Puede que parezca una obviedad sin relevancia, pero creo que si de algo podemos estar especialmente satisfechos los amantes del rock and roll actual, es que las raíces han empezado a dar, otra vez, nuevos frutos y éstos no saben a lo mismo de siempre. Una sensación especialmente reconfortante porque indica, por encima de todo, que estamos evolucionando, eso sí con respeto y con conocimiento de causa, pero también con ganas de aportar algo diferente mediante motivos y resultados tan enriquecedores como lo que nos ofrecen los Little Cobras en su magnífico álbum “Fire Monkey” (Clifford Records 2016) título inspirado en el actual Año del Mono de Fuego del Horóscopo Chino. El disco contiene ocho canciones sensacionales, dos de ellas versiones que reinventan con una personalidad arrebatadora los originales, envueltas en una fascinante ambientación selvática obra del artista multidisciplinar Pedro Perles. Se trata de temas que van más allá de su imaginario conocido hasta el momento y revuelven los principios de la historia para crear nuevos referentes, igual de sólidos, que te parecerán, sin tapujos que valgan, únicos y llamados a ser tan duraderos como cualquiera de tus ídolos de cabecera.
Trayectoria
Little Cobras. Foto: Pablo Bernardo |
Los Little Cobras son un trío de rock and roll formado a
mediados de la década de los dos mil en el Puerto de Santa María (Cádiz). Ellos son los hermanos Sergio Rejano
(guitarra y voz) y Daniel Rejano (guitarra y voces) más Raúl Rivas (batería).
Daniel también era el bajista de la banda Perro Peligro quienes daban su último
concierto en 2013.
En el bandcamp de los Little Cobras puedes oír las canciones
que fueron grabadas para dos de sus primeros trabajos: uno de ellos con título
homónimo en el que destacan canciones como “I.S.A” y “Shake Down”. Estos dos
temas fueron editados en un Split en 2009 con los Hollers por el sello
sevillano llamado entonces Monterrey Discos y después Saturno records. Su
segundo trabajo lleva por título “Tiger In Your Tank” con ocho temas entre los
que se encuentran las cuatro canciones que integran el Ep que Rufus Recordings
ha editado en vinilo naranja en el verano de 2012 (+ info). Las canciones son
“Shake, shout & Roll” más “Fish fry special” en la cara A; y “Already gone
by” más “El Matarife” en la cara B. Ese segundo trabajo también contiene temas
cantados en castellano, sin desperdicio alguno, como “Dime lo que buscas” o “No
te quiero volver a ver”. Le siguió un
nuevo disco “Songs for Dogs and Planets” (2013) del que puedes leer una crítica
también en nuestro blog. Los temas son
originales de la banda menos los temas que cierran tanto la cara A como la cara
B y que son, respectivamente, una versión del "Subterranean Homesick
Blues" de Bob Dylan; y una adaptación del "Wanted Dead or Alive"
de Kim Fowley y M. Cerf.
Los Little Cobras en el estudio |
Su nuevo álbum “Fire Monkey” fue grabado en Hollers Analog
Studio por Máximo RB, masterizado en Kadifornia por Mario G. Alberni. Colaboran
en el tema “Bubble” Isabel Guerrero y
Victoria Cansino aportando voces. El diseño e ilustración, con esa magnífica
ambientación selvática repleta de colorido es de Pedro Perles, amigo del grupo
y responsable de sus fabulosas portadas.
Las canciones
Little Cobras. Foto: Juan Antonio Gamez |
La cara denomiada “Fire”, con su galleta del sol, se abre con el tema “Cobalt Blues”, extraordinario corte ardiente en el que se entremezclan varios riffs de guitarras envueltas en fuzz poderoso que desparraman ideas con una eficacia encomiable arropando la aguerrida voz principal. El tempo está marcado con mucha solvencia por una batería persuasiva y salvaje. Los arreglos suman toques de rock años cincuenta con blues oscuro y un aire siniestro de post-punk. Le sigue “Blessing”, canción recuperada
de la primera maqueta que siguen tocando en directo, con una nueva versión
deslumbrante de guitarras cortantes, punteos obsesivos, ritmo de una
persistencia endiablada, y más detalles sinuosos en forma de segundas voces que
enriquecen el resultado final a un nivel fascinante. Llegamos de este modo al enorme y enigmático blues
de “Barstool Boogie Spree” con sus
arreglos absorbentes y esos recorridos instumentales que crecen desde el abismo
hasta explotar con un despliegue de matices enloquecedores.
Little Cobras. Foto: Juan Antonio Gamez |
Con “Bubble” se muestran más espectaculares aún si cabe con
esas dos baterías, la incorporación de un bajo, los coros femeninos, y un
efecto de teclado mediante pedal. Melódicamente vuelven a anonadarnos y rítmicamente
nos convierten en cómplices de esta bacanal sonora.
La cara llamada “Monkey”, empieza con la canción que da nombre
genérico al disco, toda una explosión de
recursos sonoros interpretados con una contundencia y una habilidad única para
lograr contagiarnos de esa fuerza portentosa procurada por dos guitarras, una
batería y una voz, los tres muy bien compenetrados. Le sigue la canción instrumental “Carajillo” construida con suma destreza
sobre los preceptos del “garage punk”
adobado con ese contumaz lenguaje
de “surf and roll” llevado al límite. Con “The Butcher”, versión libre del tema
de 1969 de Leonard Cohen, la banda reinventa la melodía, imprime ritmo y acrecienta
notablemente su valor pasional. Cierra el disco con otra adaptación
extraordinaria, en este caso del “Too much paranoia” (1978) de los Devo. Aquí la aportación de los Little Cobra es
genial, aderezan el tema con su modo particular con el propósito conseguido de convertirlo más atractivo rítmicamente al tiempo que conservan la esencia “paranoide” del original.
Reflexión final
Little Cobras. Foto de su facebook |
“Fire Monkey” tiene tantas cosas especiales a comentar y
disfrutar que, a poco que nos fijemos en sus múltiples matices, nos daremos
cuenta de que no solo han ido más allá de su, siempre enriquecedora aportación creativa, sino que
además aportan al mundo de rock and roll una forma de entender las melodías y
los ritmos inaudita y sumamente cautivadora. En los Little Cobras hay tantos
aspectos memorables que incluso resulta
sumamente original su forma de entender las versiones ya que éstas
pueden no ser premeditas y surgir por combustión espontánea a raíz de riffs
improvisados propios a los que adaptan las letras de las canciones originales.
Un proceso sorprendente que configura la elevada sensibilidad y buen criterio
de esta banda. En este nuevo trabajo han
potenciado las voces, han ampliado la
instrumentación cuando ha sido preciso, y han perfilado, en resumidas
cuentas, una magnífica obra discográfica
que amplia y mejora su proyecto hasta una cota que se nos antoja aún sin techo
por muy alto que nos parezca, que lo está.
Los Little Cobras despliegan la sinuosa figura artística con un disco
que tensa el músculo; un álbum esencial,
de lo mejorcito de este año con una mezcla arrebatadora de post-punk, sonidos de los años cincuenta, y ese
primitivismo rítmico que les convierte en una banda única e
imprescindible.
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