lunes, 16 de enero de 2017

Cuando “20 horas” dan para grabar excelentes canciones como las del nuevo Lp firmado por Max Gamuza

Portada 
“20 horas” es el tiempo que puede pasar entre que sales a tomar el vermut  y, al final, te recoges al día siguiente tras haberte liado “dobleteando” por ahí con amigos, paseando, yendo de copas, a un concierto, entre conversaciones, más risas y mucho baile; o también puede ser el espacio temporal que se tarda en ir, grabar y volver del estudio de José María Rosillo en Madrid para dar vida a un segundo disco titulado precisamente así, “20 horas”, firmado por Max Gamuza y editado en 2016 por Clifford records.  Un álbum en el que suceden muchas cosas, y todas buenas, durante el trascurso de las 13 magníficas canciones que se incluyen: doce temas propios y una cautivadora versión de los Hollies, más el arte siempre original y fascinante de Mik Baro con una divertida portada y contraportada.  Max Gamuza consigue, en esta su segunda entrega en formato grande, una conjunción perfecta de melodías penetrantes con letras perspicaces y ritmos arrebatadores, distribuidas en dos caras un tanto distintas.  Una cara A más salvaje y una cara B más melódica pero no por ello menos impactante.  El resultado genérico son, como no puede ser de otro modo, canciones, como pocas,  en las que se entremezcla el pop con el “garage”, aderezado por esa actitud punk que las convierte en ideales para ser degustadas en cualquier ambiente donde el rock and roll sea su principal fundamento temático,  al margen de “postureos” incluidos los del “underground” que también los tiene.   

Trayectoria

Max Gamuza. Foto de su facebook
Max Gamuza es un grupo asturiano formado por Busta (voz, guitarra), David Fernández (batería), Chusín Fernandez (bajo) y David Warshall (guitarra). El proyecto arranca en las navidades de 2011 aprovechando que Mike Mariconda vivía en Gijón. Busta le mostró parte de su material y las canciones gustaron al famoso músico de los Devil Dogs y prestigioso productor norteamericano. Entraron a grabar en la primavera de 2012 en el estudio de Busta, el que se convertiría en su primer Lp con Iñigo O. De Zarate de The Allnighters, al Hammond B3,   Farfisa y piano; Iván Mirech a la batería; Joseba Irazoki y Mike Mariconda a las guitarras más producción, y el propio Busta a la voz, bajo, guitarra y percusión. El álbum con 14 canciones lo edita Munster en setiembre de 2012 con el título de “Los Buenos Momentos Están Aquí”. Durante ese verano preparan la gira por varias salas del Estado y se producen un par de baja incorporándose una nueva base rítmica formada por  Joseba Baleztena al bajo y Guanche a la batería. Los temas de rock and roll, incluidos en ese disco,van del “garage” al blues punk con algunos detalles melódicos del mejor pop, trabajando referencias de los sesenta y ochenta. Reciben buenas críticas por la prensa especializada pero no la repercusiçon que bien merecen. Actúan por festivales y a finales de 2013 ya cuentan con un nuevo bajista,  Chusín Fernández de los Supersiders.

Artwork by Mik Baro 
Ya en 2014 entran a grabar un nuevo single. En ese momento Tony Uría se encarga de la batería y Pedro “Teclas” del farfisa. Tras un periodo de incertidumbres, desde junio de 2014 David Fernández se encarga de la batería con el que se cierra una formación estable. De este modo, y tras numerosos directos,  llegamos a  julio de 2015, mes en el que sale su nuevo 7” con el título genérico de “Hoy No Perderé”  más “Allnighters Call” en la cara B, producido por Angel Kaplan y mezclado por Rosillo con Pedro Teclas al farfisa, Dimas Obaya a la guitarra, Iván Mirech a la batería, y Chusín Fernández al bajo, más Iñigo O. de Zarate al Hammond B3 en el segundo corte (+ info). Editado por Clifford Records, fue el flamante adelanto de su nuevo Lp que, en el mes de diciembre de 2015, graban David a la batería, Chusín al bajo y Busta a la voz y guitarra, bajo la producción de José María Rosillo, de los Imposibles, en los estudios madrileños de Audiomatic.

Contaron con la colaboración de Joseba Baleztena a las guitarras, Iñigo Zarate al Hammond B3 con Leslie 122, y Rosillo a las percusiones más melotrón.  El divertido artwork es obra de Mik Baro quien dibuja al trío en la portada en plena carrera mientras que en la contraportada nos ofrece una imagen ilustrativa para cada una de las 13 canciones.  Se incluye también un código de descarga digital de las canciones.  

Las canciones

Max Gamuza. Foto: M Gómez  
El disco empieza con “La Amenaza”, canción con arreglos rítmicos penetrantes, en los que se lucen un contundente bajo, solo incluido, más una batería milimetrada,  a los que se suman ese órgano poderoso, incluidas unas guitarras que descargan con lujuria y una voz que desborda pasión. “Eres una amenaza”, nos cuentan, “siempre vienes a buscar problemas… pero sabemos a lo que juegas”. Le sigue “I Can't Stop The Fun”,  otra excelente canción que emerge con riff desgarrador  de guitarra al que se añade esa voz penetrante. Aquí nos cantan:   “con los bolsillos llenos de ritmos garajeros….”.   Genial y ácido solo de guitarra entre “la música muy alta porque no me gusta hablar… suenan los vinilos, no dejo de bailar y bebo sin parar… pasan las horas, nos cierran el bar”.  Todo un hit ciertamente psicodélico con final obsesivo y demencial, que nos trasporta al siguiente corte titulado “Feliz y Salvaje”, otra genialidad marca de la casa, en la que destaca ya desde los primeros compases ese absorbente bajo más batería. “No me lavo los dientes, los mismos gallumbos, como con los dedos, bebo al morro… vaqueros tiesos, botones sin poner, polvo en la mesita, libros sin leer…”, menudo elemento para este divertido R&B que nos invita al baile de principio a fin.    

Artwork, ya como cuarteto 

Max Gamuza. Foto: Chusmi 10 
Le sigue “Superman”, canción de guitarras poderosas que dialogan con la sección rítmica mediante un poderío espectacular. “Hoy quiero salir, me voy a bailar, yo no soy un Superman…”. Genial combinado de efectos guitarreros que nos lleva “Fuera De Casa”, otro temazo de descargas electrizantes que van “corriendo por las calles sin encontrar  nada nuevo… otra noche más que no puse el freno… ahora no puedo entrar en casa”.  Tema de desamor, con dosis de ironía, en la que no falta un buen solo de saxo tenor que se compenetra a la perfección con el resto de tan desbordante banda. Finaliza la cara A con “El Espejo” canción que recorre con furia el espacio sonoro:  “nunca volveré a nacer… las calles me dan la razón, siempre hay sitio para la traición”. Energía en pura esencia con arrebato punk dando forma a la última de las andanadas para esta primera cara más salvaje y “garajera”.     

Max Gamuza. Foto: Chusmi 10
La cara B se abre con la portentosa canción titulada “Celoso”,  con esas guitarras de instro surf con aire latino que articulan un tema precioso, con claro sabor sixties. “Siempre los mismos miedos al despertar, que ya se irán y no volverán…  pero en mi mente, tú estás… busco canciones para poderte enamorar una vez más, que me veas diferente a los demás… “. Una maravilla de melodía encantadora y unos arreglos de banda ciertamente fascinantes con guitarras, órgano, sección rítmica y voz, todo ellos en estado de gracia.   A continuación nos ofrecen “Pienso en ti”, tema atmosférico, envolvente, con una sensualidad a flor de piel.  “Sigo pensando en ti…  no me haces fácil que me pueda expresar. Pero cada minuto sigo pensando en ti”. Tema de desamor “sin paciencia, pero no paro de remar, la ola llegará”.  Momentos ácidos se combinan con solos estratosféricos, entrelazados por algunos momentos hirientes, entre ritmos bien marcados por un persistente bajo y batería. Un tema con entrega ilimitada a cargo de unos músicos muy inspirados que finalizan la secuencia con un crescendo demoledor.  Con “Escalera”, los Max Gamuza recuperan esa gracia innata para definir canciones de corte surfer y detalles punk. Un instrumental muy bien definido en el que la guitarra se explaya entre salvas, riffs contumaces, y secuencias melódicas nada desdeñables, arropada por un ritmo impoluto.       

Max Gamuza. Foto: Chusmi 10
En “Bus Stop”, los Max Gamuza recuperan este “hit” de los Hollies de 1966 con admirable respeto pero también con determinación propia, aportando su buen gusto e inmejorable criterio,  con el objetivo conseguido de dejar bien claras cada una de sus excelencias sonoras. Destaca ese órgano omnipresente, la voz placentera y el ritmo bien dispuesto.  Encuentros en la parada del autobús entre casualidades y un paraguas que arropa a la pareja. Nos dicen:  “llega el verano y el cielo se derrite, no tendremos el paragua como escondite. Tu y yo sabemos que seremos uno algún día… dicen que el verdadero amor llega sin pensar”.    

Max Gamuza. Foto: Chusmi 10
Le sigue “Nonononono”, otra canción de inspiradas guitarras, memorable órgano y sección rítmica muy compenetrada.  “No tengo coche, y no sé lo que cuesta… no tengo poesía, no tengo que escribirla… no tengo cafetera, no tengo que limpiarla, no tengo tele, no quiero ni mirarla… no tengo quien me espere, no tengo Rey, ni princesa, ni conciencia ni paciencia”.  Un tema en el que sobran las banderas y los árboles que dan sombra.   “Eres Un Infierno”, es todo un ejercicio de pop poderoso en el que vuelven a ponernos los pelos como escarpias “persiguiendo algo incierto”.  De nuevo destaca su enorme valor melódico  mientras “estoy loco por salir de este infierno, ya no te deseo…busco sin saber lo que quiero”.    

El álbum acaba con “Hoy no Perderé”,  canción que insufla ánimo tanto en su letra como en su concepción sonora. Un tema que afronta las consabidas adversidades que emergen, sin remedio,  de las relaciones personales, en especial las amorosas. “Pasa el tiempo, todos  cambiamos, lo que fue bueno ahora es malo… ¿por qué tengo que perder otra vez?” .  Destaca en esta versión para el Lp la presencia de un buen saxo tenor que aporta nuevos matices arropado por una banda  que moldea el tempo con gusto impecable.  La peculiar y apropiada voz solista culmina este fantástico himno para perdedores redimibles que no están dispuestos a dejarse arrastrar por la negatividad apremiante. “Todo tiene un final, lo malo también”, nos recuerdan muy acertadamente.

Reflexión final


Max Ganuza. Foto de su facebook 
Hay grupos que lo petan todo y, la verdad, no lo entiendes, y otros que no salen en las revistas, no les oyes en los festivales “garajeros”, y sin embargo son capaces de crear canciones descomunales,  con melodía y ritmo bien compenetrados, gracias a la pasión, el esfuerzo y la actitud a raudales de sus protagonistas.  De los primeros, me ahorraré el debate con sus fans, allá ellos, pero de los segundos si me permitiré el placer de reivindicar, una vez más, a los Max Gamuza:  una banda potente e imaginativa que no solo merece el respeto de la escena sino que, además, debería atesorar una mayor repercusión, dentro de la escasez mediática que sufre el rock and roll hoy en día.  Mediante su enorme habilidad para idear canciones impactantes, han sido capaces de superarse en un segundo disco, realmente magnífico,  con el título de “20 horas” para Clifford records. Un álbum que se estructura con una perspectiva firme y convincente,  bajo unos parámetros precisos que sitúan su proyecto en el sitio preciso combinando la existencia vital y la artística en su justa medida. De este modo, esta banda va dando pasos seguros, firmes, y altamente enriquecedores con el propósito logrado de dar vida a canciones con letras suculentas, ritmos bailables y melodías bien templadas gracias a unos arreglos minuciosos más una producción excelente. Son muchas las cosas que se pueden decir de tan sensacional  trabajo discográfico. Probablemente nos pasaríamos “dobleteando” laureles y parabienes unos cuantos párrafos más pero ya es hora de recoger, ir para casa con la satisfacción de haber vivido una gran experiencia de “20 horas” al son de unas canciones inolvidables que seguirán sonando en nuestra cabeza durante muchas horas más.

Nota: Puedes escuchar las canciones en el bandcamp y comprar una copia del vinilo en la web de Clifford records

    

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