miércoles, 11 de septiembre de 2013

Alberto Montero despliega en “Puerto Principe”, una emotiva cosmología tan vital como onírica

Portada de Puerto Principe
La ciudad de Puerto Príncipe da nombre a una calle de Barcelona donde reside desde hace unos años Alberto Montero, extraordinario compositor, cantante e instrumentista de origen valenciano que ha escogido este topónimo para titular de forma genérica su recién disco editado por BCore, en Cd y Lp, en 2013. Para quienes estén familiarizados con su música, sabrán de sobras que se trata de uno de nuestros mejores músicos de folk cuya premeditada discreción y enorme creatividad se compenetran para dar vida a un microuniverso en el que tienen cabida multitud de estilos que van del jazz a la psicodelia pasando por ritmos latinos, y donde se mezclan referencias variadas que le ayudan a expresarse con gran sensibilidad y una extraordinaria belleza tanto sonora como literaria.


Alberto Montero
Alberto Montero nació en Valencia y se crió en el Puerto de Sagunto. En el año 2000 forma una poderosa banda de psicodelia llamado Shake con los que graba dos álbumes titulados Let Me Wear The Morning Sun (2005) y Twilight Sleep (2009), editados ambos por Greyhead, discográfica que edita sus siguientes trabajos. En 2008 saca un disco a su nombre en el que potencia su vertiente más folk sin perder los elementos lisérgicos que distinguen sus composiciones. En 2009 se traslada a Barcelona y con los Shake disueltos, continúa su carrera en solitario con un nuevo álbum titulado Claroscuro (2011) en el que la ciudad catalana y las inquietudes consecuentes al empezar una nueva vida, adquieren un considerable protagonismo. Alberto canta por primera vez en castellano y en ese segundo álbum introduce sensuales elementos latinoamericanos que se suman a su completo y original abanico creativo. El disco cuenta con la colaboración de Jesse Sparhawk, de la banda de folk progresivo Fern Knight.

Puerto Principe se grabó, casi todo, entre el 28 de marzo y el 4 de mayo de 2013, en el mismo estudio que Claroscuro, El Sótano de Dani Cardona, en Valencia; y una parte en Manlay Studio, feudo del guitarrista de la banda que le acompaña, Román Gil. Ha sido masterizado por Enrique Soriano en Crossfade Mastering, de Valencia, y la producción ha corrido a cargo del propio Alberto y Román Gil que también se ha encargado de percusiones y bandoneón. El resto del grupo que grabó el disco estuvo integrado por Marcos Junquera a la batería y Xavi Muñoz al bajo. También ha contado con la inestimable colaboración, en algunos de los temas, de Pau Rodríguez “PapaDuPau” (Za!) a la trompeta, e Isabel Fernández Reviriego (Aries, ex-Charades), voz y coros; más Maya Fernández, flauta; Olga Beltrán, viola; Sonia Beltrán; cello, y Andrés Calatayud, violín. Destacar también que el artwork, con su  original y onírica portada de  sugerentes manchas de colores y la contraportada con su bosque encantado, es obra de El señor Gómez y la srta Swallow. La edición en vinilo también cuenta con un encarte en el que puedes leer las imprescindibles letras de las canciones.

Con la banda. Foto: Patricia Gázquez
Las canciones
 
El nuevo disco de Alberto Montero está repleto de rincones sorprendentes, entre pasajes melódicos que rezuman pasión a raudales, y modulados por una rítmica multiétnica. Emerge con un magnífico instrumental, titulado como el álbum, a modo de sinfonía proverbial en la que destacan arreglos sorprendentes entre juegos vocales, momentos intimistas con cuerda, flauta, guitarras acústicas, ritmos tropicales, envolventes toques de trompeta  y un desarrollo armónico fascinante.  Sin duda un excelente preludio al que le sigue una encantadora “Noche de Verano” en la que se suceden los vaivenes del alma entre arpegios serenos de guitarra y aportaciones sensuales de flauta. Les acompaña una combinación rítmica perfecta a la que se suman diferentes motivos ornamentales procurados, con gran destreza, por esa excelente  sección de cuerda que logra engrandecer tanto ésta como gran parte de las composiciones del disco.  Acto seguido nos topamos con recorridos de percusión misteriosa y guitarras sensuales en “Para nada”,  canción donde emergen toques latinoamericanos para explicarnos “misterios cotidianos” entre “lo claro y lo tenebroso”, “lo fijo y lo veleidoso”. 

Durante su gira por Chile y Argentina en 2013

Los primeros balbuceos de un bebé dan paso a unos fascinantes momentos hipnóticos en el “Hoy y ayer”, excelente tema donde la creatividad, serena y detallista, de Alberto Montero mantiene esas cotas altísimas, inimaginables en la mayoría de los intérpretes del llamado panorama folk contemplativo actual. Seguidamente, transita por su cabeza toda una “Manada de árboles”, “entre miles de pensamientos a la vez”. Canción de acid folk con sonoridades casi medievales, y un  componente melódico embelesador que incluso invita al baile entre juegos vocales preciosos y cambios sorprendentes de sonoridades y efectos. Alberto cierra la cara A de este fantástico disco  volviendo a su niñez en el mundo del “Olvidado Rey Monkiki”. Se trata de un emotivo tema que recupera la inocencia y la imaginación que todos nosotros guardamos en nuestro interior, y que con los años algunos van olvidando  envueltos en las agobiantes responsabilidades de la realidad cotidiana.

La cara B arranca con un tierno arrullo inmerso en la  “Canción del Mediodía”, consistente trabajo instrumental donde se lucen todos sus artífices, conjuntados con maestría, para definir otra espléndida obertura para esta segunda cara que resulta tan intensa y emotiva como la primera. Con guitarra y voz cariñosa nos invita  a ese “Juego del Olvido”, luciéndose entre octavas altas, protegido por acompañamientos rítmicos muy precisos y fascinantes. Una vez más, nos regala una melodía muy conmovedora que da paso a la siguiente canción, “En el camino”, construcción musical para banda de folk, con detalles pop, que le sirve para tocar madera por el bosque de la vida y a la que añade inquietantes pasajes de cuerda y piano.  


Foto: Vanessa Mariscal
Puerto Principe se sumerge en la soledad “Dentro del mar”, canción que comparte con la preciosa voz de Isabel Fernández. Ambos redimensionan el tema a base de juegos vocales convincentes entre intervenciones de cuerda magistrales, dotando a la canción de un lirismo inaudito entre intensidades de percusión y guitarra eléctrica que ponen los pelos de punta.  Surgen de repente las  “indecisiones” producto de las filias y fobias, en ese tema llamado precisamente “El Indeciso”, que responde no a la inseguridad sino a esa mirada inquieta abierta a perseguir la belleza por los múltiples caminos de la existencia con la creatividad a modo de brújula  vital. Senderos que nos llevan hacia la jovial canción que cierra el álbum titulada “Autoequilibrio”, una respuesta que va más allá de la resignación, para afrontar ese “desastre” que puede llegar a ser la vida  en la que “todo sigue aunque no lo controles”.


Alberto Montero
Alberto Montero ha conseguido con “Puerto Príncipe” contagiarnos de esa paz y tranquilidad que todos necesitamos y lo ha hecho mediante su particular cosmología donde se entrelazan grandes dosis de imaginación, detalles oníricos, y juegos instrumentales  siempre conmovedores y nunca complacientes.  Y todo ese proceso creativo lo ha conseguido mediante melodías que empapan el alma, ritmos contagiosos y letras con un elevado lirismo que nos conquistan a la primera procurándonos la sensación de que era justo lo que buscábamos para ser, al menos, un poco más felices. Incluso podríamos aventurarnos a considerarlo como un disco conceptual en el que, si se nos permite, esas ganas de vivir y esa necesidad imperiosa de seguir adelante, contra viento y marea, serían su principal leitmotiv alrededor del cual giran todas las canciones. Sin lugar a dudas, estamos ante toda una obra maestra y sobre todo contemporánea del auténtico folk psicodélico con raíces en los sesenta y setenta, pero también en el jazz, la música clásica, así como en los ritmos latinos y, por supuesto, en nuestra más tierna e imaginativa infancia.

Nota: Puedes conseguir el disco, en su versión en Cd y Lp, en Bcore. También puedes escuchar las canciones de este álbum así como sus anteriores trabajos en solitario y con los Shake en el bandcamp.       

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