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Portada |
Con el country hecho aquí en España, al menos aquel que, sin
pretender ser más que nadie, recurre a las raíces para adaptar el sentimiento
con sensualidad y determinación, me sucede algo curioso a la par que emotivo:
se me antoja tan o más propio que en su país de origen.
De música de raíz americana hay de muchas
clases, aunque a algunos les parezca estúpidamente toda igual de yanqui.
Es por ello que se presta a la reinvención,
dependiendo de la época y el autor que nos sirva de referencia. Incluso
interviene el ambiente que
envuelva al
artista, y la apuesta de éste por crear canciones vivaces o melancólicas, según
el caso,
fusionándolo con otros estilos
que van del blues al rock and roll pasando por el folk, el pop y la psicodelia.
Y en esa amalgama, consecuente con el buen criterio, se sitúa este grandísimo
autor que es
Juanjo Zamorano, quien debutaba en solitario a finales de 2015 con un álbum que
no debería pasar desapercibido en absoluto. Se trata de un disco excelente que
destaca por esa enorme capacidad de su autor para componer canciones de
melodías conmovedoras al ritmo de un country hecho a medida de sus inquietudes
artísticas pero también para contentar con creces
la pasión de cualquier amante de la música
sensible e inspiradora, venga de donde venga, y vaya hacia donde vaya.
Trayectoria
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Juanjo Zamorano |
El asturiano Juanjo Zamorano
nació en Madrid en 1975. Ha formado parte de grupos como Disco Sucks,
Void, o los Pilgrim Rose con los que ha grabado, como cantante
y guitarrista, el Ep “Turns Winter into
Spring” (2010) y el álbum “Brighter Days Will Come” (2012). También ha
colaborado con Hendrik Röver en 2013 grabando “Cantan” con los también
mencionados Pilgrim Rose
o en el “Wading
The River” (2015) de Stormy Mondays.
El disco que te presentamos fue grabado, mezclado y
masterizado por Hendrik Röver (Los Deltonos) en sus Guitar Town Recordings
(Muriedas-Cantabria) en septiembre de 2014 y mayo de 2015. Todos los temas son
de Zamorano y en un par de ellos, “(It was a) bad Day” y “Bakersfield” ha contado con la colaboración indispensable de
Hendrik Röver quien también aporta guitarra y teclados, más la producción.
La banda que ha grabado este álbum está formada por Juanjo a
la voz, guitarra y armónica, acompañado por Daniel Montgomery a la percusión,
Pablo Gancedo al bajo, Ángel Parada a los coros, Goyo Chiquito al contrabajo y
Toño López Baños a la batería. La ilustración de la portada corresponde al
cuadro “Gassed” (1919) de John Singer
Sargent , en el que el pintor recoge los devastadores efectos de un ataque con
gas mostaza en la primera guerra mundial.
Una fila de soldados heridos, con los ojos vendados por los efectos del
gas, caminan hacia un puesto de socorro con el contraste de otro grupo que
juegan al futbol en un lejano segundo plano. El digipack incluye un libreto, diseñado y maquetado por Victor Marinez Agüera
con las letras de las canciones y fotografías alusivas a la temática. Edición limitada a 500 copias.
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digipack |
Las canciones
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Juanjo Zamorano. Foto de su facebook |
El disco se abre con
“This Time Around”, y esa bonita melodía
americana cercana al pop, con guitarras de extraordinaria amplitud acompañando
a la tan sensacional voz de Juanjo entre ritmos bien marcados que juegan con el
tempo para ir procurando intensidades de auténtico lujo.
Competa el tema un consistente solo de
guitarra. Canción luminosa que nos lleva hasta
“Wounded in Battle”, un tema que arranca con introducción de armónica al
paso de la acústica. Una canción que nos habla de un soldado caído en la
batalla. Se añade una consistente banda que aporta sonidos añejos, ritmos
marcados y una compenetración estelar sobre la que destaca un solo inmejorable
de armónica y sendos momentos de guitarra con slide descolgando acordes y riffs
de antología. Fascinante corte tras el que nos ofrece “Baba River”, canción que
desprende jovialidad con un deje nostálgico y una espontaneidad propia de los
más grandes a ritmo de ese rock and roll de raíz con más motivos solistas destacables
a cargo de la guitarra.
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Juanjo con Hendrik Röver |
En los dos siguientes temas se deja notar la sabia y
experimentada mano de Hendrik Röver.
En
“(It was a) bad Day” el líder de los Deltonos completó una secuencia de acordes
de Juanjo con una facilidad pasmosa dando vida a un tema de una profundidad
emotiva abisal. De ritmo pausado y melodía conmovedora, entre acordes de piano
y guitarra rítmica, impresiona de nuevo la enérgica voz principal y un
acompañamiento celestial de órgano con momento solista incluido. La otra
canción, la jocosa
“Bakersfield”, tiene
todo el poderío del mejor country americano, con las raíces bien ancladas y una
capacidad espectacular para tratar de tú a tú al mejor de los intérpretes de
cualquier época. Sensacional despliegue de instrumentación con más solos de
enorme belleza.
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Juanjo Zamornao. Foto de su facebook |
Prosigue el álbum con “Fit the Pieces”, homenaje a los
maestros, ya sea del jazz o del rock and roll,
que le han influido para llegar a ser el gran cantante y compositor que
es.
Detalles de rockabilly, ritmos que
fluyen con gran facilidad, acompañan tan singular voz en este tema de melodía
afable. Añade un breve pero sugerente solo de guitarra más detalles de raíces
country que explotan con sustancial presencia en el siguiente corte,
“Memories”. Estamos ante otra
canción que atesora todo lo mejor de los
clásicos, que inspira visiones paisajísticas, con sus gentes volviendo a casa
tras una larga jornada de trabajo en el campo, medida, pensada e interpretada
con un deje personal único. Otro buen solo de guitarra más dobro completan este
excelente tema de raíz con brotes nuevos fascinantes. Le sigue otra referencia
antibélica con el título de “Mrs. Wilkes”, que se refiere a los desastres de la
guerra. Folk americano a ritmo de vals de protesta con melodía cautivadora y
arreglos que ponen los pelos de punta.
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Juanjo Zamorano. Foto de su facebook |
“High Heel Shoes”, título del siguiente tema,
juega con los recursos del blues, el jazz y
el rock and roll para crear unos momentos sonoros híbridos en los que se
entremezclan la parsimonia del tempo con los toques americanos años cincuenta, más
otro buen solo de guitarra,
algunos detalles
de teclados y la voz genial de su máximo responsable. La aguda “That´s Not My
Style (Latin Lover Stomp)” aporta la brillantez con la que Juanjo, rodeado de tan excelentes
músicos, logra aportar un modo personal tan exquisito para una música atávica que
mantiene hoy en día la misma frescura que tuvo en su época de máximo esplendor.
Y tras las relaciones sentimentales, cierra el disco el poderoso y cautivador
country de “Everyday´s Heartbreak Blues”, canción que invita al baile y a la
atenta escucha con la que disfrutamos no solo de la gran voz de Juanjo sino también
de todo un despliegue de recursos solistas en las guitarras más una sección
rítmica que mide el tempo con una seguridad despampanante.
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Juanjo Zamorano. Foto de su facebook. |
Reflexión final:
El country rock en manos de Juanjo Zamorano experimenta una
revisión de parámetros tan deslumbrante que sus canciones te atrapan, de
entrada, por lo emotivo de sus melodías y por la seguridad de sus tempos. Si
bien respetan los fundamentos ancestrales, consigue que las canciones vayan más
allá de lo conocido. Al poco de oír tan sensacional disco, logras percatarte
que su brillantez no es casual. Su música aporta la sensibilidad necesaria más
la maestría nada desdeñable para darte debida cuenta de que el trabajo y la
emoción se compenetran para conseguir un álbum tan memorable como este, ya sea
en sus composiciones como en los arreglos en los que participan un elenco de
músicos magníficos. Auténticos profesionales de los que estoy convencido que no
solo han captado al detalle las sensaciones que quiere transmitir Juanjo sino
que han aportado filigranas, matices, recursos instrumentales y un excelente
criterio con el que han enriquecido, aún más si cabe, tan maravillosos temas.
Sin embargo, tan poderoso y rico trabajo discográfico no llega hasta los
sentidos del atento oyente como si se tratase de un despliegue abrumador de
recursos aunque los haya y de indudable calidad. Antes al contrario: resulta
espontáneo, afectuoso, e inspira una libertad y una sencillez fascinante, como
una bocanada de aire puro que nos hincha el alma quedándonos anonadados con la
sensación de haber disfrutado del trabajo bien hecho.
Nota: Puedes escuchar y adquitir una copia del digipack en el bandcamp de Folc records o en el de Juanjo Zamorano.
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