jueves, 16 de noviembre de 2017

Oskar Benas, un artista polifacético con excelentes creaciones de rock instrumental que invitan a la sinestesia

Portada de OBIC
Si en Magic Pop fuéramos estrictamente consecuentes, al menos  profesionalmente, con todo lo que hemos oído y visto sobre la magna obra audiovisual de Oskar Benas,  no escribiríamos  sobre otra cosa en los próximos meses, quizás años. Puede que incluso nos decidiéramos por cambiar directamente el nombre de cabecera del blog para rebautizarnos con el de este artista polifacético, músico e lustrador, de Barakaldo.  La razón de tan justificable entusiasmo estriba en que resulta ciertamente espectacular la cantidad de producción propia, altamente original y revolucionaria, que ha creado en los últimos tiempos este genial músico, compositor e intérprete, también pintor e ilustrador. Desde los años noventa hasta la actualidad, ha dado vida a una infinidad de melodías tan absolutamente sorprendentes e imprevisibles, con arreglos deslumbrantes y tempos de otro mundo,  que, al menos en mi caso, me ha despertado no solo la esperanza de que hay algo sustancial más allá, ya no de ese negocio discográfico tan consumista como mediocre, sino incluso del “underground” de fin de semana que, en algunos casos, ya empieza a cansar con sus verdades supuestamente absolutas. Oskar Benas no es el único pero si uno de los pocos, cada vez menos, maestros verdaderamente humildes capaz de reírse hasta de si mismo. Auténticos dioses del olimpo vanguardista que resisten al margen del mercadeo de ideas y musiquillas. Presiden un altar al que se llega sin necesidad de recurrir a postureos sin sentido, sino simplemente a base de canciones fascinantes como las suyas, locuras si quieres pero altamente enriquecedoras.  Prueba de ello es el nuevo disco que firma como Oskar Benas Instro Combo "Obic”, una de sus tantas genialidades como lo es también la nueva entrega, la décima, de su proyecto Mundssik con el nombre genérico de  “Esfera Púrpura”.  Prepárense porque sus trabajos musicales no son algo insustancial que pueda reseñarse con cuatro adjetivos y algunas frases recurrentes de periodista enrollado que escribe sobre discos en plan colegueo. Su obra es única e intransferible, y como tal voy a reseñarla para aproximarnos, aunque sea un poco, a su inabarcable y fascinante mundo creativo.
             
Trayectoria
Oskar Benas. Foto de su Facebook

Oskar Benas (Barakaldo 1975) es un artista polifacético, gráfico y musical, fundador de numerosas bandas de la escena vasca desde principios de los años noventa como Dickzis, Mongui Infusion, Symbium Pandora, Planeta Enfermo, La Bemba Blanch, Zainax,  así como partícipe y colaborador con otras tantas formaciones en la década de los dosmiles como Ziza Teh, Maumousse, L'Ombre Raya, The Solanos, Fishotz Ruido, Benitt Ash. Fue galardonado como el mejor guitarrista durante la edición del Pop Rock Villa de Bilbao en 2009, al actuar con  su grupo de por entonces Trainsalpine Boys. Además ha formado parte de las bandas de directo de otros grandes como Fermin Muguruza, Maika Makovski o Cabezafuego. En su trayectoria ha creado varios sellos para sacar sus intensos trabajos musicales y gráficos. Desde 2015, Lau Shedu es la denominación que edita sus creaciones.


Oskar Benas con el ruan
Con  los Vampiros del Ritmo graba “Vida Vierte Muda Muerte” en 2012. Le acompañan  David Martínez a la batería, JC  Luque al bajo y Joseba Baleztena a la guitarra, banjo y coros. Ese mismo año graba en directo en el centre Collblanc Torrasa de L'Hospitalet de Llobregat, durante las sesiones Pocket Concerts organizadas por Bad Music 2.0, un híbrido de los Benitt Ash y Los Vampiros del Ritmo.  También en 2012 ve la luz otro trabajo con ilustraciones propias “La gran Isla de Creto” con la colaboración de Tuca Lóbez.  Le sigue un acústico en directo en Mikelazulo (Orereta) el 13 de enero de 2013 donde toca por vez primera varias canciones que aparecerían en las siguientes entregas discográficas.  En 2013 salen “Saffari” y “Paganus” compilado instrumental. Al año siguiente nos ofrece “Zarco”  y “Hereje del Mar” con  grabaciones en diversos locales entre 2012 y 2015. Ya en 2015 y como Oskar Benas  y los herejes Instro Combo sigue sorprendiéndonos con temas instrumentales variados, sensuales  y misteriosos. Con el título de “OBYLHIC”  se grabó durante el verano de 2015 en los estudios Color Hits de Atarrabia, Navarra, producido por el propio Oskar Benas con la ayuda de Íñigo Garcés. Le acompañan Dafnis Leenares al bajo, Leesergio Patxuko a la batería, mientras que Oskar se hace cargo de la guitarra, bajo, banjo, teclado, percusión, y programaciones.  Le siguen en 2016 los discos  “El sendero del volcán con lago”, crónica sonora de una aventura en el núcleo, y “Corazón de serrucho”.

Por lo que respecta a las Series Mundssik, arrancan con sus actuaciones  en vivo con el proyecto audiovisual Kaiula Ikuskizuna (2003 – 2006), una propuesta de música instrumental  de vocación mística con imágenes misteriosas de viajes. Para ello toca un Ruan, que es un instrumento tradicional chino adquirido durante una viaje a Beijing, un banjo con afinaciones especiales, entre otros instrumentos y objetos. Todos los volúmenes de este viaje, que él mismo define como “orgánico, hondo y mutante” se encuentran en descarga totalmente gratuita en la página bandcamp del artista.  

Es necesario también mencionar que Oskar Benas es autor de la banda sonora de numerosos cortometrajes y documentales (“Fractura, la maldicion de los recursos”, “M.O. Lope”, “El Anchoa, el terror de El Pardo”, “Pequeño”, “15 dias en Agosto”, “El Coito te nubla”...), así como de espectáculos de danza y teatro (Mugainditzen, Kaiula Ikuskizuna, Absenta...) y pintura en directo (Cándida, Konvent punt-0, Quim Moya...). 

Dibujo de Oskar Benas
Su trabajo como ilustrador destaca por aportaciones a fanzines (Estrehiato Lisdexio, “Sueño en vigilia”) hasta cartelería y portadas para bandas de rock (Capsula, Maika Makovski, Sex Museum, Guadalupe Plata, Travellin Brothers, Pelomono, Peachy Joke, Cabezafuego, Rubia, Lobo Eléctrico, Patxuko Nice, Lemy River, Boogie Van, El Octavo Árbol, Esne Beltza, Lurra, Sagarroi, Trainsalpine Boys, Kòdul, Emon, Noa Voll Damn & The Hell Drinkers...), entre otras muchas muestras de su talento en la decoración de espacios y murales, sin olvidar su participación en  festivales de autoedición como Tenderete, Pumpk, Ilustrapados y sus aclamadas exposiciones de pintura y dibujo.

De este modo llegamos al disco que queremos presentarte:  “OBIC” (Oscar Benas Instro Combo)  grabado en agosto de 2017 con su principal factótum a la guitarra, bajo, batería, percusión, teclados, programaciones y ruidos varios; Daf Linares al bajo (Lolas Club, The Fans, Patxuko Nice) y Javier Vallejo a la batería y percusiones (Los Nerviosos, Sundance Kiz, Espaguetti).  Actualmente, en su formación se reparten la percusión el mencionado Javi Vallejo y Quique Gallo (Aullido Atómico).

Las canciones de OBIC
 
Oskar Benas y su combo. Foto de su facebook

El disco se abre con “Soc Horror”, y sus guitarras oscuras, percutiendo en los sentidos, acompañadas por efectos espaciales, generando una atmósfera a ritmo de huesos, palmas, en un juego melódico sobre un colchón reconfortante de teclados y pulsación de bajo dando forma a recursos  atmosféricos.  Le sigue “Pericolossus”, otra construcción enigmática de guitarra diseñando fraseos misteriosos, entre acordes aflamencados, golpes de efecto surfer, y variaciones enigmáticas que te hipnotizarán. El siguiente corte es “Carrera Azarosa”, con ritmos de rockabilly desquiciado como base para una guitarra alocada que viaja por el espacio entre sonidos que se nos antojan extraterrestres. Una amalgama de sensaciones  propia de la banda sonora de una película de culto de ciencia ficción.  A continuación nos ofrece “Golpe Swinger”, brillante desparrame de folklore americano con detalles de bluegrass procedentes de la hierba azul pero de otra galaxia, entre divertidos juegos  de percusión que te envolverán mediante caprichosos juegos melódicos y rítmicos.

Ya en el meridiano del álbum, “Azote” es un combinado de esquemas krautrock y rockabilly desbocado logrando una exhibición de habilidades instrumentales compenetradas de forma minuciosa, con solo lisérgico de guitarra embebida de efectos ácidos y cambios sorprendentes procurando concepciones  rítmicas inusuales.  Le sucede “Cuerpos de Inseguridad”, poco más de un minuto y medio para definir este desparrame de genialidades instro, a base de guitarra habilidosa.  Sonoridades recónditas, embebidas de locura infantil, proyectadas hacia un espacio inimaginable, con o sin cojones. De este modo aparece “Ilusión Pasajera”, un tema que arranca introspectivo por el registro bajo de la guitarra al que se incorpora una suculenta sección rítmica bailable y un obsesivo teclado sobre el que la eléctrica, dotada de una perturbadora  forma de gemir,  se entrelaza con efectos electrónicos y secuencias rítmicas muy atractivas.     

Oskar benas y su combo en directo. Foto Marta Gil

Llegados a este punto, cruzamos  el “Puente Rojo”, un espacio sonoro único, trascendental, en el que tempo y melodía avanzan al unísono creando un curioso corte de blues ancestral que transmite,  a la par, un poder ecléctico interestelar.  Órgano, guitarras, bajo, y percusión siguen imperturbables su camino iniciático con una idiosincrasia impactante hasta el final de los días diseñando una canción ciertamente estremecedora.  Vamos finalizando con “Urgerla”, otra exquisitez sin parangón alguno que arranca con batería marcando el paso con extrema seguridad para que se incorpore una poderosa y desafiante guitarra que frasea con determinación entre efectos varios procurando una melodía aguerrida repleta de momentos fieros en los que se explaya con enorme destreza. Una seguridad manifiesta respaldada por un imaginativo bajo y una imperturbable batería. Juntos definen una fase más de este sensacional banda sonora imaginaria que se cierra con “Matahari”, un final de órdago en el que destaca  por su ciclo definido  mediante recursos ágiles entre guitarras ingeniosas más una sección lisérgica solemne y onírica que completa esta amalgama de momentos cautivadores que hemos vivido al detalle  a lo largo de todas y cada una de sus fascinantes canciones.    

Reflexión final

El universo creativo de Oskar Benas va más allá de los confines conocidos y se expande al margen de ámbitos previsibles defendidos equivocadamente por aquellos que se obstinan en afirmar que, en el ámbito vanguardista, los medios técnicos son el único mensaje que nos permite evolucionar. Nada más lejos de ese consumismo insustancial tan consecuente con lo último de lo último, ese panorama mal llamado independiente sobre el que teorizan fantoches imberbes que se creen  semidioses.  En su caso, las canciones se disponen con valores melódicos originales, enraizados en la tradición pero que nos resultan mucho más novedosos que cualquier avance tecnológico por muy revulsivo que pueda parecer. En sus espectaculares temas se suma una visión mística del caos con una experimentación sensual del cosmos. El resultado son auténticas obras de arte que invitan a la sinestesia, en las que la destreza instrumental procrea sensaciones emotivas profundas, pura poesía instrumental que se incorporará con una facilidad y una empatía pasmosa a la banda sonora existencial y cotidiana de cualquier amante de la música que se precie. Su obra, con sus luces y sus sombras, es una fuente inagotable de conocimiento, generadora de emociones y fundamento de relaciones interpersonales imperturbables y eternas.  No hacerle caso se nos antoja  una estupidez propia de estos tiempos mediocres en los que cuenta más el parecerse a que el ser únicos con todas sus consecuencias y riesgos.    

Nota: Puedes disfrutar de su trayectoria escuchando todas sus producciones en el bandcamp. Sigue en facebook sus próximas actuaciones.

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