martes, 25 de mayo de 2010

Capitán Cavernícola, la procesión como el blues van por dentro en "La Era de los Metales"

Los avilesinos Capitán Cavernícola Blues Band presentan un nuevo disco titulado La Era de los Metales. Editado por Gasómetro Records, contiene 10 temas originales en vinilo, más otros tres en su formato CD, en los que el R&B, el rock and roll y el soul se prestan acordes y ritmos para llenar ruedas de doce compases con una enorme creatividad. Su música se sustenta en letras agridulces, solos perfectos, conocidos riffs de guitarra adaptados al lenguaje cavernario, y arreglos tan sorprendentes como la mezcla de un ritmo de percusión propio de procesión con una guitarra eléctrica entonando un sentido blues.

A finales de los ochenta, el grupo Mermelada triunfaba con su tema “Coge el tren” donde, a parte de la voz inconfundible de Javier Teixidor, destacaba un solo de armónica del ya fallecido Javier “Moro” Encinas que sería substituido a finales de los ochenta por otro grande del instrumento como es Ñaco Goñi. Ambos armonicistas  forman parte del elenco de maestros nacionales del instrumento conjuntamente con otros genios del blues como Marcos Coll, David García, Danny Boy, Joan Pau Comellas, Joaquin Rodríguez, Mingo Balaguer, Harmónica George y Alejandro Nelson “Chile” que a su vez es el cantante del grupo Capitán Cavernícola Blues Band.

Esta banda “cavernícola”, que acaba de entrar en la era de los metales, se formó en el año 1993 en Avilés por Luis y Pablo Fernández, guitarra y bajo respectivamente, más el vocalista y armonicista conocido por el sobrenombre de “Chile”. Empezaron dando conciertos acústicos y más tarde completaron la formación con Carlos Sevillano a la batería. Tras un descanso, volvieron a los escenarios a mediados de la primera década de este siglo. Actualmente, en los metales destaca la presencia de Jorge Viejo a los saxos y Rubén Hernández a la trompeta. Para la grabación de este disco, en el Estudio Acme de Avilés en enero de 2010, han contado con la participación de Miguel Herrero al piano y producción, Oscar García al saxo alto, Dani Herrero al saxo tenor, Aitor Guerrero a la trompeta, Richard García al órgano, Ismael Frenético y Alex Cash a los coros. El diseño más el artwork ha corrido a cargo de Mariola Bogas.

Los primeros trabajos discográficos de este peculiar Capitán Cavernícola fueron un single y dos epés para Norte Sur Records. En 1997, ya con sección de viento, publicaron un Cd titulado “Yo me voy”.  La idea de este segundo álbum empieza a fraguarse en 2007 cuando graban cuatro temas que finalmente, tras bastantes paseos triunfales por los escenarios asturianos, se integran en este formato de larga duración para disfrute de los amantes del blues, con un estilo a medio camino entre el desparpajo de los Blues Brothers, la firmeza del rockabilly, y la energía del Dr. Feelgood.

El blues del Capitán cavernícola toma riffs clásicos de la música negra y los adapta a su lenguaje con lo que sus canciones son un pozo de sorpresas sin fin. El disco se abre con esa fusión memorable, ya comentada, entre un ritmo de percusión a modo de procesión con el lamento de la guitarra blues en el tema Oh Sí!. En la apertura ya aparecen muchos de sus novedosos recursos temáticos, tan realistas como agridulces, y sobre todo esa soltura con la que interpretan blues, rock and roll, funk o soul con absoluta convicción. Tras esta canción, donde reivindican su alma negra que cada día está más triste sin liberación, encontramos “Me faltas tú”, una brillante canción con un buen solo de saxo donde sólo se nota a faltar a la persona amada pese a tener todas las riquezas del mundo. Le sigue “La Gota” con otro inicio melódico memorable, un solo de guitarra fantástico, más unos coros clásicos de los grupos vocales de los cincuenta, y una advertencia: “adiós al amor, jamás volverás a engañarme”.


Sin apenas pausa, “Hey Monstruo”,  tercer tema de la cara A, acerca el grupo a sonidos más duros, a medio camino entre el hard rock y el garage, para presentar una radiante solución rítmica, un final de armónica precioso que les sirve para quitarse de encima a ese monstruo que “no les va a poder comer”. A continuación, sorprenden con un bajo y batería contundentes dando entrada a la banda para derivar hacia un blues rápido en el que sientan las bases de su principal filosofía: “si tu chica te dice que no le gustas, si tu coche no arranca o si te grita tu jefe, sigue bailando, es la mejor solución”. Atención a sus cortes temáticos, más el acompañamiento y solo de ese piano tan elegante, y de nuevo esa armónica que se luce en este blues eléctrico tremendamente rítmico.    

La cara B del disco se abre con toda una maravilla de R&B llamada “Ella me trata bien”, resuelta  con una velocidad casi increíble, un buen solo de guitarra, un excelente sustento armónico a cargo del órgano y esa chica especial que cada noche “me trata muy bien”, si hay algo de amor, no lo sé…sabes a que me refiero”.  En el siguiente tema, cantado en inglés “I like of woman”, destaca la unión entre el blues y el rockabilly, con ese bajo jazzy marcando todos los tiempos y unos metales de puro soul para completar un tremendo homenaje a la música negra de todos los tiempos y estilos. Y por si fuera poco, hay que quitarse el sombrero ante el bajo funk que domina en la siguiente canción llamada “No lo intentes” donde vale la pena subrayar esa segunda parte de la filosofía existencial cavernícola concentrada en frases, consecuentes a ese elevado grado de experiencia vital, del tipo: “sé que es duro pelear pero si intentas cambiarlo, con ellos tienes que acabar”, o sea que “rendirse no está bien pero se puede aconsejar”. Ahí queda eso.

En los surcos finales de este magnífico disco nos topamos con magníficos toques soul y pop sixties en “Un poco de soul” donde se citan a los maestros Otis Redding y Wilson Pickett como remedio para pasar el mal trago de esta vida a veces tan injusta. Acaba el álbum con una  vuelta al mejor R&B de ese “Cómodo” con unos metales sonando de nuevos apoteósicos, un solo de trompeta majestuoso, guitarras afiladas, voz cavernícola en su máxima expresión, coros festivos y los mejores lujos rítmicos para cantar las excelencias de esa “Juana sobre la que se está mejor que sobre un colchón de lana”.

Capitán Cavernícola Blues Band es todo eso que te hemos contado y muchísimo más, que  irás descubriendo a medida que escuches el disco y con la probabilidad que su lectura varíe según sea tu estado de ánimo del momento. Como grandes músicos que son, dominan sus instrumentos a la perfección y actúan de forma muy conjuntada. Como buen grupo de blues y R&B, sus canciones tocan temas como el sexo, a veces “fácil”, otras imposible, el desengaño amoroso, y la vida en general. Un temario muy personal al que añaden sus reflexiones aprendidas mediante esa cruda experiencia del día a día. Llevan  muchos años saboreando ese “elixir de la eterna juventud” como a veces se refiere “Chile” al hablar de rock and roll pero también son conscientes que fuera de la caverna, donde han ensayado incansablemente para ofrecernos su música, existe la mediocridad y los sueños se desvanecen muy rápidamente. En este disco, la procesión de la vida, como el blues, va por dentro y para explicarlo han puesto todo el talento y recursos, que no son pocos, con el propósito conseguido de ayudarnos a soportar la, a veces, insoportable realidad cotidiana. 

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