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Portada |
A los
Biscuit no se les admira y reverencia ampliamente, como
bien se merecen, porque sinceramente hay mucha tontería suelta en algunas
parcelas narcisistas del rock and roll. Empecemos por ese sector imperante que
vive anclado en el pasado, por norma y defecto, coleccionando
reliquias para, principalmente, fanfarronear
entre similares.
Conforman una multitud
de obsesivos Dj’s que viven pendientes del comercio de antigüedades para
satisfacer
a grupúsculos de danzantes
que no están interesados en la música en directo ni en proyectos actuales tan
enriquecedores como el de este brillante grupo de Vilanova i la Geltrú
(Barcelona).
Aunque
los seguidores de Biscuit
coincidamos que atesoran un repertorio
potente, tan original como brillante, las masas, incluidos aquellos que se
disfrazan para los cacareados allnighters, pasan olímpicamente, sin explicación
ni plausible ni posible, de sus múltiples y variadas aportaciones musicales a los
diferentes tipos de escena, incluida la “indie”.
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Artwork |
Aupados por el voluntarioso sello La
Castanya,
se les considera “grupo de
culto”, como si eso fuera un atenuante que valiera la pena tener en cuenta, cuando
en realidad es un brutal e indisimulable eufemismo de “banda con poca
repercusión”.
Hasta la crítica
especializada les sitúa en
una especie
de limbo, entre lo mínimamente mediático y el oscuro “underground”, un lugar
recóndito para disfrute de unos cuantos privilegiados. Sin embargo, aunque se
deshagan en halagos, la mayoría en letra pequeña y con fecha de caducidad, lo
cierto es que nunca van a concederles una portada.
Todo ello sin que la banda haga ni diga nada,
durante estos más de 20 años de trayectoria impecable, que justifique tanto
despropósito ni esa preocupante falta de atención.
Los Biscuit se limitan a
componer canciones fascinantes que interpretan
para disfrute personal con el propósito de entablar una fluida conversación
artística, tan enriquecedora como divertida, con aquellos que quieran gustar de
su apasionante proyecto.
Y en ese loable
objetivo de seguir en la brecha, pese a todo, creciendo
a pasos agigantados con obligada discreción,
se enmarca su nuevo álbum editado este 2016, sin título, con once canciones
fascinantes que originan una explosión única de placer que lo convierten en uno
de sus mejores trabajos y, de paso, en uno de los más grandes discos de rock
and roll y pop poderoso que se hayan publicado nunca.
Trayectoria
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Biscuit. Foto de su facebook. |
Los Biscuit son
Angel
Zambudio al bajo, Fermín Roca a la
batería y coros, Armand Cardona a la
guitarra, y Xavi Cardona a la
guitarra y voz.
Después de este nuevo
disco,
han pasado a ser un quinteto con la
aportación de David Charro a los teclados, coros y guitarra. Se forman en
Vilanova i la Geltrú, en el año 1993 tras la escisión de Blue Bus, una banda
que editó un mini-lp en 1991 con el título de “All Way” (Macaco Records). Tras
una segunda maqueta producida por Enrique Lindo, Grabaciones en el mar les
edita en 1997 su primer disco, “Lunch Music” en formato CD. Luego vendrá su
participación en discos de tributo a grupos como Love, y en 2001 se autoeditan
un EP con cuatro canciones, “The Basement Years” distribuido por Trip Records.
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La discografía de Biscuit. Foto de su facebook. |
Dos años después, verano de 2003,
entran
de nuevo en un estudio de grabación, con Santi García en los estudios
Ultramarinos Costa Brava. De ahí saldría “Rocks My Litlle World” editado en Cd
por Rock Indiana y en vinilo por H Records. Tras el éxito de
ese disco, vuelven en 2005 al mismo estudio, productor y con el mismo sello a
dar forma a su nuevo Lp, “Time For Answers”, en el que una vez más hacen gala
de su poderío con una mezcla de rock’n’roll, psicodelia y toques melódicos de
pop. En esta ocasión, No Tomorrow se encarga de la edición en vinilo. Después
vendría "Cinnamon Fadeout", grabado en el mismo estudio, y editado en
2009 por el sello Hang the dj!, en Cd y vinilo. A finales de 2011 sacan, de la
mano de La Castanya, el álbum “Memorabilia” del que puedes leer más datos
aquí.
A destacar también que en 2012 triunfan tocando en directo
con Bart Davenport
(
+ info) el “Sound
Affects” entero de los Jam.
En 2013 la Castanya editó un Ep en 7” titulado “Hit the
Ground”
para celebrar
el 20 aniversario del grupo.
Contiene los temas “The One in
Charge”, “The Wireless Golden Voice” y
“Quit This Place”. Fue producido
por Mike Mariconda en los Estudios Ultramarinos Costa Brava (Sant Feliu de
Guíxols), con Santi García como asistente.
Por otra parte el sello australiano Off The Hips compiló en 2015 16
canciones que recorren más de dos décadas de carrera en “20 Years a Million
Beers & Lotta Nerve”.
Anteriormente
a la edición de este nuevo Lp que te presentamos,
se dieron a conocer los temas
“Goodbye Again Or B” y el inédito “Phil's
Song”.
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Artwork. |
Todos los temas de este su más reciente álbum son originales
de la banda con ayuda en los arreglos de Santi García.
Las letras son de Xavi Cardona y en los
créditos se menciona la inspiración de Henry Miller en la canción “Unthinkable”. Fueron grabados en Cal Pau
Recordings durante cuatro días del mes de noviembre de 2014, producidos y
mezclados por Santi García y masterizados por Víctor García en Ultramarinos
Mastering. Santi también aporta voces y percusión en algunos temas. Marc Clos
toca el vibráfono, la armónica y teclados.
Edu Rocket se encarga del saxo. El artwork,
con esas viñetas en portada en las que uno imagina la conversación entre un
joven que escucha el disco a volumen demasiado bajo y su mentor rockero, es de
Joan Thelorious.
Las canciones
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Biscuit. Foto de su facebook |
El disco se abre con “Welcome to Dundersville”, un tema
fantástico tanto a nivel rítmico como
melódico, con una combinación original de
riffs de guitarras ciertamente monumental.
Con la entrada de la batería y bajo se sube el
listón de placer a un nivel indescriptible y, ya con el arranque de la
poderosa
voz principal, nos deslumbran
hasta cotas magistrales. Con semejante arranque triunfal, el disco ya se torna en
indispensable. Le sigue “Blame Me”, otra exhibición de guitarras grandiosas,
incluido el perseverante bajo, la rapidez de la batería y la entrega vocal que,
combinados con destreza, crean un ácido natural que corroe el aburrimiento para
que impere la fuerza de una banda en completo estado de gracia. Diferentes
motivos eléctricos van originando incandescentes puntos de interés entre
desarrollos instrumentales sublimes.
Con
“Blank Morning (She Said)”
persisten en
esa disposición de arreglos calibrados expresamente para levantarnos del suelo
como si se trataran de muelles emocionales que nos invitaran a tocar el cielo
con saltos enérgicos propulsados por esas sucesivas descargas electrizantes con
algún que otro ramalazo bien ideado a lo Who.
Incluso cuando reducen intensidad, resultan
igual de poderosos y emocionantes.
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Biscuit. Foto de su facebook |
El
siguiente corte “Duke's Tale” explota mediante otra secuencia impresionante de
power pop, con marcado peso del bajo, entre detalles lisérgicos de guitarra
aportando una segunda voz más extraordinarias cascadas de distorsión procurando
un crescendo de órdago que se completa con una fantástica intervención de
armónica a la carrera. Y de este modo, exhaustos frente a tantas excelencias sucesivas,
llegamos a la más reposada “Need My Coach”,
al menos inicialmente, porque a los pocos compases adquiere la misma
entrega hiriente de una banda capaz de reinventarse, tema tras tema, sin perder
por ello su sello personal. Guitarras, batería y voz principal se combinan con
una complicidad única entre algún que otro solo envolvente de factura
impoluta.
“Unthinkable”
cierra esta impactante cara A. Se
trata de una canción de vocación oscura, muy potente, que descarga de forma
luminosa en la melodía del estribillo. A destacar esa aportación esencial del
saxo que confiere un toque de aguerrido R&B.
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Biscuit en el estudio. Foto de su facebook |
“The Chip”
es el
título del tema con el que se inicia
la cara B.
Se trata de una canción que cuenta con
unos compases iniciales de batería al modo de los himnos de glam rock, de nuevo
con el saxo como invitado de excepción, y muchas guitarras trenzando motivos
convincentes, con guiños a la historia del rock and roll setentero y un
psicodélico solo de wah wah que se pierde hasta la inmensidad y antecede a esa
impresionante “Saw Ya”.
Menudo
temazo de powerpop californiano, el
que nos ofrecen en este caso, con una pulsación rítmica de una agilidad
milimetrada más una melodía encantadora de puño en alto.
Momentos a lo Jam con un bajo fantástico,
juegos lisérgicos de eléctrica y una voz endiabladamente buena, más unos salvajes
compases finales, culminan esta canción tan extraordinaria.
A continuación vuelven a sorprendernos con “Agus
Young” con bajo distorsionado y una amalgama de recursos instrumentales, pretendidamente
sucios, que ponen los pelos de punta y no impiden que triunfe sobre ellos los
valores melódicos de ese pop contagioso.
Añaden otro solo de guitarra de textura rockera con el que reafirman su
crudeza.
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Biscuit. Foto de su facebook. |
Llegados a los dos últimos cortes, nos agasajan con “I'll
Take Anything”,
fantástico
medio tempo con filigranas de bajo, guitarra, pedales de teclados y una
percusión impactante. Canción de raíces psicodélicas adaptadas a su impronta
personal. Una contribución psych sencillamente cautivadora que muchos grupos de
exclusiva
convicción lisérgica querrían
para ellos. Finaliza el álbum con “Goodbye Again Or”,
la última de las maravillas de un trabajo inequívocamente Biscuit,
no tan distanciado de sus anteriores discos como algunos pretenden ver. Aquí se
tornan más pop, incluso new wave si se me permite con detalles que me recuerdan
a los Style Council, mediante toques de vibráfono, ritmo saltarín, un órgano
celestial y un bajo y guitarras no menos imprescindibles, incluida la voz
principal canturreando con soltura y entrega el estribillo final entre coros de
respaldo.
Reflexión final
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Los Biscuit. Foto de su facebook |
En la promoción del disco se especifica expresamente
que este álbum
cierra su primera época dorada pero que: “This
is (not) the end”.
La aclaración podría
incluso conllevar un cierto
aire de ironía
porque más de una banda ya lo hubiera mandado todo a paseo y se hubiera
disuelto ante la impotencia de ver cómo tras 20 largos años de trayectoria, con
un repertorio tan consistente y enérgico como el suyo, aún chocan contra absurdos
muros de indiferencia y tienen que soportar falsas palmaditas en la espalda de
supuestos entendidos sin apenas criterio.
Afortunadamente, éste no es su fin y creo que todos aquellos a los que
nos gusta la música, y en especial el rock and roll, deberíamos felicitaros por
ello.
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Biscuit. Foto de su facebook. |
La realidad es tan clara como
odiosa. No tienen cabida en el negocio al por mayor de la radio fórmula, porque
simplemente les resultan incomprensibles y difíciles de digerir; ni tampoco figuran
entre las deidades de las sectas de anticuarios sónicos que siguen a lo suyo
sin visión alguna de futuro, obsesionados por el pasado y pendientes de las
raíces sin darse
cuenta de que del árbol
sagrado siguen surgiendo nuevos frutos suculentos, crudos si se quiere echar
mano de los habituales latiguillos, como éste
nuevo disco de los Biscuit: un álbum sin título, simple y directo,
apasionante y vital,
que les convierte
en más enormes e imprescindibles que nunca.
Eso es lo que realmente cuenta.
Todo
lo demás:
palmaditas en la espalda,
incomprensión a raudales, actitudes indefendibles como no comprar el disco ni acudir
a verles en directo son, en resumidas cuentas,
una sarta de estupideces de las que deberías
arrepentirte cuanto antes porque son, a todas luces, nuestra mayor banda de
rock and roll, mucho mejor incluso de lo que podríamos desear, y es intolerable
que no les hagamos el puto caso que bien se merecen.
Nota: Puedes escuchar el disco en el
bandcamp de la Castanya donde podrás adquirir una copia en Cd, Lp, en vinilo color azul, o varias ofertas con su discografía.
Entre otras
fechas que podrás consultar en su
facebook o en su
blog, les podrás ver en directo el 28 de
mayo de 2016 en el Castanyasso Rock Festival "Wow Pow" que se celebra en la Sala Zero de
Tarragona.
El resto del cartel
lo forman los Pow Pow Pows, High Tiny Hairs y Mick Gave and The Bad Psychs.
La trajectòria de Biscuit és exemplar, i aquest disc no es queda curt en absolut. Un altre gran àlbum de rock'n'roll que, per mi, captura millor que mai l'esperit de la banda en directe. Un dels grans discos del que portem d'any, no en tinc cap mena de dubte. Llàstima que, com bé apuntes tu mateix, molta gent no s'adona o no s'assabenta de l'existència d'obres com aquesta perquè no hi veu més enllà de la seva vanitat i el seu postureig. En fi, ells s'ho perden. Jo porto mesos enganxat a aquest disc, i el concert del passat mes de febrer al Sidecar va ser magistral.
ResponderEliminarJo també, amic Oriol, absolutament enganxat... quin disc!!!, amb cada nova audició m'agrada més. Quines ganes de veure'ls en directe a Tarragona.
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