martes, 3 de diciembre de 2013

Los Huéspedes Felices descubren “las Cosas que no vemos”, magistral disco de emociones vitales

Portada disco
Antes de escuchar el anunciado nuevo disco de los Huéspedes Felices, incluso a priori de su single de adelanto con los temas “Llueve” y “Flying Pantalones”, era de prever que su siguiente álbum titulado “Las cosas que no vemos”,  iba a ser la mejor entrega de su larga trayectoria. Tras volver a la actualidad de la mano de la discográfica almeriense Clifford records, la banda gallega había  demostrado estar en su mejor momento y esa circunstancia tenía que plasmarse en un nuevo disco de forma ineludible. Incluso me atreví a predecir que la nueva obra musical de los Huéspedes se convertiría necesariamente en uno de los trabajos más destacados del año. Pues bien, el momento de comprobar todos esos buenos  augurios había llegado.

Tras la primera audición, confirmé que, en efecto, era su mejor álbum; y lo digo sin tapujo alguno, del mismo modo que os aseguro que, en mi opinión, estará en el ranking de los discos más destacados de este 2013. Desde esas primeras impresiones, me he volcado en comprender y analizar al detalle todo su trabajo compositivo e instrumental así como poético, que no es poco. A medida que lo oía una y otra vez, me parecía más creativo y fascinante, hasta el punto que, en el momento de redactar esta reseña, lo considero uno de los mejores álbumes de pop psicodélico a nivel internacional y de todos los tiempos. “Las cosas que no vemos”, tal y como puedes esperar de un título así, es un álbum que va más allá de lo evidente y por ello me ha inspirado el siguiente relato, jugando con las letras de sus temas, a modo de reseña no solo de su obra, que también, sino de todas y cada una de las extraordinarias sensaciones que pueden procurarte sus entrañables canciones.

Foto: José Ardá

Las cosas de la Cara A.

No existe ni día, ni momento para ubicar mi visita a la casa de los Huéspedes Felices porque solo es producto de mi imaginación. A medida que escuchaba este  maravilloso disco, se abría ante mí un espacio onírico que me ofrecía la posibilidad de encontrar algunas respuestas a esa búsqueda existencial que muchos de nosotros emprendemos para comprender nuestro miedo a lo desconocido. Con mis referencias musicales como único equipaje, viajé al mundo sonoro  y vital de su residencia feliz en Fene, A Coruña. Mi propósito era empapar mis sentidos con la creatividad sublime que rezuma todo su trabajo pero en especial este nuevo disco que se me descubrió, con sus canciones, en las estancias de tan psicodélica morada.    

Recuerdo que llegué al atardecer y cuando divisé la entrada, dejó de llover. Algo me llamaba en “El Jardín”. Mientras caminaba despacio sin hablar, oía una encantadora música folk a base de guitarra y percusión oriental que se movían con alegría alrededor de un teclado al modo de los clásicos clavicordios. Llamé a la puerta y una alegre melodía, que surgía de unas guitarras psicodélicas, me dio la bienvenida. Una bella y amable mujer, vestida con una sedosa blusa blanca, me abrió con una gran llave y me dio una cordial bienvenida.

Foto: José Ardá
Intercambié unas palabras con mi anfitriona. Me contó que había llegado hasta esa casa “Buscando el Sol” pero que alguien le dijo que el sol no era real. Desde entonces, no había dejado de preguntarse cuánto tiempo tendría que pasar para comprender cuál es, en realidad, la auténtica guía de la vida. Su inquietud se vio envuelta entre ritmos poderosos y crescendos espectaculares. 


Entré en la casa al mismo tiempo que eclosionaron distorsiones lisérgicas “Cerca del suelo” con cambios de ritmo eclécticos, arreglos instrumentales lisérgicos y entradas espectaculares de órgano y guitarras a base de solos de fantasía que me invitaban a tomar el control de la situación. Experimenté una necesidad imperiosa de saltar, brincar, mientras el calor de la casa me confortaba sobremanera. De pronto, adiviné una sombra, la de alguien que parecía no estar. A punto de perder la noción del tiempo, había llegado el momento de jugar al escondite, en este caso a ese famoso “Un, dos, tres… el escondite inglés”.  Empecé a dar vueltas sin saber dónde estaba exactamente mientras disfrutaba de guitarras poderosas, un órgano omnipresente, un bajo grandioso y un ritmo contagioso que me invitaban a seguir buscando. Recuerdo perfectamente que pensé: “me gustaría tanto encontrar”.  Las voces desaparecieron y la canción derivó en un instrumental que casi consigue  hacerme perder el sentido.

Mi percepción de las cosas ya no era la misma; en mi mente algo se rompió y sucumbí a una espiral de ritmo y momentos sonoros sublimes. La casa se había apoderado, con su melodía hipnotizadora, de mi alma y me dejé llevar para moverme  al compás de su ritmo propio y original.

Desperté “Perdido en la Luz”. Haces luminosos oscilaban entrelazándose en una conjunción que me procuraba divertidas imágenes. La casa me recomendó que me dejara ir, que olvidara, porque nunca más querría volver a salir de allí.  Si era ese mi destino, lo aceptaba con sumo gusto. De pronto una alegre melodía con sabor americano acompañó mis pasos para proseguir con mi extraña visita. Era pronto aún para tomar una decisión sobre mi futuro. El día ya era muy oscuro pero la noche aún no había caído. Se hizo el silencio.

Las cosas de la Cara B.  

En Cantón Vello. 2013
“En un día oscuro”, como aquel de mi visita, me acordé de esas personas especiales que ya no están conmigo mientras me sentía arropado por una melodía triste, pero a su vez cariñosa. Recorriendo habitaciones, me sentí solo y eche en falta oír alguna voz familiar. De nuevo, unas guitarras y un órgano espectaculares diseñaban varias texturas que se colaban en mi cerebro invitándome a reflexionar, a plantearme  muchas cosas de mi vida. ¿Qué era lo que tanto echaba en falta?... ¿Oír tu voz?

Había llegado el momento de encontrar una explicación a todas “Las cosas que no vemos”.  Aunque quizá fuera más prudente esperar. Me pregunté si mi vida era aparente.  No estaba seguro de nada. El día se cruzó con la noche a ritmo de un órgano genial. Los colores se difuminaron y quise salir del trance de mi vida para ver esas cosas importantes que siempre acaban por pasar desapercibidas. Momentos, miradas, risas, palabras, abrazos, que se van con las personas más cercanas cuando nos dejan como “Pájaros” que vuelan sin cesar, cuando ya no hay posibilidad de mejorar, cuando ya todo es gris. Las guitarras siguieron entretejiendo punteos de fantasía acompañando a ese momento tan esperado de atreverse a borrar para cambiar. 

En Cantón Vello. 2013
De repente, la lluvia empezó a repicar en las ventanas y, sin saber cómo, aparecí al descubierto a su merced. Miré hacia arriba, el cielo estaba oscuro. Busqué  un refugio, no tenía paraguas.  La música seguía zarandeándome con su enorme poder de convicción a base de coros magistrales que me decían entre juegos de piano, órgano, ritmos sin tregua y guitarras hirientes: “Llueve”, otra vez….       

Por suerte, la casa se apiadó de mí y su techo regresó para darme cobijo. Fue entonces cuando me explicó su historia mientras observamos cómo las “Las hojas caen”. Juntos recordamos ese tiempo en que los días pasaban despacio sin pensar en nada más; descubriendo los secretos escondidos en cualquier lugar. Sin duda, no había nada igual. Pero ahora que empezaba a oscurecer la vida, todo está triste otra vez.    

Mi visita a la casa de los Huéspedes Felices había terminado. En un rincón, un guitarrista sentado en el suelo punteaba, de espaldas a mí, las cuerdas de su instrumento mientras  observaba el futuro por la ventana acompañado por el sonido de un tierno acordeón. Ese mismo día empezaba el “Otoño” y comprendí que la mejor manera de afrontar esa estación del año tan melancólica es escuchando melodías tan sublimes como sinceras que te invitan a buscar esas cosas invisibles de la vida que quizá no queremos o nos da miedo ver.   

Los protagonistas y sus cosas   

En Casa Ardá
El disco “Las cosas que no vemos” fue ideado, grabado y producido por los Huéspedes Felices en los Estudios B77 entre diciembre de 2012 y junio de 2013 donde Shimizu se encargó de la masterización. La banda que dio vida a este disco está formada por Daniel Blanco a los teclados y voz; Álvaro Calvo, guitarra y voz; Martín López, batería y voz; Alberto Amigo, bajo y voz; y Oscar Antón, guitarra y voz. Los Huéspedes contaron con la ayuda de Carolina Rodríguez a las percusiones; y George “Moonlight” Méndez a la acordeón. Del diseño de la carpeta abierta se encargó Alberto Amigo quien contó con las fotos de José Ardá.    

Aunque existen indicios de que todo empezó a finales de los ochenta, el debut oficial de los Huéspedes Felices se produce en 1993 con Luis (bajo y voz), Alvaro (guitarra y voz) más Sergio (batería ) y al poco tiempo, Archy ( guitarra y voz ). Esa fue su primera formación que duraría cuatro años durante los que participan en recopilatorios. Su primer Ep, en 1996, se titularía "Gigantes del Pop" con el sello Animal Records. Archy les dejaría en el año 1997, y entra Fernando. Con él graban "Aventuras en Felicia " ( Cd autoeditado de 1998)  más una canción "Motherly love " para la serie "Unmatched: tributo a Frank Zappa " (1998) y un fallido single que iba a ser producido por Miguel Angel Villanueva con las canciones " Cada día " y " El extraño viaje ". Fernando también les deja para formar parte de Malconsejo y en 2000 se incorpora Daniel, pianista que ya había colaborado con ellos en alguna grabación anterior. 

Portada single digital.
Empieza una etapa donde predomina el estilo que ellos mismos denominan como  “sicodelia pangalaica” con Cds autoeditados y titulados: "PennyRoyal Park " (2001), " Luz artificial " (2003), el recopilatorio "Historia de la música Rock Vol. 101" (2003), y "The Tarek Aziz Psychedelic Band" (2004). En 2005 tras "Las vacaciones del capitán", incorporan otro guitarrista al grupo, Moncho, también colaborador conocido. Vuelven a sonar en directo  y graban su gran álbum "Sol de invierno”  (2007). Tras ese disco, Óscar substituye a Moncho. Con la nueva formación, más Miguel Ángel Villanueva a las voces, graban el tema "Felicia" para el disco aniversario del  Felipop.

Tras un año difuso, con escasas ganas de seguir adelante, sale Sergio y entra Ramón Saleta, que fue batería de Elephant Band, y graban un Cd-Ep llamado "Cambios" (2011) con el que recuperan la ilusión. Se producen nuevos cambios al substituir Martín a Ramón Saleta  mientras que Alberto de Todos El Largo Verano, entra en lugar de Luis. En 2012, Clifford records edita el Ep “Mi reflejo”  y un recopilatorio con el preciso título de “Tipos normales con guitarras eléctricas” y el subtítulo de “Un repaso a la historia de los Huéspedes Felices a través de nuestras canciones favoritas”. Antes de que se editara este nuevo disco, pudimos disfrutar en su bandcamp de un single digital con dos temas: “Llueve” y “Flying Pantalones”, una canción no incluida en el álbum en el que ponen de manifesto su gran destreza instrumental siempre procurando una creativa atmósfera repleta de "groove" y psicodelia. 

Las cosas que al final siempre vemos

Logo
En un país como éste o, si lo prefieres, en una sociedad como la actual que pretende convertirnos en seres meramente productivos sin creatividad, conformados con la realidad cotidiana y atemorizados por las sucesivas crisis, no deja de ser reconfortante que aparezcan grupos como los Huéspedes Felices quienes, tras tantos años de trayectoria, no se resignan a ver las hojas caer y vuelven a descubrir los secretos de la felicidad escondidos en cualquier lugar con su nuevo álbum editado por Clifford Records. Puede parecer un ejercicio vital sin mucho sentido pero, con un poco de esfuerzo y de imaginación, estoy más que convencido de que las cosas positivas que, quizá ahora no ves de tu propia vida, te sorprenderá encontrarlas en este fabuloso disco que te recomendamos encarecidamente.

Nota: Si quieres más información sobre el grupo y sus trabajos discográficos, te invitamos a visitar la sección que les dedicamos en el Magic Pop. Es posible escuchar los temas en el bandcamp y puedes adquirir una copia del vinilo con carpeta abierta y Cd de regalo en la web de CliffordRecords.     

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