cuatro músicos veteranos de Youngstown/Cleveland (Ohio). Ellos son Frank Secich al bajo, los guitarristas Terry Hartman y Pete Drivere, más el baterista John Koury. Nacido el 14 de junio de 1951 en Sharon (Pensilvania), el bajista y cantante Frank Secich es todo un mito viviente del powerpop. Empezó a formar parte de la legenda del rock and roll a mediados de los sesenta con bandas como The Electrons que se convertiría en The City Jail en el año 1966. Entre 1967 y 1968 formaría parte de The Great Ibiscus y Mother Goose Band, y en 1969 montaría, con el guitarrista Jim Kendorzy, los Blue Ash, grupo activo hasta el año 1979 y reformado en 2004. Completaría la banda Bill “Goog” Yendrek como guitarrista y David Evans a la batería. Sacaron discos esenciales como “No More, no Less” (1973).
Cuando los Dead Boys se separaron a finales del año 1978, Stiv Bators y Frank Secich, que ya se conocían desde los sesenta, empezaron a componer y grabar temas. Greg Shaw les fichó para Bomp Records. En 1979 la banda estaba formada por Stiv Bators, Johnny Blitz, Cheetah Chrome y Jimmy Zero. Secich entró en lugar de Jeff Magnum. George Cabaniss substituyó a Cheetah y Blitz fue reemplazado por David Quinton Steinberg. Stiv, George, David y Frank grabaron el fantástico “Disconnected” (1980). Frank también grabó con Stiv Bators entre 1979 y 1980 las canciones del disco recopilatorio “The Lord And The New Creatures” (1983).
Tras ese proyecto, vino el grupo Club Wow formado por Frank con Jimmy Zero, Jeff West de los Testors, más Billy Sullivan, quien había formado parte de una reunión de los Raspberries así como con los Herman´s Hermits. Solo sacaron un single “Prettiest Girl” entre los años 1982 y 1985. Después, Frank colaboró con The Infidels hasta 1990. Tras fallecer Greg Shaw en octubre de 2004, Patrick Boiselle y Suzy Shaw del sello Bomp le proponen crear una banda para grabar un tributo musical a Shaw. Reúne a los músicos de Ohio, Pete Drivere y John Koury de The Infields, más Dave Swanson de Rainy Day Saints, David “Quinton” Steinberg y George Cabaniss de la “Disconnected” banda, Jimmy Zero de los Dead Boys, Billy Sullivan de Club Wow y de la banda de reunión de los Raspberries, y Bill “Cupid” Bartolin de Blue Ash. Realizaron un disco de versiones de temas que le gustaban a Greg y que, con un libro, se llamó “He Put The Bomp!”.
Ya en 2006 empezaron a rodar los Deadbeat Poets con su amigo Terry Hartman de las bandas de Cleveland The Backdoor Men y Terry and The Tornados (guitarra rítmica, voz) más los mencionados John Koury (batería), y Pete Drivere (guitarra solista, voces). Ficharon con
Pop Detective Records. Desde entonces han editado seis discos “Notes From The Underground” (2007); “Circus town” (2010); “Youngstown Vortex Sutra” (2011); “A Deadbeat Christmas” (2011); “American Stroboscope” (2012); y “Hallelujah Anyway” (2014). Secich tambien ha escrito un audio libro autobiográfico llamado "Circumstancial Evidence" editado este 2015 por High Voltage Publishing y Zero Hour records.
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Contraportada |
El Ep que edita Kotj Records contó con la participación de Secich, Drivere, Koury, y Hartman con la ayuda de Chris Leonardi al órgano quien ya había colaborado con la banda en el disco “Circus Town” tocando el Mellotron. Las canciones se grabaron en Ampreon Recorder (Youngstown, Ohio) con la producción de Pete Drivere y Bob Kierer, como productor ejecutivo. El artwork corre a manos del dibujante y diseñador Mik Baro quien aporta, entre otros detalles, ilustraciones para la contraportada alusivas al poema de Arthur Rimbaud “El barco ebrio” (en francés en el original, “Le bateau Ivre” de 1871). En la portada destaca el logo de la banda, también de Mik, y una foto de sus componentes tomada por Chris Rutushin.
Las canciones
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Deadbeat Poets |
Cuando empiezan a sonar en la cara A las guitarras y el acompañamiento rítmico del tema “Joe The Mynah Bird”, original de Secich, cualquiera, con un mínimo de sensibilidad, puede darse ya perfecta cuenta de que las mejores expectativas van a quedar superadas con creces. Los acordes, los riffs, los golpes de batería, el percutir del bajo… configuran un abanico de matices que explotan en una fiesta de poderoso pop a la que, por supuesto, estás invitado. La banda juega con extraordinaria solvencia y emoción con una melodía alegre, embaucadora, capaz de levantarte el ánimo para invitarte al baile o para refrescarte el alma.
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Deadbeat Poets |
Ya en su cara B nos ofrecen “She’s With Me”, un tema de Drivere, en el que refuerzan ese dominio preciso y absoluto de los tempos sobre los que añaden un fascinante entramado de matices, combinados con elegancia y contundencia, aportando excelentes recorridos de guitarras y, de nuevo, respaldando a la voz principal que se compenetra a la perfección con la estructura de arreglos propia del mejor powerpop. No faltan momentos en los que destaca el protagonismo de una guitarra solista que crece hasta la inmensidad y descarga en los dos últimos compases. Con “In My Iron Lung”, canción de Hartman, incluida en el disco de los Deadbeat Poets, “Halleluyah Anyway”, la banda se muestra pletórica y en poco más de un minuto. Arrancando con un intenso preludio al unísono, guitarras, teclados, bajo, percusión y voces se arrojan en un torbellino de sensaciones por un rápido tobogán armónico dando vida a otro tema de melodía convincente, cautivadora, armado sobre una construcción rítmica de esquemas que se combinan con muy buen gusto y que consiguen, en sus crescendos, unos momentos de lucidez y potencia encomiable.
Reflexión final
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Deadbeat Poets |
Al hilo de mi reflexión inicial sobre aquellos personajes tan necesarios para que el rock and roll tenga, no solo un presente emocionante sino un futuro más que digno, nos cuenta precisamente uno de ellos, Oscar Garcia, en la hoja de promoción que acompaña a este disco: “Los sueños no son fáciles de realizar, vale... pero yo hoy materializo uno al tener por fin entre las referencias de KOTJ Records dos temas inéditos de los Deadbeat Poets… se cierra un círculo abierto hace más de 8 años en el cual aun viviendo momentos de declive, he tenido la oportunidad de sentirme muy vivo, de latir y de emocionarme, he tenido la oportunidad de contar con las amistades verdaderas y apreciar su valor, de luchar juntos por la consecución de nuevos proyectos, gracias a los cuales y con cada referencia sacada a la luz, continuamos peleando y apostando por personas que merecen la pena como Frank”. Y de eso precisamente es de lo que va todo esto acerca de esa música que nos apasiona, con sus conciertos, sus discos, con la actitud de la recurrente escena… va de ayudar, de respaldar a personas, artistas, creadores, discográficas, que merecen la pena como el maestro Secich, y el no menos importante amigo Oscar. Por eso, no creo que haya nada más importante que decir ni que hacer que mandarle cuanto antes, no sea que se agoten, un mensaje para solicitarle una copia de un Ep que, por sus canciones, por su valor legendario, o por sus connotaciones emotivas, resulta absolutamente imprescindible en tu discografía.
Nota: El correo de Kotj records es:
KOTJ.Records@yahoo.com Puedes escuchar la cara A del single en el
bandcamp donde también podrás adquirir una copia del Ep y leer la mencionada hoja promocional redactada por Oscar García
aquí en su muy recomendable blog.
Te recomendamos también leer esta
entrevista publicada en el blog Fantail Musica y realizada por el Prof. Jacobite a Frank Secich en la que nos hemos basado para escribir la biografía de esta reseña.
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