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Mi añorado y malogrado amigo Paco Rufus me descubrió grupos
esenciales del punk rock
mediante un magnífico
catálogo de bandas editadas por su sello, la gran mayoría reseñadas en este
blog. Con convicción, buen criterio, y sin dejarse aminorar en exceso por la
arriesgada realidad económica, Rufus Recordings ha llegado a ser hoy en día un espacio
de referencia que, por suerte para todos nosotros, sigue su camino
imperturbable gracias al trabajo que realiza Marta Margalef. Entre los grupos
que ambos acogían en su proyecto editorial, con la ayuda de
discográficas amigas, destacan los salvajes Dogbeats, poderoso trío de Benidorm
que, tras un brillante Ep en 2013 más un sensacional Lp con título tan
apropiado de “Rock and roll Tsunami” (Rufus y Ghost Highway recordings más
Peckinpah records 2015) han tomado la decisión
este verano de 2016 de separarse para empezar otras aventuras musicales. Sirva
esta reseña como homenaje final a una banda cuyas canciones transmiten una
fuerza tremenda y explotan en la cabeza generando la plena e indiscutible
satisfacción de la “Dogbeatation”.
Trayectoria
El power trio The Dogbeats se fromó en Benidorm con componentes de
los Harry Sons, Bastardos o Motocross. Ellos son
Jaume aka “Jaumal” a la guitarra y voz;
Fernan al bajo y voz;
y Sergi “Dinamita” a la batería. Su música
recoge lo mejor de las bandas norteamericanas de proto punk rock como los
Stooges o los MC5, más el sonido aussie High Energy de los Radio Birdman,
Bored!, Powder Monkeys, o The Onyas. Grabaron un Ep en Tigruss Studios,
(Gandia, Valencia) el 18 y 19 de febrero de 2013. Producido y grabado por
Mihran Mongotronix y Pepe Tigruss, el artwork corrió a cargo de
Sergi Dinamita con esa portada de punk rock
cancerbero, más una foto del grupo en la contraportada a cargo de Reinaldo
Soriano. Lo editó en vinilo Rufus recordings y Devil records (+ info en Magic
Pop).
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Galleta y logo |
Su siguiente trabajo es este Lp con el título genérico de "Rock and roll Tsunami" editado con uan tirada limitada de 250 copias. Grabado en Rockaway Studios, Castellón, en marzo de 2015,
fue editado por Rufus Recordings, Ghost Highway Recordings y Pekinpah Records. Contiene
una hoja interior con las letras de las canciones. El fabuloso artwork es de
Sergi Dinamita quien dibuja para la portada y la contraportada un collage de
catástrofes varias con un personaje principal que se extrae un moco del que
cuelga el nombre de la banda.
Las canciones
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The Dogbeats. Foto facilitada por la banda |
El disco arranca con “Bullet In My Head” en el que desde el
primer acorde las guitarras y la sección rítmica discurren con una velocidad
endiablada. Riffs hirientes, momentos solistas sin inservibles filigranas, una
voz agresiva, coros de puño en alto, y una batería incansable, dan forma a este
temazo sin desperdicio alguno con el que te pondrán en alerta sin control en
una batalla contra el tiempo real. Le sigue “I'm Alive”, un tema existencial de
plena locura, buscando algo en lo que creer con guitarras disparando ristras de
acordes envueltos en distorsiones posesivas, incluso con más velocidad, por si
pudieran parecerte poco rápidos para tu gusto.
El siguiente corte lleva por titulo “I Can't
Get Up”, otra andanada de punk demencial en el que la melodía mantiene su pulso
con una rítmica acongojante y unos arreglos que inspiran terror y primitivismo.
Un tema que fluctúa entre esos momentos en los que te sientes eufórico, como
una estrella,
y otros en los que no
puedes levantarte e intentas expulsar las malas vibraciones.
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The Dogbeats. Foto facilitada por la banda |
A continuación nos noquean con “Black Or Blue”,
un tma ideal para vivir la noche como si no hubiera mañana. Tremenda andanada
de guitarra, bajo y batería descerrajando arreglos de punk rock sobre los que
canta esa apropiada voz principal. De nuevo otro momento solista de guitarra
aguerrida en escasos pero contundentes compases.
Des este modo llegamos a “She’s my Dealer”
que cabalga sobre un arranque de bajo al que se suman las seis cuerdas y la
galopante percusión. Sin tregua posible, nos presentan bajo el fuego intenso de
acordes belicosos a su “dealer”, una chica “que a veces tiene razón, otras se
equivoca, pero siempre estamos a su disposición al cien por cien”.
Con el siguiente corte cambian del inglés al
castellano sin perder por ello ni su fuerza, ni su poder de convicción. Más
riffs que insuflan una regañina descomunal a un ritmo ultrarápido. “Vete” que
así se llama el tema cierra la cara A entre “asuntos que huelen
mal y movidas que no me van”.
En los últimos compases ralentizan el tempo
para lograr pulverizarnos con unos momentos de hard rock descomunales con una
inspirada guitarra eléctrica soleando.
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The Dogbeats. Foto facilitada por la banda |
Tras unos tenebrosos efectos iniciales, empieza la cara B con
ese descomunal “Dream Rider” en el que nuestros sueños son conducidos hacia
lugares oscuros entre sombras inquietantes que, por supuesto, vamos a
recordar.
Redobles que retumban en el
estómago acompañan a una guitarra que agujerea con malicia y un bajo que
percute nuestras sienes. La banda
logra
zarandearnos con astucia hasta el siguiente
tema titulado “Don't Tell Me Lies” en el que vuelve a poner a prueba nuestra
capacidad de seguir temas realmente veloces sin perder detalle de su brillantez
compositiva. “No me cuentes mentiras…no soy un freak, estoy en mi derecho”, un
tema de reivindicación personal en el que “cada sueño es una pelea”.
Le sigue “Sick”, otra exhibición de recursos
punzantes a base guitarras moviéndose con una agilidad envidiable, momentos en
solitario incluidos, entre ritmos perseverantes, y un bajo irreductible. Nos
cuentan: “La ley es obscena, la peña tan guay y la verdad desnuda… pero yo no
soy estúpido, estoy harto”.
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The Dogbeats. Foto facilitada por la banda |
Vuelven al idioma castellano con “Salir de aquí”. Otro gran
tema que transmite una seguridad musical con unos recorridos eléctricos que
ponen los pelos de punta y una pasión lírica irrefrenable, entre metáforas que
resumen la absurda realidad de una sociedad obsesiva y posesiva. “Ando sin
rumbo, buscando una vía para escapar entre entes andantes, rostros vacíos,
bellas muñecas que vomitan sin cesar…”. Los dos últimos temas del disco
culminan el enorme trabajo realizado por este poderoso trío de punk rock. En “Let's
Go To Hell”,
sus protagonistas vienen del
infierno a buscarte otra vez, para “volvernos locos y hacer cosas raras otra
vez” con el propósito de “quemar este mundo en llamas”.
Y ese fuego redentor se materializa con un
torbellino de guitarra, bajo y batería, francamente, espectacular. Concepciones
rítmicas al límite envuelven la melodía con una entrega sin parangón. Acaba el
álbum con “Dogbeatation”, a modo de resumen de su cautivadora fiereza dando
forma a un estilo propio, tanto a nivel lírico como musical.
Tras unos compases de distorsiones solemnes,
vuelven a la carga, sin remilgos, interpretando
esta escalofriante canción con la que ponen
punto final a un álbum, sin desperdicio alguno, en el que no escatiman
esfuerzos para hacernos enloquecer de principio a fin.
Reflexión final
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The Dogbeats. Foto facilitada por la banda |
En el tema que cierra este sensacional “Rock and roll
Tsunami”, los Dogbeats
nos cantan en
inglés: “Si oyes esto, tienes que ponerlo a todo volumen. Olvida tus problemas y
a disfrutar.
Tengo tiempo. Todo está
permitido. Lánzate sobre la sudorosa muchedumbre. Nos da igual todo, mientras
disfrutemos todo el rato. Tengo la Dogbeatation”. Es uno de tantos ejemplos del
gran trabajo realizado por este ya extinto trío de Benidorm. Una banda de salvaje
rock and roll que no solo conseguió crear temas agresivos, rápidos,
construidos con riffs cautivadores e interpretados con voces salvajes, sino que
también materializó n trabajo poético existencial muy destacable. Sus
letras transmiten el ansia de escapar de la mediocre cotidianidad con versos
nada desdeñables como, por ejemplo: “Tengo derecho a irme porque van por una
mala dirección. No quiero cambiar nada, sólo quiero irme”.
Auténtica
supervivencia en un medio hostil, sin ínfulas que valgan ni arrogancia innecesaria,
tan solo con las ideas muy claras expresadas con un magnífico dominio del lenguaje
musical propio del punk rock old school. Desafortunadamente, The Dogbeats ya no existen como
grupo, aunque estoy convencido de que sus componentes seguirán su camino con otros proyectos que heredarán, con solvencia, la enorme fuerza de este poderoso trío. Tanto su Ep de presentación
como este Lp de despedida están prácticamente agotados y va a resultarte muy difícil
encontrarlos, pero si tienes la oportunidad de adquirir un ejemplar, no dudes
en hacerte con él.
Sus canciones te
ayudarán a ir a contracorriente, a escapar aunque sea solo por unos instantes, de
esa realidad asfixiante al tiempo que disfrutarás de todas y cada una de sus hirientes
andanadas y memorables ocurrencias.
Nota: Puedes oir las canciones en el bandcamp y adquitir aún una copia en la web de Ghost Highway recordings. En Rufus está agotado.
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