martes, 9 de octubre de 2012

Fabí nos cuenta “La Vida Láctea”, historia universal y atemporal de La Leshe Que Mamate

Durante mi vida, y ya son unos cuantos años, he leído una cantidad considerable de libros, la mayoría de ficción narrativa, aunque también me han llamado poderosamente la atención aquellos que versan sobre la trayectoria de músicos y grupos de rock and roll en sus diversos estilos. Por lo que respecta a ese segundo polo de atracción literaria y a la par musical, es necesario remarcar que, hasta hace bien poco, las biografías escritas en castellano habían sido más bien escasas, y si nos referimos a grupos españoles, más bien anecdóticas comparadas con el volumen de obra que editan ingleses, franceses o norteamericanos. Pues bien, tras haber leído el libro titulado “La Vida Láctea” del marbellí Fabí, que lo firma como Fabipolo66, puedo aseguraros que no solo lo considero uno de mis cuatro mejores libros de referencia por lo que respecta al apartado de autobiografías musicales sino que su prosa siempre ágil, convincente, emotiva, con detalles tiernos, algunos muy divertidos, y sobretodo con una elevada dosis de complicidad con el lector (haya o no vivido la historia relatada)  me parece verdaderamente ejemplar y memorable. 

Fabi, actualidad
El prólogo corre a cargo del escritor granadino y marbellí, Alejandro Pedregosa, que de forma precisa considera este libro "tan sentimentalmente necesario para toda una generación". La obra, autoeditada en primera y última edición de noviembre de 2011, discurre por más de trescientas páginas y contiene un álbum de fotos en blanco y negro para ilustrar el relato. "Como su creador, este libro no es un libro normal y corriente... si buscas rencor, vanidad o falsa modestia entras en el bar equivocado", nos asegura con razón en su contraportada, Alfonso Gómez "Kiki".  

Fabí nos cuenta las vivencias del grupo marbellí de los ochenta, del que formó parte como miembro fundador, llamado La Leshe que Mamate que estuvo activo desde 1986 hasta el 2000, pasando por otros proyectos llamados Los Talones y P9. Como bien sabrán muchos, La Leshe que Mamate era una banda de ska pop influenciada por el sonido Two Tone y por la new wave de los ochenta. Como dice el propio autor, “Water Público y la Leshe que Mamate fueron una versión autóctona del Dance Craze británico skatalítico del año ochenta y uno”.


La Leshe que Mamate, años ochenta
El grupo contó en sus filas con jóvenes músicos, más o menos autodidactas aunque, eso sí, con muchísimas ganas de componer e interpretar canciones, como Manolo Cortés al bajo; el autor, Fabí, a la guitarra rítmica; Andrés, a la voz y armónica; Fede Vallés, a los teclados; Shavea que substituyó a Antonio Malvárez, a la batería; y Willy Palacios, guitarra solista.

Julián Hernández de Siniestro Total produjo su único Lp titulado "El que abusa no es traidor" (La Fábrica Magnética, 1990) del que se extrajo un  single con los temas 'La Moraga / Todo lo que quiero tener'. El resto de canciones de ese Lp fueron 'Esto es lo que hay', 'Murcielagos', 'Tiemblo', 'Cualquier sitio', 'La selva', 'Soy un jipi', 'Me río', 'Oh Carol', 'Cancioncilla preciosa' y 'Nivelaje'. Hay que destacar también que desde el año 2007 algunos de sus componentes formaron un grupo llamado Briatore con el que grabaron un álbum para el sello Bip-Bip Records con el título de “A way of Life”. Con motivo de la celebración de su 25 aniversario, se reunieron la Leshe que mamate y El Alma para conmemorarlo mediante un concierto que tuvo lugar el 10 de septiembre de 2011 en Funny Beach (Marbella) y que Fabi relata en el epílogo de esta "Vida Láctea" con un arte verdaderamente magistral y una emoción contagiosa.  

Portada del disco
“Aunque tiréis al escenario muchos kilos de tomate,  no podréis acabar con la Leshe que Mamate”. Así se expresaban en una de sus canciones que les llevaron a la fama no solo en su Marbella natal, sino también de forma gradual en el resto de la provincia de Málaga y finalmente, en la totalidad del Estado, grabando en Madrid todo un Lp que no hizo justicia a la potencia sonora de una banda que también actuó por otros puntos de la península como el País Vasco. Al final padecieron el menosprecio injustificable de unas discográficas que no quisieron promocionar un repertorio que hubiera podido seguir triunfando bastante más de lo que les permitieron y a pesar de lo poco que les ayudaron.     

El título genérico del libro se refiere a la vida que los miembros del grupo vivieron durante todos esos años, desde mediados de los ochenta. Unos años repletos de diversión y música, explicados por uno de sus protagonistas, el Fabi. La historia empieza y acaba en uno de sus últimos conciertos al que no acudió casi nadie cuando en los noventa dejaron de agradar a las masas aquellos grupos de los ochenta repletos de ilusión y buenas maneras que intentaban hacer partícipes de su vitalidad y energía juvenil a su fiel público mediante conciertos y discos tan entregados como vibrantes. Los tiempos habían cambiado y el propio Fabí se refiere a ese vuelvo de concepto comunicativo que trajeron  los noventa diciendo: “Cuando veía videoclips de esas bandas de grunge o shoegaze tocando con esos caretos, mirando al suelo, tan tristes, pesarosos y consternados ellos, siempre pensaba: Si no te gusta, si no lo estás pasando bien… ¡Deja al grupo, imbécil!”.

Concierto en los ochenta, Fabi a la izquierda
La Leshe que Mamate “estábamos condenados a formar un grupo de pop-rock, incluso las letras ya estaban implícitamente escritas y dictadas por todo ese contexto, faltaba sacarlas a la luz”. Fabí también nos explica que “en nuestros temas no pedíamos construcciones barrocas, ni poesía, ni métrica alguna. Tampoco hubiésemos sido capaces de llevarlas a cabo. Solo queríamos pasarlo de puta madre y descargar esa furia o vitalidad que proporcionan las hormonas a cierta edad y que a veces es más peligroso reprimirlas que dejarlas fluir”. 

El libro está repleto de frases ingeniosas a cargo de su autor que no solo describe el sentimiento de una época y un grupo, sino que también añade, de forma contundente pero siempre respetuosa, algunas valoraciones personales sobre otros aspectos relacionados con la política y la sociedad, principalmente la marbellí, así como su visión sobre las relaciones interpersonales e intergeneracionales. La memoria de Fabi es, como poco, prodigiosa porque es capaz de recordar uno a uno cada uno de los grupos, amigos, vecinos y familiares, que algo tienen que aportar a la historia o simplemente se cruzaron con ellos cuando se dirigían a uno de sus conciertos.  

Foto concierto 25 aniversario
De este modo va desgranando con un estilo impecable y muy próximo al lector, el proceso de creación de su grupo, desde el momento en que tuvo su primera guitarra en las manos, los ensayos en una casa abandonada que acabó cayendo por suerte cuando ellos ya no estaban, las juergas en Marbella, Coín y Málaga, los conciertos que cada vez fueron más multitudinarios y la grabación del disco en Madrid. Pero no solo se limita a explicar anécdotas, incluidos esos momentos duros en que alguno de sus amigos dejaron esta vida o tuvieron accidentes graves, sino que también relata la gestación del llamado sonido Marbepop, con grupos oriundos de Marbella y San Pedro Alcántara, y que representó uno de los acontecimientos culturales más importante de la historia juvenil de la provincia de Málaga y el resto de Andalucía con proyección estatal.     

Foto concierto 25 aniversario
Toda esta entrañable historia está resumida con todo lujo de detalles en este brillante libro, muy recomendable para todos aquellos que quieran recordar y también conocer de primera mano cómo fueron aquellos míticos ochenta. No es necesario haber vivido en Marbella porque las anécdotas y las emociones que nos cuenta son absolutamente universales como atemporales. Solo hay un grupo de personas a los que probablemente no les va a gustar este libro. Ya existían en los ochenta y, con los años, han ido adueñándose de la realidad cotidiana de nuestra sociedad. Me refiero a los “normales”, “la tribu más intolerante e irrespetuosa” como bien define Fabí en uno de sus magníficos capítulos a modo de viajes al pasado por esta inolvidable "Vida Láctea" que recorre de nuevo con el grito de guerra de la Leshe que Mamate: "¡A Jierro!". 

Nota: El libro se puede comprar en librerías de Marbella y Málaga, y tiene su propio facebook.  

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