Portada |
“20 horas” es el tiempo que puede pasar entre que sales a
tomar el vermut y, al final, te recoges
al día siguiente tras haberte liado “dobleteando” por ahí con amigos, paseando,
yendo de copas, a un concierto, entre conversaciones, más risas y mucho baile;
o también puede ser el espacio temporal que se tarda en ir, grabar y volver del
estudio de José María Rosillo en Madrid para dar vida a un segundo disco
titulado precisamente así, “20 horas”, firmado por Max Gamuza y editado en 2016
por Clifford records. Un álbum en el que
suceden muchas cosas, y todas buenas, durante el trascurso de las 13 magníficas
canciones que se incluyen: doce temas propios y una cautivadora versión de los
Hollies, más el arte siempre original y fascinante de Mik Baro con una divertida
portada y contraportada. Max Gamuza
consigue, en esta su segunda entrega en formato grande, una conjunción perfecta
de melodías penetrantes con letras perspicaces y ritmos arrebatadores,
distribuidas en dos caras un tanto distintas. Una cara A más salvaje y una cara B más melódica
pero no por ello menos impactante. El
resultado genérico son, como no puede ser de otro modo, canciones, como pocas, en las que se entremezcla el pop con el
“garage”, aderezado por esa actitud punk que las convierte en ideales para ser
degustadas en cualquier ambiente donde el rock and roll sea su principal
fundamento temático, al margen de
“postureos” incluidos los del “underground” que también los tiene.
Trayectoria
Max Gamuza. Foto de su facebook |
Max Gamuza es un grupo asturiano formado por Busta (voz,
guitarra), David Fernández (batería), Chusín Fernandez (bajo) y David Warshall
(guitarra). El proyecto arranca en las navidades de 2011 aprovechando que Mike
Mariconda vivía en Gijón. Busta le mostró parte de su material y las canciones
gustaron al famoso músico de los Devil Dogs y prestigioso productor
norteamericano. Entraron a grabar en la primavera de 2012 en el estudio de
Busta, el que se convertiría en su primer Lp con Iñigo O. De Zarate de The
Allnighters, al Hammond B3, Farfisa y
piano; Iván Mirech a la batería; Joseba Irazoki y Mike Mariconda a las
guitarras más producción, y el propio Busta a la voz, bajo, guitarra y
percusión. El álbum con 14 canciones lo edita Munster en setiembre de 2012 con
el título de “Los Buenos Momentos Están Aquí”. Durante ese verano preparan la
gira por varias salas del Estado y se producen un par de baja incorporándose
una nueva base rítmica formada por
Joseba Baleztena al bajo y Guanche a la batería. Los temas de rock and
roll, incluidos en ese disco,van del “garage” al blues punk con algunos
detalles melódicos del mejor pop, trabajando referencias de los sesenta y
ochenta. Reciben buenas críticas por la prensa especializada pero no la
repercusiçon que bien merecen. Actúan por festivales y a finales de 2013 ya
cuentan con un nuevo bajista, Chusín
Fernández de los Supersiders.
Artwork by Mik Baro |
Ya en 2014 entran a grabar un nuevo single. En ese momento
Tony Uría se encarga de la batería y Pedro “Teclas” del farfisa. Tras un
periodo de incertidumbres, desde junio de 2014 David Fernández se encarga de la
batería con el que se cierra una formación estable. De este modo, y tras
numerosos directos, llegamos a julio de 2015, mes en el que sale su nuevo 7”
con el título genérico de “Hoy No Perderé”
más “Allnighters Call” en la cara B, producido por Angel Kaplan y
mezclado por Rosillo con Pedro Teclas al farfisa, Dimas Obaya a la guitarra,
Iván Mirech a la batería, y Chusín Fernández al bajo, más Iñigo O. de Zarate al
Hammond B3 en el segundo corte (+ info). Editado por Clifford Records, fue el
flamante adelanto de su nuevo Lp que, en el mes de diciembre de 2015, graban
David a la batería, Chusín al bajo y Busta a la voz y guitarra, bajo la
producción de José María Rosillo, de los Imposibles, en los estudios madrileños
de Audiomatic.
Contaron con la colaboración de Joseba Baleztena a las
guitarras, Iñigo Zarate al Hammond B3 con Leslie 122, y Rosillo a las
percusiones más melotrón. El divertido
artwork es obra de Mik Baro quien dibuja al trío en la portada en plena carrera
mientras que en la contraportada nos ofrece una imagen ilustrativa para cada
una de las 13 canciones. Se incluye
también un código de descarga digital de las canciones.
Las canciones
Max Gamuza. Foto: M Gómez |
El disco empieza con “La Amenaza”, canción con arreglos
rítmicos penetrantes, en los que se lucen un contundente bajo, solo incluido, más
una batería milimetrada, a los que se
suman ese órgano poderoso, incluidas unas guitarras que descargan con lujuria y
una voz que desborda pasión. “Eres una amenaza”, nos cuentan, “siempre vienes a
buscar problemas… pero sabemos a lo que juegas”. Le sigue “I Can't Stop The Fun”, otra excelente canción que emerge con riff
desgarrador de guitarra al que se añade
esa voz penetrante. Aquí nos cantan: “con los bolsillos llenos de ritmos garajeros….”.
Genial
y ácido solo de guitarra entre “la música muy alta porque no me gusta hablar…
suenan los vinilos, no dejo de bailar y bebo sin parar… pasan las horas, nos
cierran el bar”. Todo un hit ciertamente
psicodélico con final obsesivo y demencial, que nos trasporta al siguiente corte
titulado “Feliz y Salvaje”, otra genialidad marca de la casa, en la que destaca
ya desde los primeros compases ese absorbente bajo más batería. “No me lavo los
dientes, los mismos gallumbos, como con los dedos, bebo al morro… vaqueros
tiesos, botones sin poner, polvo en la mesita, libros sin leer…”, menudo
elemento para este divertido R&B que nos invita al baile de principio a
fin.
Artwork, ya como cuarteto |
Max Gamuza. Foto: Chusmi 10 |
Le sigue “Superman”, canción de guitarras poderosas que
dialogan con la sección rítmica mediante un poderío espectacular. “Hoy quiero
salir, me voy a bailar, yo no soy un Superman…”. Genial combinado de efectos guitarreros
que nos lleva “Fuera De Casa”, otro temazo de descargas electrizantes que van “corriendo
por las calles sin encontrar nada nuevo…
otra noche más que no puse el freno… ahora no puedo entrar en casa”. Tema de desamor, con dosis de ironía, en la
que no falta un buen solo de saxo tenor que se compenetra a la perfección con
el resto de tan desbordante banda. Finaliza la cara A con “El Espejo” canción
que recorre con furia el espacio sonoro:
“nunca volveré a nacer… las calles me dan la razón, siempre hay sitio para
la traición”. Energía en pura esencia con arrebato punk dando forma a la última
de las andanadas para esta primera cara más salvaje y “garajera”.
Max Gamuza. Foto: Chusmi 10 |
La cara B se abre con la portentosa canción titulada “Celoso”,
con esas guitarras de instro surf con
aire latino que articulan un tema precioso, con claro sabor sixties. “Siempre los
mismos miedos al despertar, que ya se irán y no volverán… pero en mi mente, tú estás… busco canciones para
poderte enamorar una vez más, que me veas diferente a los demás… “. Una maravilla
de melodía encantadora y unos arreglos de banda ciertamente fascinantes con
guitarras, órgano, sección rítmica y voz, todo ellos en estado de gracia. A continuación
nos ofrecen “Pienso en ti”, tema atmosférico, envolvente, con una sensualidad a
flor de piel. “Sigo pensando en ti… no me haces fácil que me pueda expresar. Pero cada
minuto sigo pensando en ti”. Tema de desamor “sin paciencia, pero no paro de
remar, la ola llegará”. Momentos ácidos
se combinan con solos estratosféricos, entrelazados por algunos momentos
hirientes, entre ritmos bien marcados por un persistente bajo y batería. Un
tema con entrega ilimitada a cargo de unos músicos muy inspirados que finalizan
la secuencia con un crescendo demoledor. Con “Escalera”, los Max Gamuza recuperan esa
gracia innata para definir canciones de corte surfer y detalles punk. Un instrumental
muy bien definido en el que la guitarra se explaya entre salvas, riffs contumaces,
y secuencias melódicas nada desdeñables, arropada por un ritmo impoluto.
Max Gamuza. Foto: Chusmi 10 |
En “Bus Stop”, los Max Gamuza recuperan este “hit” de los
Hollies de 1966 con admirable respeto pero también con determinación propia,
aportando su buen gusto e inmejorable criterio, con el objetivo conseguido de dejar bien
claras cada una de sus excelencias sonoras. Destaca ese órgano omnipresente, la
voz placentera y el ritmo bien dispuesto. Encuentros en la parada del autobús entre casualidades
y un paraguas que arropa a la pareja. Nos dicen: “llega el verano y el cielo se derrite, no
tendremos el paragua como escondite. Tu y yo sabemos que seremos uno algún día…
dicen que el verdadero amor llega sin pensar”.
Max Gamuza. Foto: Chusmi 10 |
Le sigue “Nonononono”, otra canción de inspiradas guitarras,
memorable órgano y sección rítmica muy compenetrada. “No tengo coche, y no sé lo que cuesta… no
tengo poesía, no tengo que escribirla… no tengo cafetera, no tengo que limpiarla,
no tengo tele, no quiero ni mirarla… no tengo quien me espere, no tengo Rey, ni
princesa, ni conciencia ni paciencia”. Un
tema en el que sobran las banderas y los árboles que dan sombra. “Eres
Un Infierno”, es todo un ejercicio de pop poderoso en el que vuelven a ponernos
los pelos como escarpias “persiguiendo algo incierto”. De nuevo destaca su enorme valor melódico mientras “estoy loco por salir de este
infierno, ya no te deseo…busco sin saber lo que quiero”.
El álbum acaba con “Hoy no Perderé”, canción que insufla ánimo tanto en su letra
como en su concepción sonora. Un tema que afronta las consabidas adversidades que
emergen, sin remedio, de las relaciones
personales, en especial las amorosas. “Pasa el tiempo, todos cambiamos, lo que fue bueno ahora es malo…
¿por qué tengo que perder otra vez?” . Destaca
en esta versión para el Lp la presencia de un buen saxo tenor que aporta nuevos
matices arropado por una banda que moldea
el tempo con gusto impecable. La
peculiar y apropiada voz solista culmina este fantástico himno para perdedores
redimibles que no están dispuestos a dejarse arrastrar por la negatividad
apremiante. “Todo tiene un final, lo malo también”, nos recuerdan muy acertadamente.
Reflexión final
Max Ganuza. Foto de su facebook |
Hay grupos que lo petan todo y, la verdad, no lo entiendes,
y otros que no salen en las revistas, no les oyes en los festivales
“garajeros”, y sin embargo son capaces de crear canciones descomunales, con melodía y ritmo bien compenetrados, gracias
a la pasión, el esfuerzo y la actitud a raudales de sus protagonistas. De los primeros, me ahorraré el debate con
sus fans, allá ellos, pero de los segundos si me permitiré el placer de
reivindicar, una vez más, a los Max Gamuza: una banda potente e imaginativa que no solo
merece el respeto de la escena sino que, además, debería atesorar una mayor
repercusión, dentro de la escasez mediática que sufre el rock and roll hoy en
día. Mediante su enorme habilidad para
idear canciones impactantes, han sido capaces de superarse en un segundo disco,
realmente magnífico, con el título de
“20 horas” para Clifford records. Un álbum que se estructura con una
perspectiva firme y convincente, bajo
unos parámetros precisos que sitúan su proyecto en el sitio preciso combinando
la existencia vital y la artística en su justa medida. De este modo, esta banda
va dando pasos seguros, firmes, y altamente enriquecedores con el propósito
logrado de dar vida a canciones con letras suculentas, ritmos bailables y
melodías bien templadas gracias a unos arreglos minuciosos más una producción
excelente. Son muchas las cosas que se pueden decir de tan sensacional trabajo discográfico. Probablemente nos
pasaríamos “dobleteando” laureles y parabienes unos cuantos párrafos más pero ya
es hora de recoger, ir para casa con la satisfacción de haber vivido una gran
experiencia de “20 horas” al son de unas canciones inolvidables que seguirán
sonando en nuestra cabeza durante muchas horas más.
Nota: Puedes escuchar las canciones en el bandcamp y comprar una copia del vinilo en la web de Clifford records.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.