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La Editorial Base añadía este 2016 a su recién
creado catálogo de novela negra la segunda entrega de la saga de Palop, escrita
por Pascual Ulpiano, pseudónimo del periodista barcelonés, Alberto Valle. Con
el título de “Malas noticias, es Palop” este libro de bolsillo, con poco más de
150 páginas y de nuevo con magnífica portada de Berto Martínez, sitúa a Palop
en una truculenta historia que sucede en Barcelona, Oporto y México. Tras su debut
en 2015 con la primera entrega “Palop juega sucio”, este peculiar agente vuelve
a conmovernos no solo por sus dotes “profesionales” tan hirientes sino por la
forma en que gestiona sus tormentos emotivos y existenciales. El resultado es
una historia cautivadora en la que no todo es tan sencillo como podría esperar
el lector que tan solo busca acción, ni tampoco es tan enrevesado como quizá prefiera
el usuario de novelas de puros entramados psicológicos. Una vez más, Valle no
solo demuestra su buen arte al desarrollar la trama sino que tiene el tiento
necesario para tocar temas complicados, agresivos y repugnantes, con tacto pero
sin eufemismos innecesarios.
Alberto Valle |
El periodista Alberto Valle ( Barcelona 1977) ha
trabajado para varios medios de comunicación,
incluida la RAI italiana. También es promotor de fiestas y conciertos
relacionados con el mundo mod, en especial por lo que respecta al R&B, el soul
y el jazz. Fue editor del modzine Élite,
fundador de los clubes barceloneses Boiler y más recientemente del Le Clean Cut
Weekender. Actualmente trabaja en una agencia de comunicación, colabora con la
revista especializada Ruta 66, escribeven un blog llamado Valle Ud. a saber y dirige el programa de radio “El Aperitivo del
Ritual”, a Ràdio Ciutat Vella. Anteriormente
ha publicado un ensayo en italiano titulado “Alcuni Animali Danzanti” (Ultra
Pop, Roma, 2007), sobre el hedonismo de forma genérica y en especial por lo que
se refiere a sus aplicaciones en lo mod. Con “Palop juega sucio”, publicada por
la Editorial Base en 2015, debutaba en el campo de la llamada narrativa “pulp”.
“Malas noticias, es Palop” empieza donde acaba, en la tumba
de un compañero de fatigas que se le aparece, a modo de conciencia, para que
nuestro personaje principal se auto recrimine, hasta en los momentos más
inoportunos, sus nefastas relaciones familiares y, de paso, su actitud frente a
la vida. “Piensa en lo que te he dicho…. Quizás algún día puedas perdonarte a
ti mismo… por ser tu naturaleza la que es, Palop”. En esta ocasión la trama
gira en torno a la pornografía infantil y la misión de Palop será la de ayudar
a un amigo a vengarse al tiempo que, por orden de una peculiar Agencia
parapolicial, se encargará de eliminar a sucios individuos que forman parte de
la sociedad sin que ésta sepa de sus repugnantes actividades. La colección de personajes secundarios no
tiene desperdicio alguno y las muertes de algunos de ellos son realmente
espeluznantes aunque no lo es menos su participación en una deleznable red que
trafica con el sufrimiento de niños.
Presentando el libro en Taifa Llibres |
“Tenemos un plan y tenemos el alma lo suficientemente
sufrida, podrida y corrompida para llevarlo a cabo sin pestañear. Por nuestras
venas, una corriente de oído ácido, ardiente e imparable que termina
martilleando en nuestras cabezas. En nuestras bocas, saliva que quema y afila
nuestros dientes para masticar la carne muerta de nuestros enemigos, tragarnos
sus almas, sus sueños, sus porvenires; sentir el aterciopelado tacto de la
sangre correr gloriosamente por nuestros victoriosos gaznates y engordar
nuestras entrañas con sus gritos y sufrimiento”. Párrafos como éste, de un lirismo
estremecedor, se intercalan entre secuencias descarnadas de acción, con
meticulosidades varias como el tipo de armas que se emplean. La lectura resulta
cómoda, consecuente al buen oficio de su responsable, y pese a tratarse de un
tema tan delicado como el abuso de menores, su tratamiento no resulta en ningún
momento desmesurado sino incluso respetuoso, sin que por ello se recurra a eufemismos
que pretendan desdramatizar una vergonzante
actividad infrahumana que, desafortunadamente, no solo acontece en la ficción
literaria como es el caso. Finalmente, por lo que respecta al duro e insensible
Palop, quizá no lo es tanto como cabría suponer ante sus actividades al margen
de los designios de la ley. Sin lugar a
dudas, Valle construye a su personaje y no recurre a lo previsible. No solo
tiene una actividad sexual sui generis sino que también llora, y se preocupa por
su madre a la que debería visitar más y añora, a su forma, a su hijo, un adolescente
al que apenas conoce herido por la infidelidad de su ex esposa.
Alberto con Carlos Zanón |
La serie Palop de Alberto Valle sigue con otra entrega
fascinante que no defraudará a los amantes de la novela negra pero que va más allá
de lo común en el denominado género “pulp”. Estoy convencido de que también
agradará a los lectores que esperan algo más que meras historias sencillas, que
te atrapan desde las primeras páginas, sino que también quieren que éstas estén
protagonizadas por personajes bien definidos con reflexiones que nos ayuden a
enfocar la, en ocasiones, insoportable realidad cotidiana donde convivimos con
esos monstruos camuflados en oficios supuestamente respetables. Para darles su
merecido, al menos contamos, en la ficción, con el eficiente Palop quien
consigue que su eliminación parezca un accidente o un suicidio.
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