domingo, 5 de diciembre de 2010

Munlet, talento a cañonazos

Portada
“El silencio se ha roto, sólo escuchas mi voz”, es uno de los versos que conforman el extenso universo lírico y sonoro de Munlet, dúo de Mendaro (Guipúzcoa) que para la ocasión se ha ampliado a quinteto con el objetivo de girar este verano presentando su tercer disco  titulado Cañón. Este nuevo álbum, editado recientemente por Gaztelupeko Hotsak, es el más completo de su carrera discográfica. En él encontrarás referencias directas a la muerte en nueve de las quince canciones que lo componen, melodías de una belleza inimaginable como Electricidad o Mitocondria; secuencias rítmicas apabullantes y una destreza musical y poética electro punk que les confirma como una de las mejores ofertas del momento a nivel internacional.
 

Munlet
Munlet se forma en 2002 como dúo obstinado en recuperar, con enorme criterio, el protagonismo de la electrónica con condimentos punk y rock. Tras publicar tres EPs, Anita Lady Fingers, voz, sintetizador, theremin e Ina Herr Professor, programaciones, guitarra, teclados, sacan en 2007 Clínica de Ruidos (Transpop), disco que les coloca de inmediato en los altares electrónicos estatales. Un año después, Munlet obtiene una meritoria segunda posición del concurso XX Villa de Bilbao, así como el premio al mejor grupo de Euskal Herria. En 2009 se edita Pong (BiBateanDiskak), un mini LP con curiosas, divertidas y originales versiones de grupos como Nuevo Catecismo Católico, Décima Víctima, Derribos Arias o Eskorbuto, más un single para Ghost Highway Recordings con los temas “Perturbadora de Mentes/Turismo Extremo”.  Con este nuevo disco, Cañón, la formación se amplia de forma transitoria a quinteto mediante Oscar Alvarez, batería, voz, (Inserta, Ex Cápsula) Arkaitz Garai, bajo, (Los Brebes) y Sergio Llanos, guitarra, voz (Eureka Hot IV, Ex Atom Rhumba).

Lo que primero llama la atención de este gran disco, grabado en Lamiña (Mungia) y El Cubo (Mendaro), es su espectacular portada a cargo del pintor e ilustrador donostiarra Pablo Fermín que también es el autor de todo el diseño e ilustraciones más el videoclip de su tema estrella, Cañón. La imagen de ese animal con cabeza de cañón es una de las referencias temáticas de Fermín iniciadas con ilustraciones como el Pobre Hombre Perro. El artwood es muy apropiado con dominio del rojo crepuscular y detalles magníficos como el juego de las letras del grupo y título del disco en forma de pliegues del cerebro que encontramos en la galleta del vinilo. Por cierto, el orden de canciones es diferente del Cd ya que, como bien aprecia el mismo grupo, no es lo mismo oírlas de un tirón que en dos caras. Como puede comprobarse, este disco está cuidado hasta el último detalle. La masterización corrió a cargo de José Lastra.

El premio, antes mencionado, les permitió sacar este álbum y les ha garantizado un presupuesto y un plazo adecuados para grabarlo. Entre las variaciones con respecto a sus anteriores trabajos, destaca el paso de la caja de ritmos a la batería con el consecuente espectro rítmico que eso conlleva y la inclusión de motivos pop en algunos de sus temas. En líneas generales los preceptos electrónicos y punk del Munlet, ya saboreados en anteriores entregas, se mantienen bien presentes. La capacidad de Anita Lady Fingers para discurrir entre universos atormentados, muerte, infierno, infecciones, utopías y electrodos a base de  metáforas e imágenes conmovedoras, sigue siendo  genial. Destacable es también su enorme capacidad como vocalista. Por otra parte, el dominio de programaciones diversas, entre otras habilidades, por parte de Ina Herr Professor se mantiene apabullante y demoledor. El resto de los integrantes de esta versión Munlet aportan sus vicisitudes con personalidad propia y con todo el bagaje adquirido tras su paso por otras bandas insignes del panorama actual del punk rock.

Cañón se inicia con el tema Control donde máquinas y guitarras entran en conjunción para dar forma a ese “siniestro androide protegido de embestidas tubulares”. Tras “la lluvia de topo-moscas”, la batería emerge en el siguiente tema armada de tambores a juego con guitarras a lo Joy Division para “esnifar amor sobre tu piel”. En esta canción  titulada Radial, Anita nos grita “Sabes que no” con una voz narcotizante. Le sigue Electricidad, temazo maravilloso con una melodía que engancha y que crece entre un aislamiento tenebroso hasta llegar al estribillo donde “todo en ti es electricidad”.

El siguiente corte titulado Decapante destaca por sus guitarras febriles que buscan expectantes crear un clima de ansiedad entre distorsiones. Tras el “dolor y la amputación”, surge la Infección con toques funk, bacterias inmunes y frases de una belleza extraordinaria como “Mis córneas gritan sin poder oír”. Más de una diva del after punk daría su vida por cantar una canción tan maravillosa como ésta.

Los dos temas que cierran la cara A son Tormento , puro y emocionante punk tecno, cargado de detalles oscuros, visiones, láser, desvaríos, más el Doctor Muerte que cierra       
el sueño eterno con estribillos sin concesiones: “estos vivos están muertos” y versos poderosos como “veo las voces de tu oscuro terror, no sé si estás conmigo o con tu dolor”.

La cara B empieza con la enorme canción titulada Cañón donde se aprecian toques de punk hardcore en esa “conspiración en la menor”. Munlet se rebela contra el orden imperante de perros rabiosos oteando y se niega a seguir en la prisión de la asfixiante realidad. Las secuencias electrónicas vuelven de la mano del siguiente tema Alquitrán,  a la que pertenece la frase que abría esta reseña así como otras gemas del tipo: “electrodo ardiendo saliendo de ti, mi amor”. A continuación aparece Mitocondria, otro de sus mejores temas con un desarrollo rítmico impecable y un más que merecido éxito a cualquier nivel, con una letra poderosa que se refiere al desorden psicótico y mental, y la sinceridad que nos lleva a explotar.

Ritmos sincopados que “anochecen en tu cerebro” sirven de entrada a Invertebrado, una canción con el “metabolismo acelerado” y que precede a ese Mundo Infierno donde sobresalen las guitarras afiladas de acordes cortantes y cortes temáticos geniales. Caníbal Café y Cuerpos son dos temas cortos, enigmáticos y penetrantes donde el simbolismo se adapta a los juegos electrónicos, susurros y cuerpos en alcohol.

Cierra el disco el tema D-30 el único cantado por el Professor, autor también de la letra, con una habilidad considerable. Son los últimos acordes siniestros donde el protagonista siente “la rutina de su aliento y el hedor, ácida su orina…”. Versos duros y penetrantes hasta que la máquina se desconecta y acaba la epopeya sonora y poética de este maravilloso álbum.

Munlet
Munlet han conseguido, con este alarde de creatividad, comunicar sus sentimientos a sus seguidores habituales, que no son pocos, mediante el dominio de esos parámetros  que les hacen ser únicos. Pero también han abierto la puerta a estilos no tan desconocidos para ellos como el pop en una estrategia que les confirma como un grupo de múltiples recursos. Algunos les considerarán un grupo de rock a secas, otros una banda de electrónica punk. Con justicia, habrá quienes, como yo, no hayan disfrutado tanto de un disco con estos preceptos combinados, desde los albores de los grupos tecno, post punk e industriales. Como ellos mismos han dicho en alguna ocasión, este álbum “no es una colección de canciones”, sino mucho más. A mi parecer, es puro talento a cañonazos.

Nota: Puedes escuchar el disco en el bandcamp.

Te invitamos a disfrutar del video con el tema que titula su disco, "Cañón" realizado por Pablo Fermín.


jueves, 18 de noviembre de 2010

El rock and roll despechado de los Tracahombres

 
“Rock and roll despechado”.
Hay quienes esperan que el segundo Lp de un grupo sea tan bueno o mejor que el primero pero sin dejar de ser más de lo mismo. Son los que escuchan los discos con esas sarrias de mirar al frente y no permiten ni una sóla licencia. Por otra parte, existen melómanos que sólo aceptan una evolución radical que les convierta en casi otro grupo y si eso no ocurre, les acusan de repetirse por falta de ideas. A ambos, cualquiera les defrauda. Frente a este par de posturas más viscerales que reflexivas, existen otras mentes predispuestas a la sorpresa que son capaces de disfrutar de un buen trabajo, consistente y convincente, que sí, reafirma el estilo del grupo pero a la vez introduce matices consecuentes a un nuevo estado de ánimo o a la capacidad de reinventarse de sus propios creadores. Para esos oyentes inteligentes, está pensado este segundo álbum de los Tracahombres publicado este 2010 con el título de “Rock and roll despechado”. 

Esta nueva entrega de los valencianos Tracahombres contiene suficientes razones para ubicarles al mismo nivel de los mejores combos de “garage”, punk, y rock and roll del planeta. Como en su primer trabajo, el artwork corre a cargo del gran ilustrador y dibujante D. Rogelio Pérez Blanquer, que ya nos avanza con un diseño genial, a medio camino entre el expresionismo y el cómic de línea negra, que el disco va a ofrecernos una visión diferente del sonido ya propio de esta potente banda de la que también forma parte como cantante y guitarrista. El resto del grupo son Luis Galbis al bajo y coros, Javier Pedro Ferrer a la batería y coros, más Carlos Mena al órgano y coros. Su primer álbum se editó en 2009 por Sonámbulo records y contenía 13 canciones, entre ellas el vitoreado tema llamado “El Perro“. Este segundo álbum de 2010, coeditado y distribuido por Discos Calamidad, Sonámbulo records y Tuca Raca Distro, es una edición limitada en vinilo que presenta 12 vibrantes cortes donde podrás encontrar detalles del rock and roll primitivo de los cincuenta, más surf y “garage” salvaje,  entre otras referencias articuladas con un estilo casi único que permite construir canciones cargadas de fuerza y pasión. Se grabó en mayo de 2010 en directo en el estudio El Sótano de València por Dani Cardona y fue masterizado por  Enrique Soriano en Crossfade mastering. La producción ha corrido a cargo de Rogelio y Dani Cardona.

El disco se abre con la descomunal “Gato calamidad”, una exultante muestra de principios con raíces del viejo rock and roll pero con detalles de revival rockabilly de los ochenta. Le sigue el “Telón Rojo” con esas guitarras afiladas de primitivo R&B guiando a esa voz cavernosa para que desemboque en parajes de punk también muy presentes en otras vibrantes canciones como la “Reliquia” que le sigue. El cuarto corte tiene como leitmotiv a un trágico “Mal viaje”, puro rock and roll con elegancia y un toque personal, ciertamente excepcional, con su correspondiente solo de contagioso  rockabilly. Y ya puestos en los parámetros 50’s, nada mejor que celebrarlo con un buen surf instrumental, “Traca traca Surf“, que aúne lo mejor del género, a la vieja usanza, con esa peculiar forma que tienen las bandas valencianas de dotarlo de ese aire canalla. Cierra la cara A de este álbum un reposado “Funeral en Fiestas” con un toque de blues a cargo de la guitarra y otro de “garage” oscuro transmitido por ese órgano, al que se añade una interpretación genial a cargo de su cantante principal. Todos juntos convierten este tema en una de las canciones más impactantes del disco.

Ese peculiar estilo, tan sorprendente quizá para los seguidores de los Tracahombres que aún disfrutan a raudales con su primer álbum, sirve para abrir la cara B mediante un tema que forma parte del título genérico del álbum. Ese “Despechado por la Mujer Diablo” se completa con el no menos rotundo y autodestructivo “Dios Mío Sálvame”. En ambas canciones rescatan del pasado un género musical, algo denostado con el tiempo,  a medio camino entre el alter punk y el viejo rock and roll que protagonizaron en sus inicios grupos estelares como por ejemplo Gabinete Caligari o los también ya míticos Coyotes, entre otros. A continuación, el álbum nos ofrece otra salvaje muestra musical de la conocida contundencia de los Tracahombres gracias a ese gran corte llamado el “Día de mañana fue ayer” donde recuperan otra vez sus dominios más punk. Tras ese día, podemos disfrutar de una versión libre del “Sixteen Tones” de Merle Travis, titulada por ellos como “16 meses“. En este tema nos relatan, en primera persona, la experiencia de una víctima más de la crisis y el paro, sin eufemismos que valgan, a modo de cruda descripción de la realidad social y económica que trágicamente nos envuelve. La penúltima canción del disco, “Bada Bing“, introduce unos excelentes detalles de tex mex que logran crear una atmósfera tenebrosa, fronteriza, a base de voces distorsionadas y efectos hipnóticos. Acaba el álbum con el “Chico solitario”, soberbio colofón con el que Tracahombres cierran su peculiar universo despechado a base de ritmos contundentes y guitarras afiladas. Esa instrumentación envuelve, una y otra vez, la desesperación del antihéroe que protagoniza muchos de los temas de este magnífico trabajo.

Sin lugar a dudas, este nuevo disco de los Tracahombres es un lujo para los amantes del rock and roll porque confluyen en él desde las raíces americanas de los cincuenta hasta el “revival” rockabilly de los ochenta por una parte, y por otra, la inmediatez del “garage” de los sesenta hasta el toque desbocado del punk incluido el terror y la tragedia personal del after punk. ¿Se puede pedir más?, quizá sí pero no por exigentes sino por insaciables. De momento, disfrutemos de este “Rock and roll despechado”, el mejor disco que podían hacer estos Tracahombres dispuestos a no ser complacientes ni siquiera con sus fans más acérrimos, y esa actitud es muy de agradecer.



Nota: Puedes escuchar el álbum en bandcamp.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Los Chicos apasionan con su “We sound amazing but me look like shit”

Nuevo disco de los Chicos en el difícil mercado discográfico actual y aunque parezca mentira,  el mundo sigue dando vueltas. Algunos críticos de prestigio sonríen condescendientes al escuchar las canciones que van a recordar borrachos cuando las oigan en los escenarios de toda España. Nuevo álbum de este magistral grupo madrileño y debo reconocer que tras innumerables audiciones privadas, sigo amándolo anonadado por la cantidad de detalles sorprendentes que contiene. Éste es un disco que hay que tener, saborearlo, y si es posible pincharlo hasta marear a los mismísimos surcos. Cuando llegue a los oídos de su nutrido grupo de fans incondicionales, aquellos que acudimos fervorosos a sus aclamados directos, se darán cuenta de que esos mal considerados “bárbaros” del rock and roll son capaces de reinventarse sin parar y con excelentes razones. Nuevo trabajo de estos pletóricos Chicos a los que la sana, y casi santa, humildad como parte ineludible de su idiosincrasia, les ha acarreado cierta áurea de grupo de amigotes y poco más. Pues no, los Chicos son mucho más: son unos músicos pasionales, con gran destreza instrumental y un dominio excelente de varios estilos dentro del siempre amplio abanico del rock and roll. En mi opinión, los Chicos no tienen más imagen de mierda que los Led Zeppelin, y no voy a entrar a si suenan mejor o peor pero a mi me gustan más, qué le voy a hacer. Pero no quiero parecerles entusiasta sin más así que si me lo permiten, intentaré explicarme un poco más en la siguiente reseña.

Es cierto que los Chicos nos tienen acostumbrados a cierto desparpajo sobre el escenario donde son muy capaces de sonar muy potentes, divertidos y extremadamente  convincentes. Eso no ha cambiado, siguen haciendo gala de un dinamismo sobre las tablas que se retroalimenta con la actitud festiva de su público habitual. Esa empatía ha sido, es y seguirá siendo una de las principales características de sus directos. Pero, como en este país existe una élite de críticos especializados que lo original no puede ser divertido sino más bien debe parecer obligatoriamente  muy trascendente, estos Chicos han sido infravalorados y sus discos, pues sí, les parece a muchos especialistas, bien estructurados pero dónde va a parar comparados con sus locuras escenográficas. Como si hubieran llegado hasta aquí sin ensayar (nooo, qué va), como si estuvieran todo el rato en el bar de tapitas y cervezas. En el bar, ahí es donde saben los entendidos que van a crecerse sus Chicos. No quiero saber qué pasaría si esos mismos Chicos tan “guays” salieran a tocar pagados de si mismos, circunspectos, hablando en las entrevistas de sus problemas existenciales que les han llevado a escribir temas duros… Otros Chicos cantarían, desde luego y esos mismos críticos, siempre a la última, les pondrían en lo más alto de sus pedestales de malditos.        

Lo que está claro es que esta banda es una de las más potentes, creativas y divertidas de la escena actual donde el rock, el R&B, el punk, el garage o el blues se funden para ofrecer un producto de calidad con una energía desbordante. Formados en Madrid a finales de los noventa, en la actualidad la integran Rafa Suñén, voz; Manuel Núñez al Bajo; Ignacio Benedicto “Piña” a la batería; más Gerardo y Antonio Urchaga a las guitarras, ya sin Nacho que les había acompañado al saxo hasta su anterior Lp y que deja la banda por motivos personales. Su primer trabajo discográfico fue un Ep editado en 2002 con el título de “Shake,shake”. En 2003 sacaron un Lp titulado “Shackin’& prayin”, el siguiente se llamó “Fat spark!” de 2005 y el anterior a éste último, “Launching Rockets” de 2007. Antes de aparecer este último disco en 2010, editarían en 2009  un single de adelanto también con Dirty Water y los temas, “We Sound Amazing But We Look Like Shit / Wreckin' Rome”, más dos portadas confeccionadas por Lluís Fuzzhound y Mik Baro. A destacar que la cara b de este single, Wreckin’Rome es una versión de ese mismo tema aparecido en 2003 en su Lp titulado Shackin’& prayin. Se trata de una interpretación con la participación estelar del  australiano Johnny Casino que también participa en el Lp.

La cara A “We sound amazing but we look like shit” es, a su vez, el título genérico de su larga duración. Como ya sabrán muchos, es la sentencia que les dijo una espectadora británica tras una de sus actuaciones en Nottingham. Al parecer había trabajado de estilista con los Led Zeppelin y les dijo a los madrileños que aunque molaba su sonido, su imagen es una mierda. Esa misma noche, en los camerinos empezó a fraguarse la leyenda musical.    

La portada y contraportada estelar y el resto del artwork corre de nuevo a cargo del magnífico Mik Baro. Ya en el single aparecían dos rotulaciones. Una de ellas, concretamente la del logo con el nombre de la banda, ha acabado siendo la principal baza visual de este Lp. Como dice el propio Mik, en su blog: “Barroco y extrusionado, con inspiración sureña en portadas de Allman Brothers Band o Lynyrd Skynyrd… aunque realmente fusila un acojonante diseño de Joe Sundwall, calígrafo que en los 70 trabajó para Herb Lubalin. Creo que fue esa brutal “C” capitular lo que me impactó y donde vi el nombre de la banda...”. Mik, una vez más, da muestras de su fabulosa imaginación y activismo gráfico para encontrar los detalles precisos para cada encargo. Puede que realmente “fusile” otro diseño anterior pero ese es sólo un pequeño detalle sin importancia si lo tenemos en cuenta dentro del conjunto global de la obra que convierte la portada y la contraportada más todo el artwook en una maravilla de diseño merecedor de los mejores parabienes. Mención también para las divertidas fotos del interior con las supuestas aficiones de nuestros Chicos al margen del rock and roll, una de ellas obra de Andrea Illán.  

De su gira por Australia en 2010
El disco se grabó en el estudio Sónica de Ramón Moreira con Mike Mariconda a la producción, mezcla y masterización. Editado por Dirty Water records, contiene 13 canciones y empieza con “A Band” con su preciso ritmo de batería, el pedal de órgano a cargo de Robert Atom Rumba, detalles de guitarra que le dan un gusto ácido al tema, la colaboración de Johnny Casino, cortes temáticos magníficos y la voz espectacular de su cantante que en este disco, desde luego, se ha lucido. Le sigue otro temazo, “Headphones”, otro de los tres mejores, donde más de uno va a recordar su adolescencia grabando cintas, leyendo revistas musicales y escuchando música con esos queridos compañeros auditivos. Maravillosas esas guitarras a la carrera punk mod revival con ese bajo galopante marcando el paso con enorme destreza.

Si ya has escuchado el disco, dime si eres capaz de quitarte de la cabeza el estribillo del tercer tema que es nada menos que ese grandioso R&B que da título al disco. Fresco, divertido, construido con una enorme vitalidad, destaca por esa sencillez tan efectiva de las canciones que han hecho historia en el mundo de la música popular con pocos acordes pero con una fuerza descomunal. A los coros su admirado Mike Chandler de los Lost Crusaders y al saxo barítono, Steve Greenfield. Le sigue un tema más cargado de rock americano llamado “Brothers from Different Mothers” con el duelo guitarrero entre Johnny Vendetta y Mike Mariconda. De nuevo, un sencillo pero espectacular desarrollo de guitarras convierten a “Manu & Piña’s excellent adventure” en un tema que te invita al baile con excelentes recursos de pubrock. “Pleased to meet them” vuelve a contar con Mariconda a la guitarra reforzando ese ritmanblusero recorrido que desemboca en el tema que cierra la Cara A titulado “Join our family”, un temazo corto pero que firmarían sin pensarlo dos veces los grandes grupos de punk de finales de los setenta.

Tras esa referencia temática a la gran familia que es Los Chicos, la cara B nos depara sorpresas powerpop de la talla de “I hate silence”, que demuestra la enorme versatilidad de esta banda. Desde luego, sus primeros acordes y ese bajo parecen sacados de los mejores momentos de grandes combos como los Jam. Menudo dominio de la melodía, señoras y señores. Ya me dirán si ando equivocado pero creo que esa habilidad sólo se consigue con un trabajo abnegado y una visión muy clara para lograr plasmarlo con canciones tan buenas como ésta.

El salto que da el disco hasta “I bet Win” com Jim Morrison al violín, la colaboración vocal de Alan Tyler y la harmónica de Chandler es, pues eso, para tirar el sombrero al aire y empezar a picar el suelo de madera con sonoros y vaqueros stomp. Una genialidad tan sorprendente como ésta, no la tiene cualquiera. Vuelven a sus planteamientos más blues en su siguiente corte titulado “Get a Life” con Arne Wendt a los teclados y esa habilidad innata de moverse cómodos por un terreno más habitual pero no único que se explaya en su siguiente canción, “I Wanna tour”, donde el único freno posible es el de la furgoneta que les llevará por los mejores capitales del circuito de rock and roll del mundo si es que aún hay justicia musical. Y debería, por nuestro bien.

A partir de aquí, la fiesta Chicos está servida. Se acerca el final pero aún tienen muchas cosas que contarnos y desde diferentes perspectivas a cuál más original y divertida. “What’s Cookin” nos traslada de nuevo al western con una encantadora melodía country rock. Guitarras, piano, batería, la voz principal, hasta los colaboradores de lujo suenan dispuestos a decirnos adiós con sus mejores galas pero antes un bis a ese concierto en tu salón, en forma de pequeño divertimento llamado “Not Tonight” con Ramón Moreira y Lili Hartman a los coros. Sinceramente, cuando la aguja levanta cabeza y se dirige al punto de partida, lo primero que se te va a pasar por la cabeza es: qué lastima que todo acabó, amigos…

Pues bien, estas son algunas de las impresiones posibles con este nuevo disco, el cuarto Lp ya, de estos Chicos tan especiales y a veces tan injustamente infravalorados. Sin lugar a dudas, un disco memorable, de lo mejorcito de este año, por supuesto, que destaca por esa, no tan sorprendente, habilidad melódica del grupo. No tiene el resultado final  distorsionado de sus anteriores trabajos pero estoy convencido que estos temas van a lucir de maravilla en su imprescindible directo. La decisión de suavizar el sonido de algunas canciones y esa producción un tanto más clásica de su inseparable maestro Mike Mariconda, nos descubren a un grupo que, como decía al principio, saben reinventarse con excelentes criterios. Sin duda, seguirás disfrutándoles como nunca en el pub de tu ciudad pero si después de escuchar este disco, (cuya edición en vinilo ya va, en poco más de un mes, por su segunda edición) sigues pensando que son sólo un grupo de amigotes sin más que suenan de puta madre, es que no te habrás percatado de su amplitud creativa y eso sí que va a ser una verdadera “shit”, si me lo permites.      

viernes, 27 de agosto de 2010

"Third Time’s The Charm", tercer trabajo de los Immediatos

Third Time’s The Charm
Los Immediatos son de esos grupos españoles que, pese a sacar excelentes discos, los dos primeros editados en el extranjero donde triunfan a menudo tocando en festivales de prestigio, van a toparse sin remedio con algunos de los “supertacañones sixties” de este país, poseedores de una colección extraordinaria de singles sin portada, que les van a criticar sin piedad. Curioso, ¿verdad?. Pues es así, amigos, y no tiene explicación posible aunque quizá sí… Los Immediatos son buenos, muy buenos, y no hay nada que le duela más a alguien que está acostumbrado a menospreciar, por sistema, lo de casa que, de repente, salga algo que definitivamente dé al traste con su ignorante teoría. Con su tercer trabajo discográfico titulado Third Time’s The Charm, recién editado por Sunny Day Records, estos toledanos nos ofrecen un álbum pasional con mucho encanto donde destacan múltiples y variadas referencias no sólo sixties.


Los Immediatos, con dos emes a modo de homenaje a la prestigiosa discográfica británica, Immediate, son actualmente Arturo Mazarro (Jartur) voz principal y guitarra, Paco Mayoral al bajo, Diego Pérez a la guitarra, Iván Muñoz a la batería y Eduardo al órgano. Se crearon en el año 1997 en Toledo y tras un periodo de descanso volvieron en 2000. Empezaron con una formación de trío y por sus filas han pasado otros músicos como Pablo “Pera Magic”, Fernando Marín y Ricardo Delgado. En este tercer disco tocó la batería más Hammond y teclados, Pablo Junquera. Estos músicos han formado parte de otras bandas como los Hollywood Sinners, Human Tornado, The Wrong, Magic Bus, y hasta el momento cuentan con tres álbumes editados, aparte de diversas colaboraciones en recopilatorios. Entre finales de 2006, principios de 2007, sacan su primer disco para el sello For Monsters Records de Italia. A mediados de 2008 aparece su segundo trabajo con el título de Second Chance para el sello italiano Teen Records (Misty Lane) y su tercer larga duración, titulado Third Time’s The Charm, lo ha editado este 2010 la cacereña Sunny Day Records en cuidado formato de vinilo con versión en Cd incorporada. Durante todos esos años han actuado en numerosos escenarios y festivales de toda Europa con excelentes críticas y respaldo de público. A destacar también que Paco está con otros combos toledanos como La Interestelar y Las Aspiradoras donde también milita Iván, y Jartur forma parte de un potente trío de versiones de garage llamado King Jartur and His Lords que son Ferlin The Magician al bajo, Fame de Gore a la batería y Pablo “Pera Magic” al Hammond y teclados.

Este tercer disco, grabado en 2009 en los estudios del Pequeño Terrorista de Toledo por Fernando Marín Sánchez que ha colaborado en los arreglos, impacta ya por su vistosa portada y artwork a cargo de DaBeat y Ramón Saleta. Se trata de un dibujo con mucho colorido a modo de tapiz indo árabe contemporáneo, que arropa esas formas redondeadas, infantiles si se quiere, de los cuatro personajes centrales. Una composición que, como la hoja interior, consigue trasmitir una imagen entre divertida y psicodélica, ideal para englobar algunas ideas popsike que encontraremos en el disco ya desde su primera canción.

Abre el Lp, “Another story”, que ya nos da a entender que ésta es otra historia diferente de los discos anteriores. Sólo con este tema de arreglo luminoso, una verdadera maravilla de melodía y ritmo, ya tenemos infinitas razones para calificar este álbum de imprescindible. Más allá del single perfecto, permite una apertura impecable para todo un trabajo genérico bien ideado, diseñado y presentado. La canción te engancha y te invita a que permanezcas atento hasta el último surco disfrutando de detalles como ese leve trino tan gracioso de la voz principal, de esas guitarras a lo Byrds, o de esa alegría a lo Beach Boys. Sin duda, es un buen ejemplo de ese pop “Immediato” con encanto que a continuación va a adentrarse por otros caminos musicales cuyo origen parte de varias décadas de la historia del pop, el beat, el R&B, o el garage.

Tras ese inicio espectacular, está “Having a Look Around”, un tema que arranca con esa presencia determinante de los teclados que van a ser protagonistas en muchos de los cortes del disco. A destacar ese cambio de registro más psicodélico, incluso más ácido, tanto por parte de la voz como en el juego de guitarras y ritmo. A continuación, nos ofrecen “Monday Morning Girl”, una canción donde el pop melodioso vuelve a adquirir su protagonismo principal pero desde otra perspectiva más “new wave” al gusto americano, con otro magnífico estribillo. El cuarto tema es el primero que nos ofrecen cantado en español y se titula “Baila Conmigo”. Con guitarras garage, órgano omnipresente, y tratamiento “ritmanblusero”, la invitación al baile es una verdadera gozada. Magnífico tema que confirma el tratamiento que estos toledanos dan a los sonidos sixties para construir una dimensión propia altamente creativa. Tras esos parámetros que consiguen levantar pasiones cantando en su idioma materno, vuelve el grupo a reincidir en un planteamiento powerpop que entronca con las grandes bandas de los setenta en la canción “(Gona Leave) My Mind in Bed”. Finaliza la primera cara del disco con toda una maravilla de tema, original de los míticos Brincos y versionada con excelente gusto. Todos sabemos que estos toledanos son unos enamorados confesos de la música de Arbex, Juan, Junior y Manolo pero debo decir que pocos grupos como ellos consiguen versionar temas tan esenciales con esa elegancia y prestancia como demuestran los no menos grandes Jartur, Paco, Diego, Iván y Eduardo entre otros “immediatos” históricos.

La cara B se inicia con ese “Viaje Interior” donde las guitarras garage, arropadas por el órgano, vuelven a potenciar los sonidos más afilados en ese viaje donde adquieren protagonismo esos juegos de luces y de color con el objetivo de plantear acertijos sin solución con algunos evidentes y apropiados “flechazos” referenciales. Una canción que nos plantea esos sueños de una generación “immediata” a la que muchos pertenecemos sin límites de edad sino, en todo caso, con un denominador común: esa elevada sensibilidad que logra despegar de la mediocridad cotidiana que nos rodea. Como sucede con el siguiente tema titulado They’re Gonna Have Fun”, desarrollado con esa fórmula siempre efectiva del R&B, con buenos cambios rítmicos, solos psicodélicos y en general un tratamiento muy bien estructurado. Tras esta canción, nos hallamos con Lies”, tema donde aparece una harmónica que contribuye a acrecentar ese toque beat con determinación y entusiasmo, tras el cual se da paso a otra de las maravillas del disco, ese Si tu te vas”, de marcado octanaje sesentero, con estribillo que aúna la tradición ye yé con el pop de los ochenta. Una canción que hubiera sido ensalzada tanto en la editorial de la revista Fonorama, como protagonista de excepción en las mejores fiestas del Diario Pop. A punto de finalizar el disco, nos encontramos con una segunda versión, en este caso del Bad Boy de Larry Williams, donde potencian los detalles rítmicos de ese enérgico rock and roll grabado en 1959 que versionaron también los Beatles en 1965. El último corte puede que extrañe a los fans acérrimos del grupo puesto que se trata de un tema ciertamente surfer con voces a lo Beach Boys, entre aromas playeros y detalles californianos trasladados a un Toledo “immediato” mediante una exquisita instrumentación. En mi opinión,Summer Shakin´”, que así se titula, demuestra el carácter versátil de esta banda abierta a nuevas sensaciones y dispuesta a sorprendernos con propuestas bien articuladas y originales.


Y así acaba esta reseña que se aproxima a todo el encanto que logran transmitir con cada una de sus canciones. Estoy convencido que los lectores de Rated Muzik, van a encontrar sus propios atractivos que, sin dudarlo, les invitarán a incluir esta maravilla de disco en su preciada discografía. Por mi parte, me atrevería a añadir que estamos ante un punto de inflexión que cierra una etapa ascendente de Immediatos con un álbum que connota toda una cúpula de oro para un trabajo musical de más de una década. Por otra parte, abre un sinfín de posibilidades constructivas donde tienen cabida otros estilos, otros caminos que surgen de la misma casa grande toledana, internacional como pocas, y que les llevarán lejos, muy lejos, quizá con otras historias, reinterpretándose si es preciso, gracias a ese viaje interior que todo músico necesita para seguir entusiasmando, como hasta ahora, a sus fans incondicionales que no somos pocos.

martes, 25 de mayo de 2010

Capitán Cavernícola, la procesión como el blues van por dentro en "La Era de los Metales"

Los avilesinos Capitán Cavernícola Blues Band presentan un nuevo disco titulado La Era de los Metales. Editado por Gasómetro Records, contiene 10 temas originales en vinilo, más otros tres en su formato CD, en los que el R&B, el rock and roll y el soul se prestan acordes y ritmos para llenar ruedas de doce compases con una enorme creatividad. Su música se sustenta en letras agridulces, solos perfectos, conocidos riffs de guitarra adaptados al lenguaje cavernario, y arreglos tan sorprendentes como la mezcla de un ritmo de percusión propio de procesión con una guitarra eléctrica entonando un sentido blues.

A finales de los ochenta, el grupo Mermelada triunfaba con su tema “Coge el tren” donde, a parte de la voz inconfundible de Javier Teixidor, destacaba un solo de armónica del ya fallecido Javier “Moro” Encinas que sería substituido a finales de los ochenta por otro grande del instrumento como es Ñaco Goñi. Ambos armonicistas  forman parte del elenco de maestros nacionales del instrumento conjuntamente con otros genios del blues como Marcos Coll, David García, Danny Boy, Joan Pau Comellas, Joaquin Rodríguez, Mingo Balaguer, Harmónica George y Alejandro Nelson “Chile” que a su vez es el cantante del grupo Capitán Cavernícola Blues Band.

Esta banda “cavernícola”, que acaba de entrar en la era de los metales, se formó en el año 1993 en Avilés por Luis y Pablo Fernández, guitarra y bajo respectivamente, más el vocalista y armonicista conocido por el sobrenombre de “Chile”. Empezaron dando conciertos acústicos y más tarde completaron la formación con Carlos Sevillano a la batería. Tras un descanso, volvieron a los escenarios a mediados de la primera década de este siglo. Actualmente, en los metales destaca la presencia de Jorge Viejo a los saxos y Rubén Hernández a la trompeta. Para la grabación de este disco, en el Estudio Acme de Avilés en enero de 2010, han contado con la participación de Miguel Herrero al piano y producción, Oscar García al saxo alto, Dani Herrero al saxo tenor, Aitor Guerrero a la trompeta, Richard García al órgano, Ismael Frenético y Alex Cash a los coros. El diseño más el artwork ha corrido a cargo de Mariola Bogas.

Los primeros trabajos discográficos de este peculiar Capitán Cavernícola fueron un single y dos epés para Norte Sur Records. En 1997, ya con sección de viento, publicaron un Cd titulado “Yo me voy”.  La idea de este segundo álbum empieza a fraguarse en 2007 cuando graban cuatro temas que finalmente, tras bastantes paseos triunfales por los escenarios asturianos, se integran en este formato de larga duración para disfrute de los amantes del blues, con un estilo a medio camino entre el desparpajo de los Blues Brothers, la firmeza del rockabilly, y la energía del Dr. Feelgood.

El blues del Capitán cavernícola toma riffs clásicos de la música negra y los adapta a su lenguaje con lo que sus canciones son un pozo de sorpresas sin fin. El disco se abre con esa fusión memorable, ya comentada, entre un ritmo de percusión a modo de procesión con el lamento de la guitarra blues en el tema Oh Sí!. En la apertura ya aparecen muchos de sus novedosos recursos temáticos, tan realistas como agridulces, y sobre todo esa soltura con la que interpretan blues, rock and roll, funk o soul con absoluta convicción. Tras esta canción, donde reivindican su alma negra que cada día está más triste sin liberación, encontramos “Me faltas tú”, una brillante canción con un buen solo de saxo donde sólo se nota a faltar a la persona amada pese a tener todas las riquezas del mundo. Le sigue “La Gota” con otro inicio melódico memorable, un solo de guitarra fantástico, más unos coros clásicos de los grupos vocales de los cincuenta, y una advertencia: “adiós al amor, jamás volverás a engañarme”.


Sin apenas pausa, “Hey Monstruo”,  tercer tema de la cara A, acerca el grupo a sonidos más duros, a medio camino entre el hard rock y el garage, para presentar una radiante solución rítmica, un final de armónica precioso que les sirve para quitarse de encima a ese monstruo que “no les va a poder comer”. A continuación, sorprenden con un bajo y batería contundentes dando entrada a la banda para derivar hacia un blues rápido en el que sientan las bases de su principal filosofía: “si tu chica te dice que no le gustas, si tu coche no arranca o si te grita tu jefe, sigue bailando, es la mejor solución”. Atención a sus cortes temáticos, más el acompañamiento y solo de ese piano tan elegante, y de nuevo esa armónica que se luce en este blues eléctrico tremendamente rítmico.    

La cara B del disco se abre con toda una maravilla de R&B llamada “Ella me trata bien”, resuelta  con una velocidad casi increíble, un buen solo de guitarra, un excelente sustento armónico a cargo del órgano y esa chica especial que cada noche “me trata muy bien”, si hay algo de amor, no lo sé…sabes a que me refiero”.  En el siguiente tema, cantado en inglés “I like of woman”, destaca la unión entre el blues y el rockabilly, con ese bajo jazzy marcando todos los tiempos y unos metales de puro soul para completar un tremendo homenaje a la música negra de todos los tiempos y estilos. Y por si fuera poco, hay que quitarse el sombrero ante el bajo funk que domina en la siguiente canción llamada “No lo intentes” donde vale la pena subrayar esa segunda parte de la filosofía existencial cavernícola concentrada en frases, consecuentes a ese elevado grado de experiencia vital, del tipo: “sé que es duro pelear pero si intentas cambiarlo, con ellos tienes que acabar”, o sea que “rendirse no está bien pero se puede aconsejar”. Ahí queda eso.

En los surcos finales de este magnífico disco nos topamos con magníficos toques soul y pop sixties en “Un poco de soul” donde se citan a los maestros Otis Redding y Wilson Pickett como remedio para pasar el mal trago de esta vida a veces tan injusta. Acaba el álbum con una  vuelta al mejor R&B de ese “Cómodo” con unos metales sonando de nuevos apoteósicos, un solo de trompeta majestuoso, guitarras afiladas, voz cavernícola en su máxima expresión, coros festivos y los mejores lujos rítmicos para cantar las excelencias de esa “Juana sobre la que se está mejor que sobre un colchón de lana”.

Capitán Cavernícola Blues Band es todo eso que te hemos contado y muchísimo más, que  irás descubriendo a medida que escuches el disco y con la probabilidad que su lectura varíe según sea tu estado de ánimo del momento. Como grandes músicos que son, dominan sus instrumentos a la perfección y actúan de forma muy conjuntada. Como buen grupo de blues y R&B, sus canciones tocan temas como el sexo, a veces “fácil”, otras imposible, el desengaño amoroso, y la vida en general. Un temario muy personal al que añaden sus reflexiones aprendidas mediante esa cruda experiencia del día a día. Llevan  muchos años saboreando ese “elixir de la eterna juventud” como a veces se refiere “Chile” al hablar de rock and roll pero también son conscientes que fuera de la caverna, donde han ensayado incansablemente para ofrecernos su música, existe la mediocridad y los sueños se desvanecen muy rápidamente. En este disco, la procesión de la vida, como el blues, va por dentro y para explicarlo han puesto todo el talento y recursos, que no son pocos, con el propósito conseguido de ayudarnos a soportar la, a veces, insoportable realidad cotidiana. 

sábado, 3 de abril de 2010

L’Avalanche, delicada sonoridad literaria con su nuevo Ep para la Musa Records

L’Avalanche son un trío de Málaga que toma su nombre de la emblemática canción de Leonard Cohen. Acaban de editar, con su propio sello La Musa Records, un segundo Ep que contiene cinco canciones cuyo espectro sonoro recorre desde la “chanson” francesa hasta el folk americano pasando por la experimentación post-rock y el pop inconformista más allá de lo contemplativo. Formados por Alexandre Lacaze (voz y guitarra), Enrique del Río (guitarra y pedales) y Nazar Danish (violín y piano), este trío franco-español-ucraniano, se expresa en un exquisito francés y desde 2002, desarrolla un discurso literario musical propio en el que podemos entrever referencias a cantautores del talento de Jeff Buckley o incluso retales sonoros al gusto de Dominique A, a quien han tenido el honor de telonear.

Su música ha sonado en las mejores salas del Estado español y también del país vecino, Francia, donde han conseguido la aclamación del público. Han sido finalistas de numerosos festivales como el Greenspace Heineken o el Proyecto Demo; Radio 3 les ha promocionado en varias ocasiones con excelentes críticas; y han sido considerados Talento FNAC, entre otros muchos laureles, pero sin embargo no han logrado la repercusión que merecen más allá de la siempre recurrente, pero a la par terrible, categoría de “grupo de culto”. No nos engañemos: ser grupo de culto en un país como el nuestro, equivale a padecer un sufrimiento difícilmente soportable provocado por una amalgama de injustos desengaños y puertas cerradas por intereses meramente económicos sin apenas criterio. No vamos a perder el tiempo despotricando contra el sistema de oferta y demanda artística de este país, por otra parte cada vez más egoísta y despersonalizado, así que mejor dediquémonos a escuchar atentamente este Ep porque contiene una considerable cantidad de detalles, tan elegantes como creativos, a tener muy en cuenta.

El álbum destaca, en primer lugar, por una presentación preciosa a cargo de Gushchina Anastasia que logra transmitir, mediante un sencillo pero genial dibujo y diseño, gran parte de la temática principal del disco. Producido y grabado por Miguel Paredes, que colabora con Danza Invisible, y Pablo Sánchez, que ha trabajado con Los Planetas, este Ep de título homónimo, el segundo de su carrera tras un primero de 2007 para Producciones Peligrosas de Granada, empieza con “Freya“, un tema inspirado en una novela corta de 1910 del escritor polaco, nacionalizado británico, Joseph Conrad. De temática marina, esta canción cuenta la historia de una joven a la que prohíben entablar una relación con un humilde marinero. Sin resignarse ante la injusticia, decide huir para reunirse con su amado, pero sus otros pretendientes tienden una trampa al chico que acaba perdiendo su preciada barca durante una tormenta. Nunca llegarán a encontrarse y desde entonces, él vaga como un náufrago mientras ella se vuelve loca esperándole con la mirada perdida en el mar. Un tema de fuerte carga emocional marcado por la melancolía del violín, los diversos toques susurrantes de guitarra y esa voz tan penetrante. Tres  recursos musicales bien hilvanados para transmitir un canto que acaba en un ruego amoroso: “attends, amour, attend…”

Esa devoción literaria y existencial con fondo marítimo adquiere un protagonismo muy relevante dentro del universo lírico de L’Avalanche y vuelve a estar muy presente en el siguiente tema llamado “L’Avenir”. La canción destaca por un comienzo atmosférico, de una enorme belleza, que sirve de antesala a esta historia donde la soledad y la inmensidad del mar, como metáfora de la vida, determinan la lucha “contra los hombres sin sentimientos”. La intensidad de esta canción, con sus emotivos crescendos sonoros; la enorme capacidad vocal con la que se interpreta esa lucha feroz “a lomos del porvenir” y ese juego absorbente de guitarras consigue estremecer el ánimo de cualquiera. Un tema fabuloso que debería figurar en los anales de muestra mejor música contemporánea. A destacar que esta canción forma parte de la banda sonora de la película “El diario de Carlota“, dirigida por José Manuel Carrasco y que se estrenará en mayo de 2010.

“Je serai là“, la siguiente canción,  está inspirada en el relato “Morir”, escrito en 1894 por el narrador y dramaturgo austriaco Arthur Schnitzler. En esta ocasión el tema central trata la eterna fidelidad como promesa no exenta de temibles dudas. Narra el deterioro de una relación de pareja donde el hombre padece una enfermedad terminal que le provoca,  tras un cambio de personalidad, celos, dudas amorosas en medio de la locura y un miedo atroz a una separación forzosa. Un canto que empieza siendo desesperado pero que, en manos de L’Avalanche, acaba resultando ciertamente ilusionado al asumir el moribundo el papel de ángel protector de su amada. De nuevo, brilla la enorme capacidad melódica de este trío que no escatima esfuerzos para explicar unas experiencias vitales y que asumen la tristeza como un estado de ánimo desde el que también es posible actuar con decisión y valentía.

Tomando como referencia el Alleluhja de Leonard Cohen, que también interpretó Jeff Buckley, la siguiente canción “Des anges” se articula a modo de canto inspirado en el Rey David, desde el punto de vista de su relación con Dios. David fue el rey más grande de Israel que empezó siendo un humilde y valiente pastor de ovejas. La canción nos habla de un rey derrotado por el tiempo y la vejez pero con el alma y la fe aún intacta. El título hace referencia a uno de sus salmos donde se relata la protección de los ángeles. Un tema, de delicada resolución instrumental, sorprende con sus detalles instrumentales inesperados de gran precisión armónica. El violín suena con una contundente personalidad para reforzar ese firme deseo de persistir  “en busca de la estrella de ese mañana”.

Acaba este Ep con el canto esperanzado de un solitario pájaro “delante del sol”, que reflexiona lejos de los suyos y con la mar corriendo por sus venas.  “Oiseau”, que así se titula, no es un lamento resignado sino más bien, todo lo contrario. Ese pájaro se rebela contra la soledad. No quiere acabar atrapado por esas tardes de invierno y eleva sus alas contra el viento decidido a emprender el largo viaje de vuelta a casa porque sabe perfectamente que “alguien le espera”. Esta canción cierra el disco con el dulce sonido del piano mientras la guitarra sigue ofreciéndonos unos acordes siempre amables e indispensables en cada uno de estos cinco brillantes y emotivos cantos a la esperanza.

L’Avalanche consiguen con este Ep transmitir un estado de ánimo transferible a mentes despiertas y corazones ansiosos de respuestas.  La soledad, el mar o el amor son presentes en todas sus canciones que se articulan con delicados arreglos, dosis de intimismo y melancolía, y que consiguen abrir los poros de la tristeza para transmitir una dosis reconfortante de ilusión. El resultado final es realmente mágico y debería permitirles seguir siendo un “grupo de culto”, si se prefiere, pero con la posibilidad de conseguir el merecido apoyo mediático y discográfico a su magnífico trabajo para que su mensaje pudiera llegar a otros susceptibles amantes de su música, que existen aún sin saberlo y que están esperando a que alguien les cuente algo sobre su vida con ese fantástico “savoir faire” tan malagueño como universal.

miércoles, 10 de marzo de 2010

The Bite, superviviencia punk mod “In my twon”

Portada Lp 
“In My Town” es el título del primer y esperado larga duración de los barceloneses The Bite, coeditado por Bip Bip Records y Daily Records.  El álbum contiene 12 temas, más cinco canciones de su primer Ep, My Reason to live, a modo de bonus tracks. En total, alrededor de media hora de emociones sin tregua donde los estilos punk, revival mod y powerpop se combinan para expresar un mensaje, repleto de reivindicaciones sociales y existenciales, mediante una voz portentosa, unas guitarras afiladas y un ritmo frenético. Desde la original portada, con la cuadrícula abierta e igualitaria del conocido Plan Cerdà,  hasta su tema estrella, Barcelona adquiere un papel protagonista en este álbum. Ya nuestros míticos Brighton 64 hablaron hace casi treinta años sobre esa Barcelona Blues, un espacio cosmopolita capaz de provocar tantas pasiones como la misma cantidad de odio hacia aquellos que, desde el poder, deciden su futuro, y que lamentablemente, se equivocan una y otra vez. Y de eso hablan precisamente los Bite, de futuro o quizás mejor dicho, de la ausencia de éste, y de la falta de planes satisfactorios para vivir en su propia ciudad desprestigiada por la mezquina sociedad dominante.

The Bite. Fotos de su facebook
The Bite son Javi Mendoza (voz), Jordi Geli (guitarra), David Intrankil (bajo) y Sergi Coussin (bateria). Se formaron en 2006 con músicos procedentes de otras bandas como Kissin Coussins o Futureproof. Juntos forman un cuarteto con una complicidad extraordinaria que han demostrado con este álbum ser capaces de aportar un estilo propio a la intersección que permite al pop melodioso mezclarse con los sonidos del punk más rabioso. Este trabajo discográfico nos recuerda a otros tiempos musicados por los Clash, los Jam, los Undertones o los Buzzcocks así como otros insignes combos de finales de los setenta y ochenta. Sí, es cierto pero no lo es menos que, con su música, logran ofrecernos una visión portentosa de unos recursos ya explotados pero no por ello agotados. Quienes conozcan el punk pop de finales de los setenta y ochenta, y no hayan oído este disco aún, puede que se pregunten qué aportan estos barceloneses al prolífico universo musical de esos años de revival mod y el punk urbano donde multitud de bandas se formaron, con desigual éxito, en cualquier rincón del planeta. Quizá la respuesta más acertada la encontremos en la escuela de Bauhaus quienes ya aseguraban hace mucho tiempo que todo está inventado y el secreto de lo novedoso está precisamente en nuestra capacidad de combinar de forma creativa los elementos existentes. Ese ejercicio de originalidad es precisamente lo que han hecho estos Bite.

The Bite. Fotos de su facebook
Después de un excelente primer Ep de debut titulado "My reason to live", también editado en 2008 por Daily Records, que agotó su primera tirada, The Bite presentó en 2009 dos grandes temas nuevos llamados Cross the line, donde la potencia del revival mod 79 era más que presente, y la canción estrella de este nuevo Lp “In my town”, un claro ejemplo de cómo las guitarras y la batería pueden ir en una sola dirección con una fuerza imparable. Estos dos trallazos se incluían en un Ep compartido con The Cute Lepers, en manos también de Daily Records. Con sólo estos dos discos sencillos en el mercado, The Bite consiguieron el beneplácito de un  grupo importante y heterogéneo de fans que acuden a sus contundentes directos y que, una y otra vez, les habían manifestado la necesidad imperiosa de compendiar en un solo álbum el valioso material con el que consiguen levantar pasiones en sus magníficos conciertos. Al final, ese sueño de muchos se ha hecho ya, por fin, realidad.

Hay que dejar bien claro que este álbum no es una especie de recopilatorio de grandes momentos del punk pop de los setenta y ochenta revisados por un joven grupo de Barcelona. Son canciones todas ellas originales y aunque sean reconocibles algunos detalles propios de esa época y ese estilo, han pasado más de treinta años desde los primeros y seminales Lp’s de los Clash o los Jam. Los grupos suenan diferente, y el street punk o el hardcore, entre otros géneros y formas de entenderlos, han aportado elementos nuevos a la evolución melódica y rítmica de los grupos más contundentes de nuestro panorama actual. The Bite pertenecen a esa clase de bandas que cogen lo que quieren para ordenar su discurso. Temas como este Empty Life, que abre el disco, tienen sus acordes y sus coros a lo Clash pero la voz principal no se parece ni por asomo a la de Joe Strummer. Mi más sincero reconocimiento a su cantante principal que ha conseguido, en éste y en el resto de temas, impregnar las canciones de un estilo muy personal con un timbre de voz que, encima, se permite el lujo de variar según sea el estilo, más cercano al punk o al revival mod.

The Bite. Fotos de su facebook
También hay en esta ciudad de los Bite buen powerpop con temas como You and me, donde los desarrollos guitarreros de los Buzzcocks están presentes como referencia para jugar sobre ellos con esa declaración tremenda de sentimientos. Tras ese tema, sorprende no ver en los créditos de Shitty Job a todo un Paul Weller tocando la guitarra o a un Bruce Foxton brillando con su bajo mediante esa demostrada agilidad magistral. La mejor de las notas posibles también para ambos, guitarra y bajista, cuyo acompañamiento consigue dotar a la canción de una amalgama de matices realmente especiales.  Más adelante, oiremos cómo ese mismo bajista en el inicio de In my town cambia su forma de manejar el instrumento para empezar con un riff más contundente y despreocupado como buen bajista de punk al modo, por ejemplo, del siempre visceral Paul Simonon de los Clash.

The Bite. Fotos de su facebook
En el cuarto tema, I wanna see you again, así como en un par más del disco, se incluye una reducida base de metales interpretados por Jordi Prats a los saxos y Francesc Vive a la trompeta. El toque de estos instrumentistas se añade con coherencia y mediante una precisión muy acertada para rememorar la influencia que la música negra y en concreto el ska jamaicano tiene en la música punk.
 
Le sigue la canción, I was so blind, con la que logran sorprendernos gratamente con ese punteo de guitarra y un acompañamiento de powerpop magnífico, para hablarnos de una desesperación personal consecuente a una realidad sentimental insatisfactoria. Una delicia de canción, con una manufactura de referencias que, si se me permite, consigue que los Jam suenen a Clash o al revés. Tras ese punto de inflexión, aparece esa magnífica “In my town” de la que ya he comentado algunos puntos y sobre la que solo añadiré el gustazo de oír esa crítica feroz a la globalización, a la perdida de ese individualismo tan mod, y a esa ciudad donde uno ya no se siente en casa cuando sale a pasear por sus calles dominadas por los intereses económicos de las multinacionales.  

A continuación, The Bite no cejan en su crítica contra el sistema y esa terrible adoración del dinero con temas como Cross the line, “eres lo que posees”, con un solo de guitarra muy calibrado y perfectamente encajado, o con ese grito existencial que es I Gotta gett over you.  El tema Angel Of the North empieza con esos vibrantes tambores de un hábil y siempre preciso percusionista que retumban en el estómago para dar entrada a un desarrollo de guitarras, voz principal y coros que cortan la respiración.  Y si ya creías haberlo oído todo, espera a escuchar New Vampire donde se sirven de un medio tiempo fantástico, efectos especiales, punteos siniestros, y un guiño a los grupos del llamado post-punk, como Magazine o los Bauhaus que tomaron su nombre de la ya citada escuela de diseño alemana.

The Bite con Rulo Subvers. En su facebook
Sin tener en cuenta las también espectaculares canciones de su primer Ep, añadidas al final de este Cd, o como descarga en el disco de vinilo, que no estaban disponibles hasta ahora en formato digital, el álbum acaba con dos temas de la talla de I Get Angry o The Money Man. Una vez más nos demuestran otra de sus virtudes no comentadas y que es esa enorme  habilidad para transitar con sus canciones por esos callejones melódicos un tanto complicados, eso sí, con encanto,  por los que parece que ese acorde no va a pasar, pero sí y con nota. Luego, con un golpe magistral de break o guitarra, logran situarnos de nuevo en grandes avenidas donde fluye la melodía principal con elegancia y decisión.

Con The Bite, la única sensación que no es viable es la de agotamiento  mental. Se explayan, mediante un elevado grado de imaginación y no se permiten un solo desliz, ni temático ni musical. Ya no es cuestión de comprobar (ajajá!!!) si estos jóvenes hacen lo mismo que nuestro grupo favorito de cabecera de tota la vida. Si pensamos así, cualquier propuesta nos resultará insatisfactoria. Lo que realmente importa, el centro de la pasión, es comprobar si su energía y vitalidad nos llegan, si esa actitud comunica con nosotros. Ese complejo proceso de empatía sólo es posible cuando escuchamos, como es el caso, una banda que cree en lo que hace y no malgasta recursos para hacernos llegar su mensaje sin titubeos. The Bite son grandes porque su música es así, un cúmulo de detalles ya conocidos, aunque no todos, pero tratados por encima de todo con esa determinación y originalidad que consigue un resultado final ciertamente glorioso.

Nota: Puedes escuchar el disco en el bandcamp o comprar una copia en Daily records