miércoles, 16 de noviembre de 2016

The Empty Bottles consiguen una obra maestra de raíces americanas con su disco “Love, Peace & Chicken Grease”

Portada
“Lordy Lord” es una expresión muy propia del blues utilizada para expresar frustración, exasperación, preocupación o cansancio. Se puede leer en boca de uno de los presidiarios de la portada del recién editado disco de los Empty Bottles coeditado este 2016 por la discográfica alicantina Rufus recordings y el zaragozano Black Stone Label, con la colaboración de Discos Elepé, una tienda de Vigo, más la generosa aportación del crowdfunding. Se trata del tercer disco de esta banda de Alicante que, con una docena de canciones y un fabuloso artwork a cargo de Mik Baro, nos dan un repaso exhaustivo y enciclopédico a la historia de la música americana desde sus raíces tocando todos los palos: el blues, el R&B, el soul, el funk, el country, el jazz, la psicodelia, y por supuesto el rock and roll de forma genérica. Una amalgama de estilos con la que se nutre su imaginario melódico y temático con el propósito conseguido de crear un lenguaje auténtico y original. El resultado es un disco único, inigualable, insuperable diría yo sin miedo a pecar de exagerado. Tras oírlo de principio a fin, es más que probable que quedes impresionado por la destreza instrumental de este combo alicantino, al tiempo que te estremezcas acongojado por la pasión que desprenden sus canciones y, ya desde un principio hasta el final, acabes cautivado por la facilidad con la que te llegan al alma y a los pies. Por ello, la única frustración y exasperación que vas a experimentar va a ser, si se da el caso, el haber ignorado hasta el momento su existencia o, como mucho, darte cuenta de cómo en este país, pese a tener grupos tan espectaculares como éste, los mass media siguen promocionando auténtica basura mediática en lugar de fijarse en este magnífico  “Love, Peace & Chicken Grease”, otra expresión muy sureña con el que se titula esta auténtica obra maestra.         
   
Trayectoria 

The Empty Bottles, formación anterior
Empty Bottles se crean en Alicante entre 2002 y 2003 con componentes de varias bandas de los noventa, de varios estilos, con especial influencia de las raíces americanas. Ellos son Tony Miles a la voz principal, Pepe Delgado a la guitarra, John Arias a la batería, Juanjo Domenech al bajo que regresa a la formación tras una primera etapa, y David Chana a los teclados quien substituye a Bruno Gallego, miembro original, con quien se grabó el disco. Cabe mencionar que, en la grabación, se encargó del bajo Víctor Arques quien ha formado parte de la banda los últimos años hasta el pasado mes de abril. Tras algunos ensayos iniciales, dan forma a una maqueta a la que sigue un primer disco, auto editado, que sale en 2006 con el título de “Gimme Back My Mojo” con diez temas. Ya en 2012 sacan el disco “Navajo Motel”, también auto editado, en CD y vinilo de 180 gr, con una edición muy cuidada y portada del pintor madrileño Carlos Arriaga. Se graba en Sónica Estudios de Novelda, al igual que el primer álbum.  

The Empty Bottles, formación actual
Para el disco “Love Peace and Chicken Grease” contaron con la colaboración de Noelia Meseguer en los coros, “Boro” Hernández en el trombón, Dani Romero a la trompeta, y “Barchi” Antón a la mandolina.    Se graba también en Sónica Estudios y en Marmot Day Studios de Mutxamel con los ingenieros de sonido Oscar Martínez, Bruno Gallego, y Josete Paredes. Fue mezclado y masterizado por Jim Diamond (quien ha trabajado con White Stripes y The Sonics) en Guetto recorders (Detroit). El artwork corre a cargo del gran Mik Baro quien dibuja en la portada y contraportada varios motivos alusivos a las raíces del blues y el rock and roll, con ese lastimero “lordy lord” que indica la frustración de esos tres presidiarios condenados a trabajos forzados. Viene al caso, entre otras posibles consideraciones, porque dos de los temas del disco, “Rosie” y “Misery” son adaptaciones de melodías  vocales grabadas por Alan J. Lomax en instituciones penitenciarias de los Estados Unidos en la década de los cuarenta.   Se incluye una hoja interior  con las letras de las canciones y una fotografía de la banda a cargo de Jesús Llunguer. Por último mencionar que está dedicado a la memoria del fallecido y siempre recordado Paco Rufus.   

Las canciones 

The Empty Bottles en el estudio
El disco se abre con “Dig My Grave”, el primer ejemplo de la enorme credibilidad de esta banda en la que guitarras, órgano, ritmo y voz principal se compenetran a la perfección para ofrecernos un sensacional tema de blues rock. Canción en la que un buen chico, “deprimido, sucio y sin un duro” pide ser acogido o que le entierren con amabilidad cuando llegue el momento. Los detalles solistas se entrelazan con los arreglos minuciosos, potentes y sumamente envolventes. Le sigue “Rosie”, que “cuando camina el mundo tiembla, suficiente para dar que pensar a un convicto”. Canción pasional en la que los Empty Bottles aportan su indudable destreza instrumental tras  susurros  y golpes iniciales que nos recuerdan el presidio. El tema deriva a una aguerrida descarga de guitarras, voces, órgano, y un tempo vigoroso. A destacar ese lisérgico solo de guitarra más la cautivadora aportación de órgano con sus acordes y escalas de fantasía.    

Los Empty Bottles en directo
A continuación nos ofrecen “Wasted Days” para hablarnos de esos días gastados “en la cola por una paga mísera…la vida es una puta mierda y acaba demasiado pronto”.  Gran tema con una  combinación apabullante de momentos soul, blues, jazzy, ácidos y cálidos según los  momentos, interpretados por una voz solista ejemplar acompañada por coros femeninos góspel y una banda en auténtico estado de gracia. A destacar esos geniales instantes instrumentales en los que la guitarra nos deslumbra con un gran solo sobre una sección rítmica magnífica rodeada de aportaciones de metales nada desdeñables y teclados proverbiales. En el siguiente corte “Crown Of Thorns” sale a colación esa “corona hecha de miedo, errores, odio y orgullo” con la que cargamos entre “los amigos que perdimos, las mentiras que contamos y el amor que murió”.  Una deliciosa balada  que envuelve el alma con órgano de jazz soul y guitarra de country rock, con fascinante voz principal más coros femeninos muy sugerentes.   

The Empty Bottles en directo
Sigue el álbum con “Goodbye”, un final en el “que no puedo dejar de pensar”.  “Te vieron por la calle con una maleta, dicen que no volverás… tu vecino oyó a tu padre afilar su cuchillo de casa”.  Canción de country rock con ritmo decidido y perseverante, aportaciones instrumentales imprescindibles y pasión a raudales entre cambios armónicos gloriosos y solos de guitarra tenebrosos con los que se genera una ambientación de blues ácido.  Finaliza la cara A con “Joe D.Grinder”, personaje de la mitología del jazz y el blues, procede de 1939, y fue creado por los soldados afroamericanos para definir a un hombre que seduce a las esposas y novias de prisioneros y soldados. Jody viene a ser el nombre recortado y  Grinder, “moler” es en argot, “copular”.  Aquí se metamorfosea, por obra y maestría psicodélica de los Empty Bottles, en protagonista de un temazo ácido en el que ritmo y melodía se compenetran a la perfección con riffs y solos lisérgicos de guitarra y órgano más líneas de bajo espectaculares. De nuevo, la voz principal nos deja absolutamente anonadados al tiempo que la sección rítmica se mantiene con una versatilidad apabullante.   
   
Artwork a cargo de Mik Baro
Ya en la cara B nos ofrecen “Ruby, Come To Me”, un sueño en el que el protagonista se despierta sudado, secándose las lágrimas, pensando en Rudy.  Se siente solo, con el cuerpo dolorido, sin poder respirar, dispuesto a volver a soñar lo mismo y gritar con rabia.  Tema con presencia destacable de guitarras y órgano jugando a perfilar un relato cargado de emoción con esa destreza propia de los maestros del género, herederos del góspel y el rock and roll, con aires del primitivo blues y del mejor “swamp rock”. Otro gran solo de órgano completa este atractivo tema que nos lleva completamente satisfechos hasta  “No Place To Hide” aunque sea oteando “problemas en el horizonte… buscando puertas doradas pero nunca en el lugar adecuado”. La banda se mantiene en el buen camino y, al contrario de la letra de la canción, nunca falla con esa conjunción de detalles instrumentales en los que destaca la absorbente presencia del piano y acústica acompañando a la soberbia  voz principal reforzada por buenos coros femeninos. Con “The Dude”, el grupo nos regala un solemne y a la par que sugerente instrumental en el que órgano y guitarra nos conmueven con momentos solistas de absoluta pericia con detalles de jazz y ritmos funk ejecutados con igual destreza encomiable a cargo de bajo y batería. No resultan menos sorprendentes las segundas voces que acompañan a los extraordinarios solos de este gran tema.     

The Empty Bottles en vivo
En “Misery” se nos habla de una relación amorosa complicada en la que las mentiras de terceros complican las cosas entre una pareja. Una sensación de desgracia que los Empty Bottles musicalizan con genio entre riffs de rock aguerrido, variaciones rítmicas impresionantes a cargo de una inspirada sección rítmica de bajo y batería, un solo ácido de guitarra que pone los pelos de punta, y más aportaciones suculentas de órgano. Llegamos de este modo a los dos temas finales que bordan tan portentoso trabajo discográfico. Por una parte “Killer Boots” con el “perfume que te regalé para tu cumpleaños”. Canción de sucio rock and roll que aporta una garra propia de las élites. Sensacional recorrido guitarrero con absorbente voz principal en esta historia en la que el protagonista nos cuenta: “me dejas por tus llamados amigos…ahora te odio porque antes te amé tanto”.  A destacar ese cambio de tempo para dar entrada a un solo de órgano descomunal que nos eleva hasta lo indecible.  Termina el disco con “Road Dogs”, la última de las excelencias del álbum en la que un “viejo soldado encerrado en una jaula” ha gastado ya todas sus lágrimas por un amor. “Fuimos rey y reina, y perdimos nuestras coronas en una carretera perdida dejada de la mano de Dios, muertos y desnudos en el barro”. Riffs de guitarra de auténtica antología entre ritmos perfectos de rock, funk y blues, solos de teclados y guitarra tan lisérgicos como progresivos, detalles de metales muy precisos y poderosos, más una voz principal que culmina un cúmulo de maravillas que te resultará imposible de olvidar.      

Reflexión final 

The Empty Bottles, fotos de su facebook
Dicen los Empty Bottles en una de sus creaciones: “se necesitan rocas y gravilla para trazar el camino”.  La mencionada apreciación aparece en una de las canciones, “Misery”, y se enmarca en una relación sentimental tormentosa, aunque  nos sirve también a modo de fórmula muy clarividente para describir, con pocas palabras, cómo en cualquier proyecto vital, ya sea artístico o haga referencia a la disciplina que se nos antoje, es preciso conjugar una estructura firme y contundente con detalles de calidad que la articulen y pulan. En la música de los Empty Bottles coexisten a la perfección esos dos grandes apartados  creativos que, a la par, podríamos emparentar con la magnífica combinación de sus innegables raíces con su no menos excelente aportación propia mediante un trabajo constante y fructífero. Es así como consiguen dar vida a canciones brillantes, inauditas, que les sitúan en lo más alto de los sonidos de raigambre americana a nivel internacional.  “Peace, Love and Grease Chicken” es un disco sublime y cualquiera, con un poco de criterio y gusto por lo bien hecho, podrá descubrir en su música innumerables detalles que corroboran esta impresión genérica. En todos y cada uno de sus temas brillan con habilidad, autenticidad y poder de convicción sus conmovedores arreglos, la pasión de sus melodías, la perfección de sus ritmos, la prestancia de sus voces y sus solos, más la intensidad temática de sus letras.  Así que, si no quieres perderte uno de los mejores trabajos de los últimos tiempos, yo me haría cuanto antes con una copia de este magnífico álbum. Te aseguro que va a disfrutar de todos y cada uno de sus cautivadores momentos musicales y poéticos que, sin lugar a dudas, pasarán a la historia de la música contemporánea.   

Nota: Puedes escuchar las canciones en el bandcamp de Rufus recordings, o en el de Black Stone Label, y algunas más sus anteriores trabajos en el bandcamp de los Empty Bottles. Para conseguir una copia  del disco puedes dirigirte a la web de Rufus Recordings.  

5 comentarios:

  1. Posiblemente la banda más potente del panorama musical de este país. Enhorabuena. Este disco rockea mi mundo.

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    1. Desde luego, con un disco tan extrarodinario como éste, tienen todos los numeroso para que así sean considerados. Gracias por tu comentario.

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